Cómo se imagina el Banco Central la salida de la cuarentena y por qué cree que la emisión monetaria no generará mayor inflación

Un informe del Banco Central se ilusiona con una recuperación en "V", siempre y cuando no haya un rebrote. Señala que la expansión monetaria que tuvo lugar en la cuarentena deberá ser administrada, pero confía en que la propia recuperación de la actividad reduzca la necesidad de aspirar pesos

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Foto de archivo: una mujer
Foto de archivo: una mujer sale del edificio del Banco Central de la República Argentina (BCRA) en Buenos Aires. 19 feb, 2020. REUTERS/Agustin Marcarian

El Banco Central explicó en un informe que el parate económico que generó la pandemia de coronavirus COVID-19 forzó a una importante expansión monetaria para financiar los gastos del Tesoro en medio de la crisis sanitaria y aumentar la capacidad prestable de los bancos que salieron a colocar préstamos a personas. Pero, a pesar de la preocupación de analistas por el efecto en precios de esa mayor oferta de dinero en el futuro, considera que la propia salida de la cuarentena le ayudará a evitar una escalada inflacionaria. La entidad conducida por Miguel Pesce dijo que aunque tendrá que aspirar parte de ese dinero emitido, el repunte de la actividad económica hará que se necesiten más pesos en circulación. La afirmación alarmó a analistas, que temen por la brecha cambiaria y el nivel de inflación.

La autoridad monetaria publicó hoy su Informe de Política Monetaria (IPOM), un reporte trimestral que muestra la mirada de la entidad respecto de la marcha de la economía y que se publica en forma periódica desde inicios del gobierno de Mauricio Macri. En el texto, la entidad conducida por Pesce repasa sus perspectivas para los meses por venir, apuesta por una recuperación económica a medida que se relaje el aislamiento social y arriesga que, aunque deberá aspirar parte de esos pesos, no será necesario devolver a la base monetaria a niveles similares a los que mostraba antes de la pandemia.

“La gestión de la política monetaria en la emergencia requerirá de una importante expansión de la liquidez. Una vez superada la pandemia, el BCRA hará todos los ajustes en la liquidez que sean necesarios para sostener la recuperación y normalizar la liquidez", explicó el IPOM en uno de sus apartados".

“El crecimiento de la demanda de dinero que trae aparejada la recuperación económica contribuirá a absorber una importante porción de los recursos volcados al mercado. En este sentido, la monetización de la economía argentina se encontraba al inicio de este proceso en niveles históricamente bajos, y este Banco Central cuenta con una amplia gama de herramientas para esterilizar los excesos de liquidez que pudieran emerger una vez superada la crisis. En paralelo, el compromiso asumido junto al Ministerio de Economía de la Nación, en vistas de desarrollar un potente mercado de deuda en moneda local, favorecerá la canalización de los excesos de liquidez hacia las necesidades de financiamiento latentes en nuestra economía”, abundó el reporte.

La sentencia del Central llamó la atención de los analistas.

“Parece decir que cuando cae la actividad económica la demanda de dinero crece, cuando se recupera, la demanda de dinero también crece. No es la primera vez que el Banco Central confía en que la demanda de dinero va a crecer y no va a ser un problema, ya lo vimos en los últimos seis o siete años”, dijo Gabriel Caamaño de Consultora Ledesma.

“No me parece muy prudente decir que la recuperación va a absorber la demanda de pesos cuando ya se te fue a la brecha, el dinero en circulación mientras tanto avanza. Tenés un riesgo cuando todo eso vuelva a funcionar, porque decís que la demanda de pesos se va a recuperar pero estás emitiendo un montón mientras la demanda de pesos cae, y eso se puede ir muy fácilmente a inflación”, agregó.

La base monetaria creció un 77% en el último año y el dinero en circulación 72%, como resultado más que nada de la expansión monetaria durante la cuarentena. Es un crecimiento muy por encima del nivel de inflación, que terminó abril en el 45,6% interanual. Es decir que, aun teniendo en cuenta el aumento de los precios, la cantidad de dinero es significativamente mayor que un año atrás.

Pero a pesar de ese acelerado crecimiento de la cantidad de pesos en la economía, la lectura del Central es que el corto plazo ayuda para contener las subas de precios y el mediano plazo es manejable.

