Los bonos argentinos operaron en alza en el exterior, pero no porque haya cambiado su estatus, ahora en condiciones de default, si no que porque en el marco de la cesación de pagos empezaron a cotizar “flat”, lo que implica que a su precio se adicionan los intereses corridos hasta la fecha.
A este aumento técnico también lo complementó una demanda más tonificada. Ambos factores incidieron en el riesgo país, que cayó más de 200 puntos y perforó el piso de los 2.600 enteros por primera vez desde el 6 de marzo.
“A partir de la fecha al ser considerados bonos en default EMTA (Trade Association for the Emerging Markets) considera que deben ‘tradear’ flat, es decir que los intereses corridos de los bonos hasta la fecha están implícitos en el precio del bono, por eso vemos subas de hasta 3 a 4 dólares en los mismos”, precisó Mariano Marcó del Pont, analista de Silver Cloud Advisors.
Desde Portfolio Personal Inversiones indicaron que “Argentina ya entró técnicamente en default, realidad que pesa sobre la nota crediticia del país. En este marco, al no haber pagado los servicios de los bonos globales, el principal riesgo está en la activación de las cláusulas de aceleración como la de cross default”.
Después de analizar las contraofertas de los bonistas extranjeros, el ministro de Economía entregó a los bonistas la nueva oferta del Gobierno. El ministro de Economía Martín Guzmán mejoró un 10% la propuesta inicial, pasando de USD 40 de valor presente neto, a un promedio de USD 45 por cada lámina de 100 nominales.
El nuevo plazo para alcanzar un acuerdo con los acreedores vencerá el próximo 2 de junio
“Los fondos de inversión analizaron la oferta mejorada de Guzmán y replicaron que no alcanzaba. Ahora, en plena negociación, los bonistas exigen un promedio de USD 53 de valor presente neto. Por lo que la brecha entre ambas ofertas es de USD 8, menor a la inicial pero aún sin acuerdo”, comentaron los analistas de Research for Traders.
Aunque Argentina no cumplió con el plazo para el pago del viernes 22, una fuente cercana a las negociaciones y familiarizada con la postura del Gobierno dijo a Reuters que las conversaciones tuvieron un progreso “notable” y que un acuerdo es posible en “cuestión de días”.
Los ejecutivos de las principales agencias de crédito son optimistas de que Argentina eventualmente llegará a un acuerdo, pero advirtieron que los problemas económicos del país están lejos de terminar.
Guzmán mejoró un 10% la propuesta inicial, a un promedio de USD 45 por cada lámina de 100 nominales
“Argentina tiene una historia sobre este tema y muchos piensan que no será el último”, comentó Gabriel Torres, vicepresidente de Moody’s, sobre el incumplimiento de Argentina. Agregó que el país eventualmente “tendrá que pagar lo que ha acordado”.
Todd Martínez, director de soberanos de América Latina en Fitch Ratings en Nueva York, advirtió que el progreso hacia una resolución podría ser más desafiante mientras más se prolonguen las conversaciones después del default de Argentina.
“Si se trata de un default sin signos de progreso hacia una resolución, podría aumentar las incertidumbres y tener algunos efectos desestabilizadores, pero éstos podrían ser mínimos si el progreso reciente hacia un acuerdo continúa”, dijo Martínez.
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