Tras la publicación de un relevamiento por parte del BCRA que apuntó al elevado nivel de sus tasas y a la falta de información al cliente, las fintech salieron a defender su esquema de préstamos y respondieron con dos argumentos. El primero es que las particularidades de su negocio invalida la comparación con las tasas que cobran los bancos; el segundo, es que aún admitiendo que prestan dinero a una tasa cara, atienden a un segmento de la población del cual, por distintos motivos, el sistema financiero tradicional no se ocupa.
Con la posibilidad latente de nuevas regulaciones para las fintech como telón de fondo, el Banco Central publicó ayer un relevamiento entre casi 50 fintech dedicadas al crédito online, en el cual determinó que el 77% de ellas cobran a sus clientes un Costo Financiero Total (CFT) del 150% anual y que la mitad de ellas cobra un CFT superior al 400%.
A través de un comunicado de la Cámara Argentina de Fintech, que agrupa a 200 empresas de las cuales solo el 25% se dedica a dar créditos, el sector respondió al BCRA que “el cotejo liso y llano de las tasas de interés con su correspondiente Costo Financiero Total asociado no conduce a comparaciones homogéneas de las que se puedan obtener conclusiones constructivas". No es posible analizar el costo de las financiaciones sin identificar plazos de repago, tipos de clientes, modalidad de pago y segmentos de riesgos (determinado por comportamientos de pago anteriores), entre otros muchos factores”.
Por otra parte, las fintech consideran que “responden de forma ágil y eficiente a las necesidades de un gran porcentaje de la población que no tiene acceso al crédito tradicional por no contar con el historial crediticio exigido por las instituciones bancarias tradicionales”.
“En pos de la inclusión financiera, que continúa siendo materia pendiente en el país, las fintech dan soluciones a este problema, ayudando a individuos y empresas a iniciar, en segundos, la construcción de su historial de pago, con la posibilidad de beneficiarse en próximas operaciones con menores tasas y/o mayores montos o plazos, incluso en los bancos" agregó el comunicado.
Por último, la Cámara “ratificó su compromiso" con el cumplimiento de la legislación vigente, apuntó a la complementariedad con los bancos y concluyó: “En un escenario con desafíos enormes y dónde el crédito representa apenas el 10% del PBI, solo podemos pensar en la colaboración como forma atender a los sectores que más necesitan el crédito.”
Cómo funciona el “crédito urgente”
Los préstamos online otorgados por las fintech, que el BCRA “sigue con atención” según su informe de ayer, se obtienen en un par de minutos a través de apps y páginas web. En general, son de corto plazo, por montos bajos, con tasas altas y sin requerimiento de garantía alguna. Quien toma un “crédito urgente”, es claro, no tiene opción alguna de recibir ese dinero en el sistema bancario.
Salvador Calógero, CEO de 4Finance, la fintech que otorga créditos a través de la marca Vivus, explica que “si algo valora el cliente de una fintech es la transparencia, es que le decimos cuánto va a pagar de cuota. En los bancos no siempre pasa, porque aparecen costos de otorgamientos y otros gastos”.
En Vivus, el préstamo promedio tiene 28 días de plazo y $10.000 de monto. Quien lo recibe, explica Calógero, devuelve $12.000: “Es cierto que el CFT que surge de esa operación, anualizado, es altísimo. Pero no puede compararse este crédito con un préstamo personal bancario, al que además nuestro cliente no puede acceder.”
Allí reside el punto central de la argumentación fintech: el que no consigue este préstamo, no tiene modo alguno de financiarse. “Los bancos van siempre hacia los mismos clientes y eso dejó un océano de clientes desatendidos al que nunca le prestan. Sabemos que la regulación para el crédito fintech va a venir, pero también hay que encontrar la forma de agrandar la torta. Es la única manera de que en la Argentina pueda crecer el crédito”, apuntó Calógero.
Si algo valora el cliente de una fintech es la transparencia, es que le decimos cuánto va a pagar de cuota. En los bancos no siempre pasa, porque aparecen costos de otorgamientos y otros gastos (Salvador Calógero)
Otra característica del “crédito urgente” es que el el costo, establecido mediante algoritmos, va variando a medida que esos préstamos de cortísimo plazo se van renovando constantemente, lo que hace aún más difícil saber cuál es el CFT de un determinado préstamo, como se establece más fácilmente en los préstamos bancarios.
En otra de las empresas apuntadas por el relevamiento del BCRA, Wenance, aseguran que su “tasa mínima promedio” es de 120% y que “en el mercado financiero, tanto fintech como no fintech, existen tasas superiores al 150% y más”, según explicó el CEO y fundador de la empresa, Alejandro Muszak.
“Hacer foco en las fintech sería una mirada sesgada ya que existen compañías offline que tienen tasas que doblan dicho porcentaje”, dijo Muszak, quien atribuyó esas tasas elevadas en bancos y financieras a los altos costos de fondeo, el escaso mercado de capitales, la carga impositiva y “los riesgos implícitos que cada empresa asume en servir a públicos con baja bancarización”.
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