El Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires está diseñando los detalles de la próxima etapa de la cuarentena. Entre los cambios que están siendo considerados se piensa permitir volver a trabajar desde el lunes próximo a unos 20.000 locales comerciales de cercanía, entre ellos los de ropa y calzado. La autorización estaría limitada a los negocios de barrio, no a los de grandes locales comerciales o shoppings. Además, la intención es permitir salidas después de las 20 para salir a correr y una flexibilización de las salidas recreativas para chicos en los fines de semana,
“Por ejemplo los locales de la calle Cuenca o de la Paternal, si. Las grandes avenidas no”, explicó José Luis Giusti, ministro de Desarrollo Económico de la Ciudad en una entrevista radial. “No se puede probar en el local y después hay un período, un tiempo que estamos evaluando, en el que la persona no puede volver a probarse esa ropa en caso de ser devuelta”, agregó.
Como adelantó ayer Infobae, la decisión final está supeditada a la evolución de la curva de contagios de coronavirus COVID-19. Si sigue estable, sin nuevos aumentos en la cantidad de casos, se habilitaría a partir del lunes.
Se analiza que se pueda salir a hacer ejercicios o running después de que cierre la actividad esencial, después de las 20 horas
“En cuanto a peluquerías, tenemos el protocolo pero todavía no”, dijo Giusti a Radio La Red. Respecto de lo que se está pensando para la actividad física, agregó: “Lo que estamos evaluando con la autoridad sanitaria y con el Gobierno nacional es la posibilidad de que la gente pueda salir a hacer actividad física, a correr, cuando se termina la actividad esencial en la ciudad, a alrededor de las 8 de la noche”.
Además, el funcionario agregó que también se podrían flexibilizar las salidas de paseo para niños los fines de semana. Consistiría en eliminar la condición de que el acompañante tenga determinado DNI. “La gente entendió que es un paseo, no generó aglomeraciones”, dijo.
Por último, Giusti detalló que entre el 15% y el 20% de los comercios que estuvieron habilitados para abrir por la cuarentena no abrieron. “Ahí puede haber distintas circunstancias, como que el personal vulnerable no pueda trabajar o que por un problema económico no hayan podido abrir”, comentó.
Los detalles del plan para la próxima estapa de la cuarentena porteña se terminaron de detallar en un encuentro en la mañana del martes, donde participaron el vicejefe de Gobierno, Diego Santilli, el ministro de Desarrollo Económico, José Luis Giusti, y el presidente de la Federación de Comercio e Industria (Fecoba), Fabián Castillo, que presentó los protocolos sanitarios para la apertura de los comercios de indumentaria y calzado.
“Hemos tenido una reunión auspiciosa. Creemos que están dadas las condiciones para la apertura de comercios de rubros que hasta hoy no pudieron abrir. En las próximas 48 horas habrá precisiones en línea con las definiciones que se adopten en torno a la cuarentena dispuesta por el Gobierno nacional, lo que permite pensar que la semana que viene muchos negocios que hasta ahora estuvieron cerrados puedan abrir”, indicó Castillo.
Una de los reclamos que plantearon desde la federación es la competencia desleal que llevan adelante los supermercados de grandes cadenas que pueden vender productos no esenciales como indumentaria y calzado. Según Castillo, las autoridades del Gobierno de la Ciudad se comprometieron a tomar medidas para restringir la venta de este tipo de artículos en estos comercios.
Los protocolos ya estás listos, son los los mismos que se utilizan para el resto de las actividades comerciales ya habilitadas, pero se incorporarán algunas precisiones que tienen que ver con el contacto con la ropa y el uso de probadores.
Los locales de ropa y calzado en los barrios no podrán utilizar los probadores. Los cambios y devoluciones también tendrán un período de espera antes de que otra persona se pueda volver a probar una prenda
Entre las medidas que se disponen en los protocolos están que solo pueda haber una persona cada 15 metros dentro del local, distanciamiento entre los empleados (todos deben usar barbijo) y los clientes, alcohol en gel a disposición, un trapo de piso con lavandina en el ingreso. Además, los compradores deben esperar afuera para poder ingresar y los empleados tienen que vivir en el barrio donde se encuentra el comercio, para evitar el uso del transporte público.
Desde comienzos de mayo, se habilitó en la ciudad la actividad de comercios minoristas como librerías, jugueterías, florerías, perfumerías, decoración, materiales eléctricos, electrodomésticos, instrumentos musicales y bicicleterías, siempre en el horario de 11 a 21 horas. También se habilitó la venta de comida y bebida en formato “para llevar” en restaurantes, bares, cervecerías y otros locales gastronómicos, de lunes a lunes a partir de las once de la mañana sin límite de horario de cierre.
Sin embargo, la semana pasada, el Gobierno porteño dispuso que los locales que no sean de rubros esenciales, como alimentos, ferreterías y farmacias, solo podrán abrir en los barrios y deberán permanecer cerrados en el caso de estar ubicados en zonas de alta densidad de circulación, como las principales avenidas comerciales.
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