El Gobierno confirmó que durante junio se pagará la segunda ronda del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), con el objetivo de asistir a los sectores más vulnerables que vieron afectados sus ingresos por el impacto de la pandemia del COVID-19.
El anuncio fue formulado por la directora ejecutiva de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), Fernanda Raverta, durante una conferencia de prensa realizada en la Casa Rosada, acompañada por el secretario de Política Económica, Haroldo Montagu, y la directora nacional de Economía y Género, Mercedes D’Alessandro.
Según explicó la funcionaria, el cronograma de pago se pondrá en marcha el próximo 8 de junio mediante el pago a aquellos receptores de la Asignación Universal por Hijo (AUH), que recibirán ambos beneficios en forma conjunta. Esa etapa se extenderá hasta el 22 de junio, según el siguiente cronograma:
Posteriormente, entre el 23 de junio y el 6 de julio, se estableció que cobrarán quienes puedan informar una Clave Bancaria Uniforme (CBU) para poder recibir el pago en una cuenta bancaria. Y luego, se comenzarán a pagar los $10.000 a aquellos beneficiarios no bancarizados.
Asimismo, se aclaró que entre el 23 de junio y hasta el 6 de julio se les depositarán los $10.000 a aquellos beneficiarios que cuentan con CBU pero habían optado por otro sistema de cobro al momento de elegir modalidad de pago.
“Los que no tengan la posibilidad de cobrar a través del banco, además de recibir los $10.000 podrán recibir un CBU, para que no solo estén incluidos ante la emergencia sino que también queden bancarizados y reciban inclusión en todos los sentidos”, señaló Raverta.
“Nuestra intención es llegar al 100% de los beneficiarios con los $10.000 y con una cuenta bancaria”, añadió.
La funcionaria señaló que la Anses busca armar “un cronograma inteligente, más ágil, que se extiende en el tiempo porque 9 millones de personas no pueden salir todos juntos a cobrar”.
Raverta afirmó que el proceso de pago de esta segunda cuota se extenderá a lo largo de 4 a 5 semanas, en contraposición al primero que se inició a comienzos de abril y aún no finalizó.
La funcionaria anticipó que quienes cobraron el bono de $10.000 en su primera emisión no necesitarán anotarse otra vez para cobrar el refuerzo, que el universo de beneficiarios sería el mismo que ya accedió a la primera ronda. “No hay que inscribirse, el que cobró, va a volver a cobrar”, señaló.
A lo largo del anuncio, Raverta hizo especial foco en que el cronograma debía brindar seguridad sanitaria a quienes fueran a cobrar, en clara referencia –aunque sin mencionarlo– a lo ocurrido el pasado 3 de abril, el “viernes negro”. Ese día, en plena cuarentena, las sucursales bancarias recibieron aglomeraciones de público que aspiraban a retirar el dinero de su jubilación y del IFE. Desde distintos sectores, se culpó a la Anses, entonces presidida por Alejandro Vanoli, de la superposición de pagos.
“Nuestra misión es que no se agolpe gente en la calle”, dijo Raverta. “Vamos a armar un cronograma inteligente”, repitió, que no genere “riesgos en materia sanitaria”. A la vez, recordó las dificultades que trajo en marzo para la implementación de los pagos el hecho de que la totalidad de las sucursales bancarias estuvieran cerradas.
La funcionaria dejó en claro que la base de beneficiarios no se ampliará. Recordó que para el primer pago del IFE, la Anses procesó la información de más de 13 millones de personas que derivó en el padrón final de 8,3 millones de beneficiarios y que el Gobierno cree haber llegado a “la enorme mayoría” de las familias que carecen de otro ingreso para enfrentar la parálisis económica de la pandemia.
Consultada sobre si existirá un tercer pago del IFE, Raverta no descartó esa posibilidad pero tampoco la confirmó, en el contexto dinámico que impone la situación sanitaria: “Iremos viendo. Este gobierno va analizando qué medidas tomar en cada una de las etapas de la pandemia”.
Los requisitos para cobrar el IFE
El cobro del IFE les corresponde a trabajadores y trabajadoras informales o de casas particulares y a monotributistas sociales o de las categorías A y B que cumplan con los siguientes requisitos: ser argentino nativo o naturalizado y residente, con una residencia legal en el país no inferior a 2 años; tener entre 18 y 65 años de edad; que el titular o su grupo familiar no tengan ingresos provenientes de una prestación de desempleo, jubilaciones, pensiones o retiros contributivos o no contributivos nacionales, provinciales, municipales o de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, de planes sociales nacionales, provinciales o municipales, o de salario social complementario.
El IFE sí es compatible con el cobro de la Asignación Universal por Hijo, la Asignación por Embarazo y el programa Progresar, y es asignado a un solo integrante del grupo familiar priorizando a la mujer.
Según un informe de los Ministerios de Economía, Desarrollo Productivo y Trabajo, el pago del IFE evitó que en el último tiempo entre 2,7 y 4,5 millones de personas cayeran en la pobreza y la indigencia en la Argentina.
El IFE, que en su primera instancia alcanzó a 8,3 millones de beneficiarios que vieron reducidos sus ingresos durante la cuarentena, “es una de las medidas de transferencias más grandes llevadas a cabo en el marco de la pandemia que ayudó a evitar que se amplíen las brechas de desigualdad que existen en el país”, según explicó el Ministerio de Economía en un reciente informe.
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