Por la cuarentena, durante el mes de abril solo se realizaron siete operaciones de compraventa de inmuebles en la ciudad de Buenos Aires, según los datos del Colegio de Escribanos de la Capital Federal. El monto involucrado en las escasas operaciones fue de apenas $20,7 millones. El año pasado, ya había marcado el peor año histórico para la actividad inmobiliaria, con registros inferiores a la crisis de 2002 y a los años del cepo cambiario.
Con estos números, además, la compraventa de inmuebles en la ciudad se acerca a los dos años de caída. Los registros de abril -inéditos para la actividad- marcan el vigésimo tercer mes consecutivo con caída en la medición interanual.
“Los datos del mes de abril serán vistos en la serie históricamente claramente como una foto de época. El confinamiento y las restricciones solo permitieron actos de fuerza mayor que tuviesen una razón de salud o humanitaria. De todos modos, y pese a que las escribanías atienden con turnos con reserva previa, falta bastante para recuperar actividad, sobre todo porque los actores vinculados a nuestra labor están limitados también y hay servicios que no han reabierto”, explicó Carlos Allende, presidente del Colegio de Escribanos.
El confinamiento y las restricciones solo permitieron actos de fuerza mayor que tuviesen una razón de salud o humanitaria
La actividad de los escribanos fue declarada como esencial a partir del 6 de abril, por la Decisión Administrativa 763/20 del Gobierno nacional. Sin embargo, se limitó a algunos casos como realizar poderes, operaciones que involucraran a servicios de otras actividades ya declaradas como esenciales o casos de “fuerza mayor” o por razones humanitarias, donde se incluye a los que necesitan vender su propiedad con urgencia.
La venta de propiedades cayó un 40% durante 2019, en comparación con los números de 2018. Para tener una idea del impacto en la actividad, en abril de 2018 -cuando aún había opciones de crédito- se podían alcanzar las 6.000 operaciones. El récord de abril fue 2002 con 8.000 operaciones y se dio porque en ese momento una normativa permitía comprar inmuebles con los ahorros que habían quedado en el corralito.
Los números del primer cuatrimestre de 2020 muestran que la caída respecto a 2019 es de casi el 60%. Los escribanos ya proyectan que este año va a haber apenas poco más de 4.000 operaciones en cuatro meses. Es un promedio de dos escrituras por escribano, ya que la ciudad de Buenos Aires cuenta con cerca de 1.800 escribanos en actividad.
La actividad inmobiliaria está paralizada desde el comienzo de la cuarentena. Si bien desde hace una semanas las inmobiliarias retomaron la actividad en varias zonas del país -incluida la ciudad de Buenos Aires- los corredores no tienen autorización para mostrar los inmuebles en venta a los posibles compradores.
La entidad que agrupa las inmobiliarias porteñas, el Colegio Profesional de Corredores Inmobiliarios (Cucicba) envió un pedido formal al Jefe de Gobierno Porteño, Horacio Rodríguez Larreta, para que permita sumar la muestra de inmuebles a potenciales inquilinos o compradores.
“Estamos agradecidos de que se nos haya permitido regresar a la actividad en nuestras oficinas. Sin embargo, el hecho de no poder mostrar los inmuebles implica una problemática insalvable, ya que nos impide celebrar nuevos contratos de Alquileres o boletos de venta”, expresó Armando Pepe, Presidente de Cucicba
Con estos números, además, la compraventa de inmuebles en la ciudad se acerca a los dos años de caída. Los registros de abril -inéditos para la actividad- marcan el vigésimo tercer mes consecutivo con caída en la medición interanual
Según destacaron desde el Colegio, a pesar de la cuarentena, los profesionales inmobiliarios reciben consultas tanto de propietarios de inmuebles como de interesados en adquisición y alquiler, sobre todo, enfocadas en los valores de las propiedades. “Existe una fuerte voluntad de que se reactive el mercado, el cual venía sufriendo un parate total en la actual coyuntura”, agregaron desde la entidad que agrupa a las inmobiliarias.
Cucicba presentó una guía para mostrar departamentos de forma segura que incluyen la limpieza y desinfección de los inmuebles antes, durante y después de cada visita, la provisión de alcohol en gel y un baño para el lavado de manos a quienes los visiten, el mantenimiento de la distancia social y el uso individual de ascensores.
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