“Vamos a hacer una contraoferta, tratando de acercarnos pero cada vez más al límite de lo posible”, señaló este martes el presidente Alberto Fernández, en referencia a la renegociación de la deuda con los acreedores privados. “Hemos expresado claramente nuestra voluntad y vocación de alcanzar un acuerdo. Ha habido en el mundo muchas declaraciones que le advirtieron a los acreedores que están tensando la cuerda más de lo debido”, agregó en declaraciones a Radio Con Vos.
Consultado sobre la demora en el cierre del acuerdo, Fernández recordó que en 2005, cuando se renegoció la deuda durante la presidencia de Néstor Kirchner, la primera oferta se hizo en enero y se terminó cerrando en diciembre de ese año. “Estas negociaciones nunca se arreglan en un día. Llevamos dos meses de negociación y se avanzó muchísimo”, remarcó.
En un país que tiene un déficit de divisas tan grande como la Argentina, que hizo que el Gobierno que me precedió haya tenido que tener un cepo, el dólar es un gran elemento de presión
También aclaró que como presidente no quiere el default de la Argentina, pero que debe ser responsable. “Podría haber cerrado un acuerdo y dejarle el problema al que viene. Pero quiero que la deuda sea sostenible en el tiempo, que sea sustentable. El viernes hicimos una oferta de buena fe; los acreedores la rechazaron, nos explicaron los motivos y lo reconsideramos", señaló Fernández.
“Es como cuando vendés un auto o una casa y el otro te quiere pagar menos y un día empiezan a aflojar. No es muy distinto, lo que cambian son las proporciones; estamos hablando de fondos que en términos financieros manejan más millones que la Argentina. Confío que vamos a encontrar un acuerdo, pero no voy a cerrar algo que sea un futuro problema, que ponga en riesgo la vida de los argentinos, que otra vez esa deuda la tengan que pagar los que trabajan, los que viven de un salario, los jubilados. Aunque parezca testarudo, soy muy responsable”, aseguró.
Sobre la posibilidad de que una vez alcanzado el acuerdo se produzca una devaluación del peso, Fernández señaló que “no está en los planes”, pero reconoció que es una de las presiones que se ponen en juego en el marco de la renegociación.
“No es una discusión donde se sientan dos caballeros. Se dejan todas las armas. Y la presión sobre el dólar es parte de esas armas. En un país que tiene un déficit de divisas tan grande como la Argentina, que hizo que el Gobierno que me precedió haya tenido que tener un cepo, el dólar es un gran elemento de presión”, dijo el presidente.
No es una discusión donde se sientan dos caballeros. Se dejan todas las armas. Y la presión sobre el dólar es parte de esas armas
Aunque no descartó una devaluación —porque la economía es dinámica—, Fernández resaltó que el propósito del Gobierno es no devaluar y que la intención es que una vez alcanzado el acuerdo con los acreedores, todo vuelva a un punto de orden.
El presidente también se refirió a la lista de personas que compraron dólares durante el Gobierno anterior, que fue difundida por algunos medios durante la semana pasada. Pero advirtió que el problema no son los nombres, sino la política implementada en el Gobierno de Mauricio Macri, que permitió que eso suceda.
“Desde el Estado se permitió. En esa compra de dólares no hay un hecho ilegal. Más que la lista hay que leer el informe del Banco Central, donde uno advierte que había una política deliberada de facilitar esto. El problema no es quién compra, la culpa no la tiene el chancho, sino el que le da de comer”, señaló Fernández.
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