Un cambio exponencial es una alteración drástica, acelerada y transformadora del orden actual que excede la comprensión inmediata y nos enfrenta a algo radicalmente nuevo, en un tiempo al que no estamos habituados, que no es casi incomprensible. Si somos empresarios, y nuestra industria enfrenta una disrupción por algún jugador que crece exponencialmente es posible que cuando nos demos cuenta, estemos “agonizando”. Si no cambiamos, si no nos preparamos, somos el taxi del Uber, el Blockbuster de Netflix.
Es más simple entender la exponencialidad del cambio contraponiéndola con los cambios lineales, a los que efectivamente estamos más habituados. Ejemplos del cambio lineal:
- Cambio lineal en una serie numérica: pasar de 1 a 2; de 2 a 3; de 3 a 4 y 4 a 5 es algo previsible. Pensemos por ejemplo en nuestros hijos comprando en el kiosco de la escuela y viendo como su alfajor favorito aumenta de precio en forma lineal: va aprendiendo el niño que los precios suben, cambian, se adaptan.
- Cambio lineal en la compra y venta de alimentos: compramos en el almacén de barrio, en el supermercado, en grandes tiendas, en grandes tiendas con promociones. Observamos previsiblemente, con encuestas, con tendencias, los cambios progresivos en los hábitos de consumo y el comportamiento de las empresas del rubro. Nos adaptamos.
Veamos los mismos ejemplos desde la exponencialidad:
- Cambio exponencial en una serie numérica: pasar de 2 a 4, de 4 a 8, de 8 a 16, de 16 a 32, de 32 a 64 y de 64 a 128. En cada salto de la serie, la escala exponencial nos pone en niveles que desafían nuestra capacidad de control, absorción de la información y gestión.
- Cambio exponencial en la compra y venta de alimentos: De un día para el otro (creemos nosotros ya que tenemos capacidad y acostumbramiento a observar procesos lineales y no exponenciales), todas nuestras compras, o el 80% de ellas se realizan por la web, a tiendas virtuales que ni siquiera conocemos. Compramos de otro modo a otro lugar sin siquiera saberlo ni desearlo, se nos fue de control.
Una organización exponencial (ExO) es una cuyo impacto (o resultado) es desproporcionadamente grande –al menos diez veces superior– al compararla con sus iguales
La exponencialidad, fue comprendida cabalmente por la comunidad de negocios a partir del libro de Salim Ismail, Michael S. Malone y Yuri van Geest, Exponential Organizations (2014), donde se explicó detalladamente el funcionamiento de las llamadas “organizaciones exponenciales” y se conceptualizó un cambio radical en el modo de armar negocios y empresas, de perseguir objetivos y realizarlos. Se le dio el marco a los resultados de compañías como Waze, RB&B, TED, Google, Tesla, Mercado Libre, Globant, Rappi y otros.
A partir de allí, se generaron metodologías y conceptos que ayudaron a comprender más y mejor los cambios organizacionales, al punto de que no solamente se entendieron algunas condiciones para la velocidad exponencial del cambio en empresas o industrias sino también por qué sucedían esos cambios, cómo sucedían y la forma de replicar algunas conductas organizacionales y características de ese tipo de cambios.
Definición de libro: una organización exponencial (ExO) es una cuyo impacto (o resultado) es desproporcionadamente grande –al menos diez veces superior– al compararla con sus iguales, gracias al uso de nuevas técnicas organizativas que sirven de tecnologías aceleradoras.
De todos modos y esto es importante, no está en la tecnología o en su uso el único atributo que permite el cambio exponencial (a pesar de ser un atributo muy importante). Los autores permitieron analizar una serie de características que deben ser consideradas. En el caso que exista la convicción de cambiar, o que veamos que el mercado está en condiciones de ser impactado por algo que está aplica las variables necesarias para conseguir un cambio de esa magnitud, ¿qué queremos hacer nosotros?
