El Banco Central de la República Argentina (BCRA) dispuso prorrogar hasta el 31 de diciembre de este año la suspensión de la distribución de resultados de las entidades financieras.
La medida estaba vigente desde el 19 de marzo pasado, cuando a través de la Comunicación A6939, la autoridad monetaria prohibió la distribución de utilidades hasta el 30 de junio. En su reunión de hoy, el Directorio del BCRA decidió la extensión de la medida hasta fin de 2020.
“La decisión está en línea con las medidas que tomaron bancos centrales en todo el mundo para reforzar la capitalización del sistema en virtud del contexto económico que generó la pandemia de COVID-19”, afirmaron fuentes del Central. Asimismo, agregaron que el Banco Central Europeo y los bancos centrales de Australia, Canadá, Brasil, Rusia, India y Sudáfrica, entre otros, “tomaron medidas similares”.
Según pudo saber Infobae de fuentes del sector financiero, la decisión del Central tomó a los bancos con cierta sorpresa, ya que si bien hay contacto frecuente entre las entidades bancarias y los directivos del BCRA, no esperaban que esa medida se conociera hoy. En una de esas entidades expresaron que el tema sobrevoló en alguna conversación, pero que nunca les fue anticipada.
El Banco Central Europeo y los bancos centrales de Australia, Canadá, Brasil, Rusia, India y Sudáfrica, entre otros, tomaron medidas similares a lo dispuesto por el BCRA para sostener la solidez de sus sistemas financieros.
La rentabilidad del conjunto de los bancos que integran el sistema financiero en 2019 superó los $300.000 millones en valores nominales, pero no registró beneficios en términos reales, es decir, contemplando la inflación del período.
El “Informe sobre Bancos” del BCRA de diciembre pasado señaló: “En diciembre el conjunto de bancos obtuvo ganancias nominales equivalentes a 8,7%a. del activo (ROA) y a 67,4%a. del patrimonio neto (ROE). El sistema financiero cerró el año 2019 con un ROA nominal acumulado de 5,1% y un ROE nominal de 44,4%”.
Asimismo, la decisión se enmarca en una larga serie de restricciones al funcionamiento del mercado de cambios, iniciadas durante el final del gobierno anterior e intensificadas durante la cuarentena. La semana pasada, el BCRA incorporó rígidos controles para el pago de importaciones, deudas comerciales y cualquier otro gasto en dólares, tanto para personas físicas como para empresas. En ese escenario, era poco viable que el Central autorizara que los bancos accedieran a divisas para girar dividendos a sus accionistas en el exterior.
El Banco Central había incluido la suspensión de la distribución de resultados para las entidades financieras dentro del primer paquete de medidas para el sector financiero lanzado junto con la primera etapa del aislamiento obligatorio establecida por el Poder Ejecutivo el 19 de marzo pasado.
En ese momento, junto con esa decisión, también se dispuso la suspensión de las actuaciones penales y cambiarias, la reducción de encajes para los bancos que presten a las pymes al 24% anual, la flexibilización para calificar a los deudores bancarios y el cierre de las sucursales que limitaba la atención al público a las vías remotas. En ese conjunto de medidas de urgencia tomadas por el organismo que preside Miguel Pesce para enfrentar la cuarentena, que por entonces se pensó por dos semanas, se incluyó la restricción para las utilidades con el objeto de “sostener la capacidad prestable” de los bancos.
Seguí leyendo: