Su nombre llenaba de orgullo al complejo agroexportador local. Empresa familiar con casi 100 años de historia, parece quedar atrapada y muere como nació: con una quiebra.
Faltaban cinco días, para que el ex Jefe de Gabinete de Néstor Kirchner se convirtiera en el Presidente Alberto Fernández y la compañía Vicentin anunciaba que no podía pagar sus deudas. Era el 5 de diciembre de 2019 y anunciaba que empezaba un proceso de reestructuración.
La empresa agroexportadora que tenía una calificación crediticia excelente y que había sido beneficiada con líneas del Banco Nación anunciaba mediante un comunicado, que sus negocios “se han visto negativamente afectados por un contexto de crisis recurrentes, aumento de tasas de financiamiento, cierre de mercados y el incremento permanente del costo argentino”
En ese momento, la empresa decía que era un problema de stress financiero y que era un tema de solvencia y no de liquidez. Pero que no podía hacer frente a una deuda de USD 1350 millones, de los cuales más de USD 300 millones eran del Banco Nación.
En total, el pasivo de la empresa hoy seis meses más tarde se calcula en USD 1500 millones. Más del 50% de estas deudas afectan sector financiero nacional, principalmente a la banca pública (por financiamientos otorgados), cooperativas y sus asociaciones, productores y otras firmas agropecuarias a quienes Vicentín adquirió sus granos (acreedores quirografarios) y el Estado por deudas impositivas y aduaneras. Y las autoridades del Banco Nación de la gestión anterior, Javier González Fraga, enfrenta una causa judicial por los créditos otorgados, y uno de los dueños de Vicentín, Gustavo Nardelli, otra por violar la cuarentena e irse a navegar en su yate.
Pero, a pesar de esta situación de stress financiero que decía atravesar, los datos que comenzaron a surgir con el paso de los meses es que parecería ser más una decisión de la compañía esquivar el pago de los créditos. Por lo menos así se desprende de los resultados de 2019.
Un trabajo de la Bolsa de Cereales de Rosario (BCR) muestra que la compañía fue una de las mayores exportadoras del complejo de mayor peso en el comercio exterior argentino.
Mediante las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior la BCR señalaba que COFCO, China National Cereals, Oil & Foodstuffs, lideró el ranking de exportadores agroindustriales en 2019 con el 15% de las ventas totales, por 14,2 millones de toneladas. Le siguen Cargill, (11,9 millones de toneladas o un 12% del volumen total), y ADM (11,2 millones de toneladas, que equivale al 11%). El cuarto lugar en la lista lo ocupa Bunge, (9,5 millones de toneladas o un 9%,) y recién ahí aparece la primera empresa de capitales nacionales, Aceitera General Deheza (AGD) con 8,7 millones de toneladas.
Apenas 300.000 toneladas atrás quedó Vicentin. La empresa que tienen la planta de crushing (molienda del poroto) más importante quedó en sexto puesto. Mientras acusaba stress financiero, cerraba ventas por 8,4 millones de toneladas lo que le significó el 9% del total del mercado agroexportador de la Argentina.
Así, hasta finales de 2019 la facturación de Vicentin excedía los USD 4.200 millones anuales, tomando en cuenta los negocios de Molienda de oleaginosas y producción de harinas y aceites, sus participaciones en otros negocios como la producción de biocombustible, vinos, algodón, puertos, etc.
Según datos de la subsecretaría de Mercados Agropecuarios, en 2019 Vicentin fue el principal exportador del país de aceites y subproductos de soja y girasol, con un total de 7.425 toneladas vendidas al exterior
En esto contexto, con ventas del orden de los USD 3.000 millones durante los últimos tres ejercicios antes de la debacle, de las cuales más del 85% han sido exportaciones, la empresa se posiciona como la mayor del país en términos de capacidad instalada para molienda de granos y también la mayor productora de biodiesel del país. Así se posicionó entre los diez exportadores más grandes de Argentina y entre los primeros cinco de su sector.
A pesar de esto, tiene hasta la fecha más de 2.638 acreedores que no recibieron por parte de la empresa pago alguno por sus prestaciones. Más del 50% de las deudas corresponden al sector financiero, principalmente a la banca pública (por financiamientos otorgados), cooperativas y sus asociaciones, productores y otras firmas agropecuarias a quienes Vicentin adquirió sus granos y al Estado por deudas impositivas y aduaneras.
Los cuatro principales acreedores son entidades financieras públicas. El principal acreedor es el Banco Nación, (18.182.297.617,70) seguido por el Banco Provincia de Buenos Aires ($1.814.311.396,16), el BICE ($313.233.794) y el Ciudad ($318.704.741,10).
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