Hagámonos algunas preguntas disparadoras para analizar si se está en el buen camino. Consideremos la posibilidad abrumarnos y frustrarnos si al leerlas respondemos que no a todas las preguntas:
- ¿Contamos con un propósito claro? ¿Hay personas realmente interesadas en nuestro propósito? ¿Nos distingue claramente de otros? ¿Llega a mucha gente, conectamos emocionalmente con ellos?
- ¿Nos apalancamos en tecnología? ¿Tenemos la capacidad de superar las barreras históricas de penetración de mercado, diseño de producto, delivery del servicio a través del uso de alguna tecnología, plataforma o desarrollo tecnológico que nos potencie?
Son todas empresas 'livianas’ y usan activos externos. Uber no tienen autos propios ni empleados; Waze no tienen radares y Rappi no tiene bicicletas. Son empresas exponenciales, disruptivas y hacen que lo anterior parezca obsoleto
- ¿Tenemos metodologías y disciplina para aprender rápido de nuestros errores?
- ¿Somos livianos, usamos activos externos que no nos cuestan tiempo ni dinero para apalancar nuestro negocio? ¿Tenemos empleados a demanda y podemos crecer estacionalmente?
- ¿Evaluamos nuestra performance y con pocos datos y confiables, y a través de plataformas tecnológicas en períodos cortos o en tiempo real?
- ¿Hemos abierto al mundo nuestra operación o nuestro conocimiento? ¿Contamos con socios estratégicos, plataformas y visión global?
- ¿Tenemos una estrategia de negocio digital, sistemas que la soporten y personas que piensen digitalmente?
- ¿Hacemos planes a corto y mediano plazo y medimos su avance en períodos cortos?
- ¿Tenemos colaboradores entusiasmados, autónomos, que no tienen miedo a equivocarse y cuentan con recursos para crear? ¿Tienen métodos y entorno para innovar?
Uber, Waze y Rappi tiene un propósito: evitar el tráfico, guiar de manera rápida y llevarle cosas a mucha gente. Están apalancados en tecnología. Salvo problemas de regulaciones, relación con las leyes laborales y cierta inestabilidad para ellos, los asociados, clientes o comunidades, los vemos siempre rápidos de reflejos y en sintonía plena con el contexto.
Hay mercados que aún no sufrieron disrupciones y siguen operando de manera similar hace cientos de años, como los seguros o la medicina
Son livianos y usan activos externos. Uber no tienen autos propios ni empleados; Waze no tienen radares y Rappi no tiene bicicletas. Son empresas exponenciales, disruptivas y hacen que lo anterior parezca obsoleto.
¿Cuánto puedo alejarme de esas reglas si quiero cambiar exponencialmente? Si soy un bróker de seguros, un médico, un psicólogo, si tengo un restaurante, un bar o camiones tengo que hacerme esas preguntas. Hay mercados que aún no sufrieron las disrupciones y siguen operando de manera similar hace cientos de años, como los seguros o la medicina.
No hay que responder con un rotundo “sí” a todas las preguntas. Incluso, siguiendo los lineamientos de las organizaciones o el pensamiento exponencial, es probable que al terminar de leerlas las preguntas ya sean otras. Sin embargo, hay dos o tres palancas que se deben considerar para pegar un salto y cambiar... o al menos sobrevivir.
1 - ¿Tengo un propósito auténtico que me impulsa? ¿O solo es un negocio al que trato de cuidar, gente que quiero retener y clientes a los que le quiero vender y cobrar?
2 - ¿Me apalanco en tecnología? El cambio exponencial solo se produce con tecnología.
3 - ¿Quiero cambiar? O sea, asociarme con otros, acostumbrarme y aprender del error, ser distinto, explotar.
Si las respuestas a las tres últimas preguntas son “no”, entonces no existirá cambio exponencial y, posiblemente, dentro de algún tiempo habrá poco a lo que aferrarse. Si no lo haces vos, habrá otro que lo hará.