Este sábado el gobierno de Alberto Fernández, por medio del ministro de Economía Martín Guzmán, comenzó una nueva etapa de negociaciones con los bonistas acreedores de la deuda pública argentina, luego de que el país entró en default ayer al no pagar unos USD 500 millones al cabo del período de 30 días de gracia desde su vencimiento, el 22 de abril.
Las charlas, que se dan en buenos términos –pero en las que no suele faltar tensión– se realizan por videoconferencia y seguirán a lo largo de todo el fin de semana.
Esta segundo ronda, con el país en una suerte de incumplimiento acordado, tiene un período formal de extensión de las negociaciones por 10 días, hasta el martes 2 de junio, aunque el Gobierno dejó saber que podría, de ser necesario, estirar más los plazos formales con los tres grandes grupos que nuclean a los principales tenedores de bonos.
Así las cosas, y mientras el ministro Guzmán busca achicar diferencias, cada fondo intenta fortalecer su postura. “Es una negociación... un póker. Pero hay buena voluntad por el momento. Veremos”, le dijo a Infobae, entre confiado y dudoso, un funcionario que sigue de cerca las videoconferencias.
Las charlas, que se dan en buenos términos –pero en los que no suele faltar tensión– se realizan por videoconferencia y seguirán a lo largo de todo el fin de semana
Blackrock es el más duro por el momento. El administrador de fondos más grande del mundo está comandado por el “tiburón de Wall Street” Larry Fink y tiene una cartera de entre 6,5 y 7 billones (millones de millones) de dólares, unas 18 veces el PBI de la Argentina. Por su parte, los integrantes del autodenominado Exchange Bondholders Group, uno de los tres comités de fondos acreedores de la Argentina comunicó hoy que firmó un acuerdo de confidencialidad para entablar negociaciones con Economía y sugirió que pasó lo mismo con los otros dos grupos.
En el Palacio de Hacienda el clima es bueno y Guzmán se muestra confiado y seguro. Está convencido de que se puede salir rápido de este “default soft”, como insisten en llamarlo sus colaboradores para instalar la idea de que es una situación complicada para el país, pero pasajera. La definición acuñada para la ocasión no está entre las acepciones clásicas de diferentes los tipos de incumplimientos, aunque como también dijo un funcionario por lo bajo: “Igual, default es default”.
Los bonistas concuerdan con la idea de que puede haber una pronta restructuración que deje a todos más o menos conformes, lo que no significa que dejarán de negocian y buscar obtener el mejor resultado. Según pudo saber Infobae, esta mañana temprano varios de ellos levantaron el teléfono para conocer la opinión de algunos de los actores centrales de la escena política local. Querían indagar, por afuera de Economía y antes de que se encendieran las pantallas de los sistema de videoconferencia, cómo la política ve al ministro y a su estrategia. También habrían preguntado por el Presidente.
Aún hay bastante que discutir para achicar la brecha entre los 40 centavos que ofrece el Gobierno por cada dólar que los bonistas invirtieron en la Argentina, contra 55-60 que quieren cobrar los acreedores. Esa es la nueva mesa en la que se juega por estas horas esta mano del póker de la deuda argentina. ¿Puede cambiar? Sí, ese escenario puede ser otro en minutos. Ayer, por caso, este medio adelantó que los grupos no descartaban una nueva oferta unilateral de parte del Gobierno local. Esa actitud tensaría más los rostros y las miradas reflejadas en las pantallas de las llamadas digitales.
“Las negociaciones continúan por un sendero que consideramos positivo. Mi visión es que estamos experimentando un mayor entendimiento mutuo entre las dos partes”, le dijo ayer Guzmán a la agencia Reuters. En esa misma entrevista confirmó –como había adelantado Infobae horas antes– que la Argentina iba a “enmendar” su oferta. En una batalla que también tiene su parte dialéctica, cerca del despacho de Guzmán nadie usa la palabra “mejora”.
Exchange Bondholders Group
Como se dijo, el Exchange Bondholders Group comunicó hoy que había firmado un acuerdo de confidencialidad para negociar con el gobierno argentino y despejó dudas sobre su postura negociadora. “La República Argentina invitó a ciertos representantes del Grupo de Titulares de Bonos de Canje a firmar un acuerdo de confidencialidad para entablar negociaciones con el Ministerio de Economía sobre la reestructuración de la deuda de Argentina. Se entiende que a los representantes de ciertos otros grupos de acreedores también se les ha pedido que firmen acuerdos de confidencialidad con el mismo propósito”, detallaron.
Se trata del grupo que integran HBK, Monarch, Oaktree, Pharo, Redwood y VR (un total de 18 fondos de inversión) que dicen ser acreedores de unos USD 4.000 millones en bonos argentinos y poseer más del 15% de los bonos del canje de 2005 y su “suplemento” de 2010. Tiene como asesor legal a Denis Hranitzky, el duro ex abogado de Paul Singer, otro conocido acreedor de Argentina, y propone la emisión de sólo tres bonos nuevos: 2033, 2040 y un cupón ligado al PBI.
El Comité afirmó que “contrariamente a comentarios de fuentes no identificadas en los medios argentinos, sigue comprometido con la propuesta de reestructuración integral que presentó a Argentina el 15 de mayo de 2020 y que ha puesto a disposición en el sitio web del Grupo".
El pasado domingo Infobae publicó las ofertas de los tres grupos. La del Exchange BondHolders Group –coordinada con el Bondholders Group– pidió que no haya quita de capital y su propuesta implica una tasa de interés promedio de 4,75%, con amortización de capital a partir de 2027. El valor presente neto de la oferta, también a un exit yield de 10% es igual al del primer grupo: 58 dólares.
Pasó hace menos de una semana. Luego Argentina entró en default. Ahora comienza un nuevo round, otro más, de la negociación entre los bonistas y el Gobierno.
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