La hoja de ruta de Alberto Fernández para cerrar un acuerdo exitoso con los fondos de Wall Street

El Presidente ajusta su propuesta final a los bonistas sobre una arquitectura financiera y legal que es apoyada por la Casa Blanca y el FMI

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Alberto Fernández en el Salón
Alberto Fernández en el Salón de los Bustos de la Casa Rosada

La reestructuración de la deuda externa está jaqueada por detalles que exceden a la imaginación de Gabriel García Marquez: la nueva oferta del Gobierno a los fondos de inversión debe publicarse en medios extranjeros como The New York Times y The Financial Times. Argentina tiene cuenta corriente con esos medios prestigiosos, pero su crédito está excedido y se pidió sin éxito un waiver para cumplir con las normas legales. Al final, si no hay contramarcha, los abogados que representan a la Argentina se harán cargo de la cuenta para avanzar un paso más en el canje de los bonos por 66.000 millones de dólares.

Pero las dificultades para Alberto Fernández y su ministro Martín Guzmán no terminan en la sección Economía de esos dos iconos de la prensa global. La negociación llegó a su climax y en el Palacio de Hacienda se trabaja a deshoras para cumplir con una hoja de ruta que incluye un preciso cronograma de actividades confidenciales y públicas:

1. Los fondos deben firmar un Non-Disclosure Agreement (NDA) que coloca en un paraguas de confidencialidad las negociaciones hasta llegar a un acuerdo de partes. Los bonistas quieren extender los NDA hasta mañana -para seguir operando el viernes-, y Guzmán pretende que se prolonguen hasta la tarde del 12 de junio

2. Mientras se firman los NDA, el equipo de asesores legales y financieros de la cartera de Economía avanzará en la redacción de un Decreto de Necesidad de Urgencia (DNU) con la oferta original enmendada. En ese DNU, se ampliaría el plazo de negociación por diez días más corridos, si se considera que hay posibilidades de sumar a otros acreedores privados.

3. Guzmán no descarta que la negociación se extienda hasta el domingo 14 de junio, para después registrar la propuesta consensuada en la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC). Desde ese momento, y por diez días consecutivos, esa oferta estará bajo escrutinio legal para plantear -si fuera necesario- observaciones jurídicas o impugnaciones formales.

4. El DNU con la propuesta enmendada -y la probable ampliación temporal de la oferta- será publicado en el Boletín Oficial del 15 de junio, si Guzmán mantiene la hoja de ruta diseñada junto a Alberto Fernández.

Alberto Fernández y Martín Guzmán
Alberto Fernández y Martín Guzmán en el despacho presidencial de la quinta de Olivos

La reestructuración de la deuda externa incluye bonos K -emitidos durante la administración de Néstor Kirchner- y bonos M -colocados en la gestión de Mauricio Macri-, que presentan distintas formulaciones legales para asegurar que el canje fue exitoso. Con los bonos K, se necesita un consenso del 75 por ciento de sus tenedores, mientras que con los bonos M es indispensable llegar al 65 por ciento de la adhesión.

Si no se obtiene estos porcentajes para alcanzar las Cláusulas de Acción Colectiva (CAC´s), los acreedores privados podrán acelerar su derecho a reclamar un default y en consecuencia demandar a la Argentina en los tribunales de Manhattan.

La negociación esta encaminada. Guzmán concedió ciertas prerrogativas a los bonistas, y el deal está al caer: habrá un copy and paste de los derechos adquiridos de los fondos que tienen títulos exchanges 2005-2010-, se fijará un endulzante en forma de Value Recovery Instruments (VRI) atado a las exportaciones agropecuarias, casi desaparecerá la quita de capital, los intereses se pagarían desde el 2021 y el bono será considerado a 50 dólares de Valor Presente Neto (VPN).

Si estos aspectos fundamentales de la propuesta mejorada no sufren inconvenientes o tropezones de último momento, Alberto Fernández estará en condiciones ofrecer una conferencia de prensa en Olivos para anunciar que la reestructuración de la deuda externa fue un éxito.

En este contexto, éxito significa que se llegó al 75 por ciento de adhesión en los bonos K, y al 66 por ciento en los títulos emitidos durante la administración de Macri.

En cambio, si esos números no se conjugan, Guzmán desplegará una estrategia de acumulación paulatina que implicará sumar nuevos acreedores privados con leves mejoras a la oferta ya enmendada. Obvio, si hay más dólares para los nuevos, también se regularán los mismos beneficios para lo que ya habían ingresado en la etapa más importante del canje.

“Estamos en una etapa compleja e importante de la negociación”, reconoció Alberto Fernández desde Olivos.

El lunes 15 de junio, a más tardar, habrá novedades.

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