Finalmente se reunió el International Swaps and Derivatives Association (ISDA) para determinar si el país incurrió en un “evento de crédito” que habilita la activación de los CDS, es decir, los seguros contra default (credit default swaps, según las siglas en inglés).
Aunque el plazo de negociaciones con los acreedores del país se extendió y ya hubo un incumplimiento por USD 503 millones y aún ninguno de los tenedores de deuda de la Argentina solicito la cesación de pagos, el Comité de Derivados para la región de América definirá mañana si el país entró en default y habilita el pago de los seguros.
De esta manera, los 14 bancos que conforman el ISDA determinarán si el país incurrió en un default y si ahora los acreedores podrán acceder a sus seguros que, el monto de esos seguros, según la agencia Bloomberg, alcanza los USD 1.500 millones.
La definición del ISDA respecto de que la Argentina entra o no en default ahora abre un nuevo proceso.- “Esto es un contrato entre privados en donde, una vez que estas 14 entidades definen que un país está en default, hay un plazo de 10 días en el que se fija una fecha para realizar una subasta. A los 30 días, el tenedor del seguro cobra en efectivo”, relata el proceso a Infobae el especialista en deuda Sebastián Maril. “Lo que se vota es si Argentina entró en default. No le afecta nada en términos económicos al país. No tiene que pagar nada. En un problema entre privados”, agregó.
La reunión del ISDA sólo puede ser solicitada por una o varias de las 14 entidades financieras que lo conforman y que son las que votan: Bank of America, Barclays Bank, BNP Paribas, Citibank, Credit Suisse, Deutsche Goldman Sachs, JPMorgan, Mizuho Securities, AllianceBernstein, Elliott Management, Citadel, PIMCO y Cyrus Capital.
“No se sabe quién es el que pide la reunión, sí que es uno de los catorce miembros y que no lo puede pedir un bonista argentina. En este caso, hay uno de los miembros que también es acreedor, pero no significa que sea el que lo haya pedido”, explicó Maril.
Maril hace referencia a PIMCO, Pacific Investment Management Company, que se hizo conocido en el mercado local por tener el 40% del Bono de Política Monetaria (Bopomo).
La pregunta es qué sucede si en el lapso de esos 30 días que define la entidad la Argentina alcanza un acuerdo con sus acreedores que le permite “levantar” el default. Para el CEO FINGURU S.A. no se modifica nada. “Esto es un seguro y la Argentina ya chocó. Al declararse el default el que tiene el seguro va a cobrar y después volverá a cobrar lo que sea de los bonos”.
La decisión del ISDA respecto del caso argentino tiene algunas aristas particulares. Si bien en la organización están todos representados, desde los bancos que venden los seguros hasta los acreedores que los toman, pasando por supuesto por los grandes colocadores de deuda soberana, en la cúpula de la organismo sobresale un nombre: el de uno de los principales acreedores de la Argentina, al que el ministro de Economía eligió como interlocutor principal para confrontar en la negociación, Blackrock.
El presidente del ISDA es Eric Litvack, Managing Director del Société Générale mientras que el vicepresidente es Axel van Nederveen, Managing Director del European Bank for Reconstruction and Development. Tercero en la jerarquía, con el cargo de secretario de la entidad, se ubica Jack Hattem, managing director de Blackrock para el departamento de renta fija a nivel global.
En el resto del directorio está integrado por otros 25 altos ejecutivos de grandes bancos y fondos como Pimco, HSBC, Bank of America, Morgan Stanley, Citigroup, Deustche Bank o RBC Market Capital. Entre los miembros, en tanto, se destaca otro de los nombres célebres entre los acreedores de la Argentina, el de Elliot Management, el fondo buitre de Paul Singer que litigó durante años contra el país hasta que acordó, en 2016, el pago que determinó la salida del default de 2014.
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