En abril, gracias a que las tres centrales nucleares del país están en funcionamiento y a la caída de la demanda eléctrica debido al colapso de la actividad industrial y comercial, el sector nuclear aportó el 11% de la electricidad que se consumió en la Argentina.
“Nucleoeléctrica logró un nuevo récord de generación eléctrica en abril de este año. De esta manera, las centrales nucleares Atucha I, Atucha II y Embalse continúan generando energía limpia y segura para millones de argentinos”, señaló un comunicado de la empresa, que tiene a su cargo el manejo de las tres centrales nucleares.
El mes pasado, Nucleoeléctrica entró a la red 975.363 MWh-neto, esto equivale a la energía necesaria para abastecer el consumo residencial de 11 millones de personas”, precisó el comunicado, que agregó que “desde el inicio del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio las centrales generaron 1945 GWh y la participación nuclear en el mercado eléctrico fue del 11%, récord que no se registraba desde 1998.
En gran medida, este aumento de la participación de la fuente nuclear se debió a la conjunción de varios factores. En primer lugar, durante abril la demanda eléctrica cayó 7,7 respecto de igual mes de 2019, según informó la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico SA (Cammesa).
Esto hizo, a su vez, que Cammesa prescindiera de las fuentes de generación más caras o vetustas, como las viejas usinas a turbovapor o incluso algunas térmicas de, por ejemplo, Central Puerto. En abril también se dio que las Centrales Hidroeléctricas de Yacyretá y Salto Grande vieron mermada su capacidad de generación debido al bajo caudal de los ríos Paraná y Uruguay, respectivamente. Esto llevó a que el aporte hidroeléctrico cayera en casi 39% contra abril de 2019. Por último, las tres centrales nucleares funcionaron todas con buena capacidad de carga; ninguna de ellas está en tareas de reparación o mantenimiento, que suelen insumir períodos largos de tiempo.
De hecho, la Central Embalse volvió a funcionar en mayo de 2019, después de más de tres años de estar inactiva, pues había agotado su vida útil en diciembre de 2015. El llamado “Proyecto de Extensión de Vida” (PEV) de esa Central insumió una inversión de USD 2.149 millones, señaló en la reapertura, hace un año, el entonces secretario de Energía, Gustavo Lopetegui. El PEV, además, aumentó 6%, de 638 a 683 MW, la capacidad de generación de Embalse, suficiente para abastecer al 86% de la población de la provincia de Córdoba.
En los últimos tiempos las centrales nucleares aportaban en torno de 9% de la generación eléctrica de la Argentina, aunque en 2019, según el informe anual de Cammesa, su aporte al sistema eléctrico fue de 5,9 % del total.
En su comunicado, Nucleoeléctrica dijo que implementó las acciones necesarias para proteger la salud del personal de la empresa y mantener una operación segura y confiable de las centrales, con estrictos protocolos para garantizar las medidas de prevención ante la pandemia de COVID-19.
La empresa destacó que “genera energía eléctrica de forma segura y limpia. Sus plantas funcionan los 365 días del año y no dependen de factores climáticos ni estacionales. La empresa reafirma su compromiso y trabajo al servicio de la generación eléctrica, actividad esencial”.
En medio de la pandemia, enfatizó, “la generación nuclear ha demostrado ser eficiente y muy resiliente, dando seguridad al sistema e incrementando su participación en la matriz eléctrica nacional. Además de ser energía limpia con muy bajas emisiones de CO2 equivalente por unidad de energía eléctrica generada, como lo reconoce el Panel Intergubernamental de Cambio Climático”.
La limpieza de la generación nuclear, en términos de emisiones a la atmósfera, es uno de los factores que destacan los partidarios de la fuente nuclear, que en 2011 tuvieron un golpe mundial con el maremoto que afectó la central nuclear de Fukushima, en Japón.
Sin embargo, en comparación con la energía generada a partir de combustibles fósiles e hidrocarburos, la energía nuclear es ambientalmente más amigable, aunque requiere regímenes de seguridad y operación y mantenimiento mucho más estrictos, por el muy alto costo potencial en caso de fallas.
Como destacó el comunicado de Nucleoeléctrica, la fuente nuclear es también menos dependiente de factores naturales o estacionales, como puede ser el caso de la generación térmica o hidroeléctrica.
La generación nuclear, a su vez, también está apareada a un mayor desarrollo científico y tecnológico y la Argentina ha mantenido históricamente una posición de vanguardia regional en la materia, que le ha permitido exportar reactores llave en mano al exterior a través de firmas como la rionegrina Invap, con sede en Bariloche.
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