“Yo quiero un plan de salvataje, y no me gusta el concepto de la expropiación arbitraria. Aquí no hay un tema ideológico, el único recurso jurídico que tengo es la expropiación. Y por eso lo voy a usar. A mí me interesa salvar a la empresa, es mi único objetivo. Quiero que lo entiendan”, argumentó Alberto Fernández frente al CEO de Vicentin, Sergio Nardelli, que llegó ayer a la quinta de Olivos para buscar un mecanismo de negociación que evite la irrupción del Estado Nacional en esa compleja compañía privada que está en concurso de acreedores.
El Presidente reveló al CEO Nardelli que su intención es crear un fondo fiduciario con todas las empresas vinculadas a Vicentin, y que su administración estaría en manos del Banco Nación por su peso específico en el concurso de acreedores.
Alberto Fernández añadió que YPF Agro tendría un papel relevante en la gestión del fondo fiduciario, y que su prestigio permitiría recuperar la confianza de los productores que ahora se resisten a vender sus granos a Vicentin.
“Me imagino un grupo con el nombre YPF-Vicentin”, comentó el jefe de Estado en Olivos.
Antes de acceder al control legal de la empresa agroexportadora, y diseñar un business plan a mediano plazo, el gobierno necesita atravesar la intervención de 60 días y lograr la sanción definitiva de la ley que establece su expropiación. No será un trámite fácil en la Cámara de Diputados, y aún se recuerda en Balcarce 50 la crisis política causada por las retenciones de la Resolución 125.
La oposición, las cámaras empresariales, la mayoría de los representantes del campo, los mercados internacionales y ciertos referentes del Frente de Todos, no están de acuerdo con la expropiación. Y esa desavenencia se fortaleció con las manifestaciones espontáneas en Santa Fe -adonde está Vicentin- y los cacerolazos en la mayoría de los barrios de la Capital Federal.
En este sentido, no fue casualidad que Alberto Fernández sentara a su lado a Vilma Ibarra, secretaria Legal y Técnica. Ibarra conoce de memoria al Presidente y es capaz de traducir en un complejo texto jurídico sus decisiones políticas. La secretaria Legal y Técnica deberá exprimir sus conocimientos del derecho comercial: se trata de expropiar y a continuación crear un holding mixto con participación mayoritaria del Estado.
“Ustedes podrían ser socios del Estado. Yo no descarto esa posibilidad”, aseguró Alberto Fernández a la delegación de Vicentin que llegó hasta su despacho en Olivos.
Nardelli, el CEO de la empresa concursada, sonrió cuando escuchó ese comentario presidencial.
“Se pueden quedar con el 30 por ciento de las acciones... Pero también tienen que aportar lo que se debe por ese treinta por ciento”, agregó Alberto Fernández.
Nardelli congeló su sonrisa. Y replicó: “Los bancos nos dejaron sin nada. Nos pedían que abriéramos nuevas compañías para seguir tomando créditos. No tenemos fondos”, dijo en tono neutro.
La estrategia inicial de Alberto Fernández consiste en utilizar la intervención para conocer la situación financiera y económica de Vicentin, enviar al Senado la iniciativa de expropiación y encontrar una arquitectura jurídica que permita sumar al Banco Nación, a YPF Agro, a los accionistas de la empresa, a la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), a la Intendencia de Avellaneda y a la Provincia de Santa Fe.
“No descarto un holding mixto con el Estado Nacional, Santa Fe y Avellaneda, más capitales privados en minoría. Esa es mi idea para potenciar a Vicentin después de lograr su expropiación. Quiero una empresa sólida, que dé trabajo y empuje el desarrollo regional”, explicó el presidente en la intimidad de Olivos.
Alberto Fernández deberá utilizar todo su peso institucional si desea que Vicentin sea un socio estratégico del eventual holding mixto. Dos horas después de concluida la reunión de acercamiento, Nardelli aprobó un comunicado oficial que implica el comienzo de una larguísima batalla jurídica que iniciará hoy en Santa Fe y puede concluir en la Corte Suprema.
“El Presidente de la República, Dr Alberto Fernández, nos manifestó su determinación de salvar a la compañía, objetivo con el cual naturalmente coincidimos, no estamos de acuerdo con el procedimiento de expropiación que el Presidente considera como el adecuado para ese fin”, sostuvo el directorio de Vicentin al comentar por escrito su reunión en Olivos.
Hay ruido de tambores, y volverán a escucharse las cacerolas.
Vicentin ya es un laberinto político sin salida aparente.
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