La pelea del Banco Central para contener el dólar, aún con un intrincado andamiaje normativo destinado a tener el mercado cambiario bajo control, terminó por erosionar sus reservas internacionales. Según informó la autoridad monetaria, en la jornada de ayer cayeron USD 66 millones y cerraron en USD 42.981 millones, alcanzando su nivel más bajo desde enero de 2017.
De este modo, las reservas del BCRA perdieron cerca de USD 1.000 millones desde que el gobierno lanzó las medidas de aislamiento obligatorio para enfrentar el coronavirus, las que impactaron con fuerza tanto en los mercados financieros como en la actividad económica. El 19 de marzo, dos meses atrás, se ubicaban en USD 43.925 millones.
El nivel de las reservas del BCRA es un indicador que toma especial relevancia en momentos en que el ministerio de Economía se prepara para ingresar en la recta final de la negociación con sus acreedores para reestructurar títulos de la deuda pública en moneda extranjera por un valor de USD 65.000 millones.
La baja en las reservas se produjo por dos vías. En primer lugar, el Central comenzó a vender en forma persistente en el mercado de cambios para controlar que el dólar oficial no se dispare. A pesar del cepo que impide comprar más de USD 200 mensuales para atesoramiento y del impuesto P.A.I.S. del 30%, en el último mes esas ventas se intensificaron y superaron los USD 700 millones.
Si bien hubo jornadas en que recuperó reservas con algunas compras, también las hubo en que el BCRA debió vender fuerte; en los últimos días de abril superaron los USD 100 millones diarios. El dato resulta llamativo considerando que el mercado cambiario oficial se ha vuelto muy reducido, producto del control de cambios y de la baja actividad económica que suprimió muchas compras para importaciones y de la pandemia que redujo casi a cero la demanda de dólares por turismo. Si en un mercado tan pequeño el BCRA vende más de USD 100 millones, es casi el único oferente.
La segunda vía de salida de reservas residió en el “goteo” de depósitos en dólares, el retiro pequeño pero constante que ahorristas y empresas hacen de sus cuentas. Si bien la salida de dólares de una cuenta bancaria no tiene un correlato inmediato en caída de reservas, es claro que ese goteo impactó en ellas. Y el particular funcionamiento de los bancos desde que se inició la cuarentena también tuvo su incidencia.
Durante las dos primeras semanas de cuarentena, las sucursales bancarias estuvieron cerradas por completo. Desde que se reanudó la atención al público -con limitaciones como el pedido de turnos- los depósitos en dólares del sector privado cayeron USD 1.115 millones. En los bancos no niegan que en esa salida de depósitos puede haber algo de desconfianza y que haya quienes prefieran atravesar la cuarentena con sus ahorros dolarizados en las cajas de seguridad. Pero también hay retiro de dólares para cumplir con obligaciones impostergables.
“Muchos profesionales, comerciantes e incluso empresarios pymes que de un día para otro se quedaron sin facturación tuvieron que vender sus dólares para pagar gastos cotidianos, de mantenimiento de su local o tal vez para pagar salarios. Y la brecha con el dolar libre incentiva esos movimientos”, explicaron en un banco. Es claro que con un dólar blue a $130, nadie va a querer vender sus dólares en el mercado oficial.
El analista Nery Persichini, titular de GMA Capital, señaló que “el goteo de reservas es incesante” y que aún sin tener que pagar deuda, el Central “no puede detener la sangría”.
“Como consecuencia de la salida de divisas durante el cepo, apareció una bandera roja en las reservas netas: se ubican por debajo de los USD 10.000 millones, mientras que hace 9 meses superaban los USD 20.000 millones”, agregó Persichini.
Según un informe de ABC Mercado de Cambios, el Central compró USD 120 millones en las últimas dos jornadas, a pesar de que el mercado contó con “más de USD 100 millones” de oferta genuina de los exportadores. “Aún así, la entidad monetaria volvió a vender reservas para abastecer un mercado que, aunque es ínfimo, mantiene la demanda ante la sensación de retraso cambiario del dólar mayorista”, concluyó el informe.
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