Exclusivo: las claves de la negociación secreta entre Martín Guzmán y los bonistas para lograr un acuerdo por la deuda externa

Dialogaron durante toda la tarde, aún persisten las diferencias entre el gobierno y los fondos de inversión, y las conversaciones continuarán durante todo el fin de semana largo

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Alberto Fernandez en su despacho de la quinta presidencial
Alberto Fernandez en su despacho de la quinta presidencial

Por instrucción directa de Alberto Fernández, el ministro de Economía mantuvo hoy una sucesión de videos conferencias con poderosos fondos que invirtieron 66.000 millones de dólares en títulos soberanos de la Argentina. Al finalizar la primera ronda de negociaciones, entre Martín Guzmán y los bonistas bajo legislación extranjera, continuaban las diferencias de fondo y se decidió continuar mañana con una pulseada financiera que aún tiene final abierto.

El ministro de Economía ofreció al grupo liderado por BlackRock un Valor Presente Neto (NPV) de 45 dólares por cada lámina de 100 dólares, mientras que este importante acreedor privado replicó con una propuesta cercana a los 53 dólares (NPV).

Si bien las diferencias entre las puntas continúan siendo muy amplias, ambas partes comenzaron a achicar posiciones: la primera oferta del gobierno estaba en 40 dólares, en tanto que BlackRock y sus fondos aliados proponían cerca de 60 dólares de promedio.

Las sucesivas video conferencias tuvieron un costado político y otro vinculado estrictamente a la negociación con los acreedores privados. Desde la perspectiva política, Guzmán reveló que estaba negociando por instrucción directa del Presidente, explicitando así la voluntad de acordar por parte de Alberto Fernández.

Esta introducción del ministro de Economía también funcionó como un reconocimiento implícito sobre su propia postura respecto a la oferta oficial y la necesidad -o no- de mejorarla ante el rechazó directo de los tres grupos de acreedores privados que se presentaron a negociar la reestructuración de la deuda externa.

Guzmán siempre creyó que su oferta era justa y que no tenía sentido remozarla ante la presión de los bonistas de Wall Street. Y fue Alberto Fernández que decidió acercar posiciones para evitar que el actual default se transforme en una catástrofe política, judicial y económica para la Argentina.

Alberto Fernández y Martín Guzman en la quinta de Olivos
Alberto Fernández y Martín Guzman en la quinta de Olivos

Guzmán no estuvo sólo en las negociaciones a distancia. Junto al ministro se alineó Diego Bastourre -secretario de Finanzas- y Sergio Chodos, representante argentino en el Fondo Monetario Internacional (FMI). Chodos fue clave en esta ronda de negociaciones, cuando los fondos preguntaron sobre el papel del FMI en la elaboración de los niveles de sostenibilidad de la deuda externa.

La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, acordó con Alberto Fernández que no se debería pagar a los acreedores privados en dólares más del 3 por ciento del PIB al año. Un meta que los bonistas cuestionan al considerar que Argentina podría modificar ese parámetro y, entonces, mejorar la propuesta oficial hasta ahora presentada.

“No se puede cambiar”, contestó Chodos cuando los voceros de los fondos insistían en mover los limites de sostenibilidad acordados por Georgieva y el Presidente.

Sin duda, la ronda de negociaciones de hoy fue la más productiva desde que Argentina presentó oferta oficial. Como ya hay un acuerdo de confidencialidad, los negociadores de los acreedores privados se sintieron más seguros -desde una perspectiva legal- para plantear sus cuestionamientos y abrir la información reservada de sus mandantes.

En el Ministerio de Economía revelaron a Infobae que participaron cerca del 40 por ciento de los bonistas bajo legislación extranjera, y que las negociaciones continuarán durante todo el fin de semana largo. Las conversaciones se hicieron en dos tandas -la primera encabezada por BlackRock y sus aliados-, y la segunda protagonizada por otros fondos menos poderosos, pero importantes al momento de constituir las mayorías necesarias para lograr cerrar el acuerdo de reestructuración de la deuda.

Cuando terminó su trabajo en el Palacio de Hacienda, Guzmán se comunicó con Olivos para comentar las distintas alternativas de la negociación que lideró frente a los acreedores privados. Alberto Fernández sigue sosteniendo -en la intimidad de la quinta presidencial- que habrá acuerdo con los fondos, incluido con BlackRock que hoy a la tarde tuvo la posición más dura.

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