Los acreedores debieron enmudecer por el pacto de silencio acordado con el gobierno que prepara su contrapropuesta y llevó a los inversores creer que la negociación no terminará el 2 de junio sino al final de ese mes con todos los dioses a favor. Esa incertidumbre fue mayor a la que podían soportar. Por eso algunos tenedores de bonos optaron por salirse del negocio y tomar ganancias.
Los bonos en default, que son los que están bajo ley argentina, tuvieron pérdidas de hasta 1,20% como fue el caso del Bonar 2020. El Bonar 2024, cayó 1,05%. Pero estos bonos no entran en la medición del índice que confecciona JP Morgan. Los que definen el embi+, más conocido como riesgo país, son los de legislación extranjera y de largo plazo. El Discount, el de más elevada ponderación, bajó 3,42% y el Par, 3,61%. Esto hizo que el riesgo país subiera 75 unidades (+2,88%) a 2.751 puntos básicos. Todavía falta un tramo para que supere los 3.000 puntos, pero estas tres últimas subas consecutivas no tranquilizaron a los grandes jugadores.
La situación también influyó en los precios de los dólares alternativos que volvieron a reinar en la plaza y esta vez subieron negociando el volumen que tenían antes de que se impusiera el nuevo “parking” para los compradores de dólares alternativos. La eficacia de la medida, para limitar este mercado, duró apenas dos ruedas.
El contado con liquidación subió $2,85 (+2,6%) a $112,69. El dólar Bolsa o MEP fue el más demandado y anotó una suba de $ 3,85 (+3,6%) a $109,41. Al dólar libre, en tanto, nadie lo mira. Cayó $3 y cerró en $123.
Los dólares oficiales siguen transitando en la nada. La devaluación es ínfima. En bancos y casas de cambio subió 6 centavos a $70,69 colocando al dólar solidario en un precio de $91,33. El dólar mayorista no abandona su devaluación demasiado lenta y poco adecuada a la situación de los precios internacionales y al valor de las monedas de los países emergentes que padecieron fuertes devaluaciones que dejaron en mejor situación de competitividad a sus exportadores. La divisa subió apenas 9 centavos a $68,45.
A estos precios no hay oferta de los exportadores por lo que los dólares a los importadores se los debió proveer el Banco Central de sus reservas. Esta tozudez le costó casi USD 100 millones. Las reservas perdieron 61 millones y quedaron en USD 42.449 millones. En esta baja tuvo que ver la caída de los depósitos en dólares. El 21 de mayo cedieron 34 millones a USD 16.986 millones, un nivel que no conocían desde el 31 de octubre de 2016. No es una fuga de depósitos, sino un retiro que empresas y particulares hacen por necesidades de fin de mes, ante la falta de ingresos y por el rechazo a endeudarse. La pandemia ha tocado los ingresos de todos y algunos echan mano a sus recursos más líquidos para seguir adelante. Por supuesto, que esos dólares no se venden en el mercado oficial, sino en los alternativos, de allí la poca eficiencia que tienen las limitaciones que cada tanto impone el Banco Central. Lo que atenuó la caída de las reservas fueron la suba del euro y del oro.
La Bolsa, fue la que más sintió el impacto de esta jornada desfavorable donde la búsqueda de cobertura tuvo más fuerza que el riesgo. Los negocios se estabilizaron en $ 1.278 millones y el S&P Merval, el índice de las acciones líderes, cedió 3,58%. El derrumbe empezó a las 14.00 cuando la pérdida del índice era de apenas 0,6%.
Los bancos fueron los más castigados porque lo que sucede con la negociación de la deuda, los afecta directamente, tanto como el anuncio de jefe de gobierno Horacio Rodríguez Larreta, sobre que la cuarentena podría seguir hasta agosto. La cantidad de perdedores que puede haber hasta ese mes puede golpear en el índice de morosos e incobrables. Por eso las mayores bajas fueron las de Grupo Galicia (-6,83%), Supervielle (-6,42%) y BBVA (-5,06%).
Los ADR’s argentinos -certificados de tenencia de acciones que cotizan en Wall Street- también fueron afectados. Cresud llegó a perder 11,54%; Galicia, 8,59%; YPF, 7,18% y Edenor, 6,52%.
El cielo se nubló por los datos desalentadores de la pandemia y porque el tema del día fue que la Argentina se encamina a ser Venezuela. Dos integrantes del espectáculo de ideas opuestas, popularizaron el tema. El debate no le agradó al presidente Alberto Fernández que, para calmar a los mercados y demostrar independencia en su gestión, condenó públicamente la propuesta de tomar acciones de las empresas privadas a cambio de los auxilios estatales. Además, habló de una reforma impositiva donde los sueldos no sean castigados por el impuesto a las Ganancias, un antecedente que golpea más a la gestión de Cristina Fernández de Kirchner que a la de Mauricio Macri.
Se va a necesitar bastante más para que renazca la confianza de los inversores. La cobertura en dólares hace que naufraguen todas las intenciones de contener el precio y la cantidad de operaciones en dólares alternativos. La devaluación del dólar mayorista parece más cerca para cuidar las reservas.
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