Con los días contados, el Gobierno busca cerrar esta semana la oferta final de reestructuración de la deuda para luego presentar los detalles ante la Securities & Exchange Commission (SEC). El plazo de la oferta vigente vence el viernes, pero el lunes las autoridades podrían anunciar la última extensión, ya con un previo acuerdo con los principales acreedores.
Con este objetivo, el Ministerio de Economía impulsó la firma de nuevos acuerdos de confidencialidad con los principales bonistas, que le permita mostrar nuevamente las cartas y hacer los ajustes finales a la oferta que surjan de este último intercambio. Si los funcionarios lograran cerrar un acuerdo en torno a la oferta con los principales fondos de inversión, podrían traccionar la aceptación del resto una vez que la propuesta esté formalizada, aseguran en la cartera de Hacienda.
“Cuanto mayor es la cantidad de inversores que firman los acuerdos de confidencialidad (Non Disclosure Agreement, NDA), más chance tenemos de lograr mejores adhesiones. Veremos qué reacciones genera esta oferta”, afirmó una fuente oficial, al tiempo que agregó que “respecto de la oferta original, la nueva incorpora muchos de los comentarios que se recibieron de interacciones previas con los inversores” y que “se ha hecho un esfuerzo sustantivo” por parte del Gobierno.
De todas formas, remarcaron que el valor presente neto de la nueva oferta es adecuado a la capacidad de pago y consistente con la evaluación que hizo recientemente el Fondo Monetario Internacional (FMI). El organismo consideró que la última propuesta realizada por la Argentina, aunque no formalizada ante la SEC (tenía un valor de USD 47), era consistente con el criterio de sustentabilidad y que había muy poco margen para seguir mejorándola. Concretamente, lo que trascendió de fuentes que conocen de cerca la posición del Fondo es que podría aceptar un techo de USD 50 por cada USD 100 nominales.
No obstante, las pretensiones de los acreedores superan ese número, y especialmente el comité Ad Hoc liderado por Blackrock, que dejó trascender que no aceptaría una oferta que valga menos que USD 54. Pese a la distancia que todavía persiste, el Gobierno podrá ofrecer en estos días de negociaciones algún instrumento contingente, como puede ser un cupón PBI o ligado a las exportaciones, que sumaría unos puntos más de valor a la propuesta. “Si ayuda a cerrar la brecha, puede ser una opción a evaluar”, habían dicho fuentes oficiales días atrás.
El plan de Economía fue firmar los NDA con los fondos más representativos, blanquearles la nueva oferta y lograr un acuerdo que les permita traccionar luego al resto de los acreedores. “Quedará un último ajuste y movimiento de los inversores para cerrar la brecha final de valor que ellos perciban”, aclararon desde el Palacio de Hacienda.
En un importante fondo de inversión que no pertenece, sin embargo, a ninguno de los comités con los que negocia el Gobierno, aseguraron que los inversores están muy unificados y que “hay un solo grupo que importa: el de Blackrock y Ashmore, que tiene el 35 por ciento de las tenencias”. “Con los otros que los apoyan, logran el 40%; y los minoristas van a seguir lo que hagan estos inversores”, señalaron desde Wall Street.
El proceso de ahora en adelante podría ser el siguiente, especulan en el mercado: el viernes 12, o el lunes 15, el Gobierno anunciaría que extenderá una vez más el plazo pero, esta vez, con un principio de acuerdo con los principales acreedores. De esta manera, los detalles –tras la formalización de la oferta ante la SEC– podrían conocerse a los pocos días y luego ya comenzaría a correr el plazo dispuesto –que puede ser de 10 a 20 días– para cerrar definitivamente la operación de canje, con el objetivo de dejar atrás el default que comenzó el 22 de mayo.
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