Las economías regionales necesitan un aporte de USD 812 millones en capital de trabajo simplemente para mantenerse en pie, según surge de un relevamiento de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) cuyos resultados fueron presentados por la organización al ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Luis Basterra.
Se trata de una encuesta realizada entre 283 pequeños y medianos productores terminada el 12 de mayo que detectó severas dificultades tanto a nivel productivo como de exportación, para afrontar el pago de servicios y también obligaciones impositivas, entre otras cuestiones.
“El Covid-19 pegó fuerte en las economías regionales. En abril, los productores tuvieron serios problemas para trabajar con normalidad, comprar insumos, consensuar el valor del dólar, cobrar cheques, exportar, vender, pagar salarios y acceder a los programas oficiales”, dice la parte inicial del informe, que precisa también que el 63% de las explotaciones agropecuarias del país corresponden a economías regionales, que anualmente invierten alrededor de US$ 4200 millones en concepto de capital de trabajo. 56%
Se trata de un complejo que emplea entre 900.000 y un millón de trabajadores, un 70% de la mano de obra rural, en 2019 exportó por más de USD 7.200 millones y es clave en el abastecimiento interno de frutas, verduras, carnes, leche y arroz, entre otros alimentos
Este complejo productivo, dice CAME, emplea entre 900.000 y un millón de trabajadores, un 70% de la mano de obra rural, en 2019 exportó por más de USD 7.200 millones y es clave en el abastecimiento interno de frutas, verduras, carnes, leche y arroz, entre otros alimentos.
Entre otros datos, del relevamiento surge que 11% de los productores no pudo cosechar/producir y otro 48% lo hizo sólo hizo parcialmente. La falta de producción y ventas, calculó el centro de Economías Regionales de CAME, hizo que el sector necesite hoy USD 812 millones en capital de trabajo para simplemente “mantener la subsistencia de la explotación agroalimentaria”
Otros datos que surgen de la encuesta:
- 53% de los productores relevados contó con todo su personal para cosechar/producir en abril.
-A su vez, 40% de los productores no pudo abonar los salarios del mes. Entre quienes pagaron, 39% lo hizo con las ventas de marzo y abril y 37,4% con fondos propios.
- 82% de los pequeños y medianos productores tuvo dificultades para comprar materias primas o insumos. De hecho, los problemas de abastecimiento son un “incipiente conflicto” aunque hasta ahora “el 52% pudo trabajar igual”.
-74% de quienes exportan tiene ahora dificultades para hacerlo, por demoras logísticas y en el trámite de autorizaciones y registros y, claro está, en la volatilidad cambiaria, lo que les complica fijar precios y los expone a operaciones de pérdida de dinero o pérdida de clientes.
-El valor del dólar es mencionado como un problema por el 29% de los productores, que debió comprar a valor blue, mixto, Contado con Liquidación o “dólar bolsa”, mucho más caros que el que perciben cuando sus productos se exportan. Poco más de la mitad, un 56%, logró comprar insumos y materia prima pagando el “dólar oficial”.
-El informe reconoce, eso sí, que se atenuaron los problemas en la cadena de pagos: en abril el 60% no tuvo cheques rechazados. El restante 40% los tuvo, en variadas proporciones.
-El pago de servicios e impuestos es otro grave problema. Un 29% de los productores no pudo hacer frente al pago de servicios públicos de abril, proporción que en algunos sectores llegó al 80%. El principal problema fue la provisión eléctrica, al punto que 50% dejó de pagar facturas de luz. Se trata de un problema serio en sectores electrodependientes, como la olivicultura, la vitivinicultura y la horticultura, que dependen de sistemas de riego.
-En cuanto a impuestos, el 45% no pudo afrontarlos. Los tributos más difícil o problemáticos de afrontar son en IVA (23% no pudo pagarlo), contribuciones patronales (19%), Ganancias (18%) e impuestos provinciales (18%).
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