El Banco Mundial designó hoy como economista jefe con cargo de vicepresidenta a Carmen Reinhart, una de los nombres fuertes del mundo académico que firmó la reciente carta de apoyo a la posición argentina en la reestructuración de su deuda, junto a 138 economistas entre ellos los Premios Nobel Joseph Stiglitz y Edmund Phelps.
A lo largo del tiempo, por la silla de economista jefe del Banco Mundial pasaron economistas de gran prestigio, como Larry Summers (secretario del Tesoro de Bill Clinton), Stanley Fischer (presidente de Citigroup y del Banco Central de Israel) o el propio Stiglitz. Muchos estiman que es novedoso que se haya destinado ese cargo a alguien con conocimiento cercano de América Latina y que eso puede ser una buena noticia para la región.
Experta en temas de estabilidad financiera, Reinhart nació en La Habana, Cuba, pero vivió en Estados Unidos desde niña y construyó una carrera con sólidos pergaminos en el mundo de la investigación ecónomica. Es profesora en la Universidad de Harvard y antes lo fue en la universidad de Maryland. Ocupó el cargo de subdirectora de investigación en el Fondo Monetario Internacional (FMI). Fue asesora de la Reserva Federal de Nueva York y de la Oficina de Presupuesto del Congreso estadounidense.
Desde el ministerio de Economía no ocultan cierta satisfacción por el hecho de que Reinhart hizo público su apoyo a la Argentina en pleno proceso de su designación, conocida hoy.
En su obra académica hay numerosos trabajos sobre las economías de Asia y de América Latina que tratan temas como las crisis de la deuda, los colapsos de las monedas y los mecanismos de contagio entre las economías.
La carta que suscribió Reinhart en apoyo a la posición argentina, difundida el 6 de mayo, señaló que el país "ha presentado una oferta responsable a los acreedores que refleja la capacidad de pago del país y está en línea con el análisis técnico del FMI. Un enfoque constructivo hacia Argentina demostrará que la comunidad financiera internacional puede enfrentar una crisis de deuda soberana de manera ordenada, eficiente y sostenible”
Más allá de la conocida amistad entre Stiglitz y el ministro de Economía, Martín Guzmán, quien considera al premio Nobel como su mentor, el Gobierno celebró ese apoyo en el momento de lanzar su oferta a los acreedores. A su vez, desde el ministerio de Economía no ocultan cierta satisfacción por el hecho de que Reinhart hizo público su apoyo a la Argentina en pleno proceso de su designación, conocida hoy.
Fue invitada en 2017 a las Jornadas Monetarias que cada año organiza el Banco Central, en virtud de su buena relación con las autoridades de entonces, el ex presidente del BCRA, Federico Sturzenegger, y el ex economista jefe, Andrés Neumeyer. Ofreció una extensa disertación sobre “Desinflación y Estabilidad Financiera” y, en relación con la Argentina, dejó elogios y advertencias por igual. Reconoció la baja en la inflación que el país había experimentado en el inicio del gobierno de Cambiemos pero también alertó por el nivel de endeudamiento.
Los ingresos de capital, al igual que las estabilizaciones de inflación basadas en el tipo de cambio, a menudo terminan mal. En crisis de tipo financiera, de tipo de cambio, o ambas a la vez.
“La tasa de inflación de la Argentina hoy es la mitad de los que solía ser no hace mucho tiempo, a pesar de ser alta para los parámetros internacionales”, dijo Reinhart entonces. Pero también advirtió: “El argumento de que se puede tomar deuda externa solamente porque la deuda es baja, no es suficiente. Los cambios bruscos en la moneda pueda cambiar una deuda baja en alta”.
En tiempos de tasas muy bajas en el mundo de y rendimientos muy altos ofrecidos por la Argentina, la académica señaló: “Una de las cosas que me gustaría resaltar es que los ingresos de capital, al igual que las estabilizaciones de inflación basadas en el tipo de cambio, a menudo terminan mal. En crisis de tipo financiera, de tipo de cambio, o ambas a la vez”.
El Banco Mundial mantiene vigentes en la actualidad 22 proyectos de financiamiento por USD 6.200 millones en la Argentina. En el comienzo de la pandemia, la entidad aprobó una nueva línea de crédito para la Argentina de USD 300 millones que se utilizará para reforzar un programa de la Anses destinado a 350.000 niños que no son alcanzados por la Asignación Universal por Hijo (AUH). El anuncio se hizo el pasado 25 de marzo, a través de una videoconferencia entre el gerente de operaciones de la entidad financiera, Axel van Trotsenburg, y el presidente Alberto Fernández, en una videoconferencia que se realizó esta mañana en la Quinta de Olivos.
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