A corto plazo, el BCRA prevé que varios factores confluyan para disminuir las presiones inflacionarias. La fuerte caída de la actividad durante la contención del COVID-19, que impulsó la capacidad ociosa a niveles elevados, y la postergación de los tramos de paritarias, contribuyen a contener la inflación en el corto plazo. El programa de Precios Cuidados y el aplazamiento del ajuste de tarifas de servicios públicos resultaron efectivos para lograr un menor dinamismo de la inflación. En la misma línea, el lanzamiento de Precios Máximos a fines de marzo está contribuyendo a contener subas de precios en los productos de consumo masivo considerados como esenciales”, analiza el informe oficial.

En los próximos meses, cuando la mayoría de las restricciones a la movilidad de personas y a las actividades productivas se levanten, el BCRA prevé un proceso de reacomodamiento gradual de precios relativos, y conducirá sus políticas para que dicho proceso se dé en un entorno de inflación acotada”, concluye.

“Creo que se contradicen, porque lo que dice el BCRA es que cuando se empiecen a levantar las restricciones van a llevar adelante sus políticas para que sea una inflación moderada, pero después dice que la recuperación va a traer aparejada una recuperación de la demanda de dinero que justamente será lo contrario cuando la economía empiece a funcionar. Si la deuda sigue siendo un problema y la brecha sigue alta, ese es el momento en el que más va a tener que esterilizar si no quiere que la inflación se acelere sensiblemente”, dijo Juan Ignacio Paolicchi de EcoGo.

La economía argentina ya cayó casi 10% por la pandemia

El informe de la autoridad monetaria repasa, entre otros puntos, la marcha de la economía en tiempos de pandemia. Entre los datos adelantados que revela está la actividad económica del mes de marzo, que cayó 9,6% respecto del mes anterior. Es el primer dato de actividad oficial que se conoce.

Luego, en base a su Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) mensual, señala que el consenso espera una retracción económica del orden del 7% para este año.

Ese contexto de caída de contracción económica llevó a que el Central tomara un rol anticíclico, emitiendo para prestarle al Tesoro y relajando las condiciones de liquidez para que los bancos aumenten el crédito.

“Las medidas tomadas por el Banco Central para atenuar el impacto de la pandemia se reflejaron en un aumento de la base monetaria. Esta expansión fue impulsada por las transferencias al Tesoro y el desarme de LELIQ inducido por la autoridad monetaria para que las entidades financieras incrementen los préstamos a las empresas y familias”, dice el informe.

“Para evitar que el relajamiento de las condiciones de liquidez pudiera generar tensiones en el mercado cambiario, a partir de abril el Banco Central esterilizó mediante pases pasivos parte de la expansión de la base monetaria y tomó una serie de medidas para fortalecer el ahorro en pesos (como los pisos de tasa fijados para depósitos a plazo fijo)", agregó la entidad.

En esa línea, el análisis del BCRA se ilusiona con una salida en "V" corta de la crisis, siempre y cuando no haya un repunte en los casos de coronavirus.

“Si bien la velocidad de recuperación de la economía depende de la confluencia de muchos factores internos y externos, el BCRA identifica tres fases por las que transitará la actividad durante la crisis del COVID-19. Ellas requerirán una calibración distinta de las políticas del BCRA y del Gobierno Nacional”, dijo el informe. “El principal riesgo de este escenario es un rebrote de los contagiados con COVID-19 que lleve a las autoridades nacionales a ralentizar el proceso previsto de apertura gradual de las actividades productivas”, agregó.

Las tres fases, las mismas que identifican los epidemiólogos que asesoran al presidente Alberto Fernández para enfrentar la pandemia, permitirían volver a niveles de actividad previos a la cuarentena para fin de año, se ilusiona el Central.

Superada la Fase 1 de aislamiento social estricto, desde el 14 de abril se empezó a liberar gradualmente a más actividades y eso se nota en los datos más adelantados de actividad, señaló el informe: “Luego de haber atravesado una severa caída durante la vigencia del aislamiento social estricto, la actividad local comenzó a recobrar cierto dinamismo. Los indicadores de alta frecuencia disponibles anticipan una recuperación a partir del mes de mayo, en línea con la progresiva flexibilización a las restricciones a la circulación de personas y al funcionamiento de diversas ramas productivas”.

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