Sergio Chodos, representante local ante el FMI: “Argentina quiere pagarle al Fondo, no pedirle más dinero"

El abogado le dijo a Infobae que Kristalina Georgieva apoya al país porque lo entiende; afirmó que habrá acuerdo con los bonistas y descartó una larga batalla legal como la que se registró en el kirchnerismo

La directora del FMI Kristalina Georgieva y el ministro de Economía argentino Martín Guzmán convesran durante una conferencia en el Vaticano (REUTERS/Remo Casilli)

La Argentina hará todo lo que pueda para evitar un default y no buscará recursos del Fondo Monetario Internacional (FMI) ni para mejorar la oferta a los bonistas ni para financiar al Gobierno.

Así lo expresó a Infobae desde Washington el representante argentino ante el Fondo, Sergio Chodos, quien consideró que, tarde o temprano, habrá un acuerdo con los bonistas.

Según Chodos, el Gobierno quiere pagarle al FMI, no pedirle más dinero. En este sentido, negó que se le haya pedido financiamiento nuevo; el propio organismo también negó esta versión.

Este abogado fue uno de los partícipes de la estructura legal de la renegociación de la deuda en 2005 y fue secretario de Finanzas.

Además, ha participado activamente junto con el ministro Martín Guzmán de las conversaciones con el FMI que se reanudaron activamente desde principios de este año.

¿La Argentina le pidió o le pedirá recursos al FMI a raíz de la renegociación de la deuda o de la pandemia; ese dinero, según algunas versiones, fue bloqueado por pedido de Estados Unidos?

La relación con el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, ha sido muy buena. Nos reunimos en el G20 con el ministro Martín Guzmán y fue muy positivo, con repercusiones públicas buenas de ambos gobiernos. No ha habido ninguna indicación de Estados Unidos respecto a la Argentina en el FMI. Pero más importante es que no está en nuestros planes pedirle dinero al FMI. Para nosotros la deuda es un problema, no una solución. Creemos en pagar y no en pedir préstamos. El hecho de que en el pasado el FMI haya hecho un programa que ayudar a la fuga de capitales es parte del problema.

La deuda es un problema. Creemos en pagar y no en pedir préstamos

“Lo que queremos es que la plata que venga del FMI vaya a pagar la deuda con el FMI. No creemos que el FMI tenga que hacer un salvataje a los acreedores o un financiamiento al Tesoro Nacional. Debe haber un roll over que no sea empinado para que sea sustentable. Queremos un cronograma para extender los vencimientos. Es verdad que en esta crisis global están pasando cosas, muchos países han pedido recursos y en el FMI la discusión central está entre los recursos internos y las necesidades, como nunca antes”

Sergio Chodos, representante ante el FMI

—¿Por qué?

-Hay varias discusiones. Está el New Agreement to Borrow (NAB), que está postergado y es la institucionalización de lo que antes eran los préstamos bilaterales. La otra posibilidad es que se amplíen los derechos especiales de giro, pero algunos miembros, como Estados Unidos, no quieren y se necesita una mayoría del 85% para lograrlo. La otra es el aumento de las cuotas, pero son discusiones más largas. En cuanto a la Argentina, lo importante es el programa que va a reemplazar al existente.

—¿Sería un nuevo stand by con la posibilidad de repagar la deuda de USD 44 mil millones del país a tres años, o un acuerdo de facilidades extendidas, con mayor plazo?

Esas serían las opciones, con matices, porque antes parecía que había muchas más condicionalidades en el acuerdo de facilidades extendidas que en el stand by, pero en 2017 esa discusión parece haberse zanjado con un paper que dice básicamente que hay que concentrarse en 3 o 4 cosas que sirven, que los países se adueñen de los programas que firman, lo que se denomina ownership, sin tanta imposición. Deberíamos estar en un nuevo stand by, para no estar tanto tiempo en una relación.

El ministro Martín Guzmán y el representante ante el FMI, Sergio Chodos, con la vicejefa para el Hemisferio Occidental, Julie Kozack, y el jefe de la misión en Luis Cubeddu, reunidos en febrero

—¿Cómo califica la relación con el FMI?

Es una buena relación técnica, de mucho respeto intelectual con el ministro Guzmán. Y la tarea de Julie Kozack, vicejefa para el Hemisferio Occidental, y Luis Cubeddu, es muy buena.

—A eso se suman las declaraciones positivas de la directora gerente, Kristalina Georgieva. ¿Cuánto influye su visión?

Influye muchísimo, primero en la elección del equipo, luego en el perfil del rumbo y tercero en lo conceptual.

—¿El hecho de que ella venga de un país emergente ayuda?

—Es clave. Marca la diferencia entre alguien que entiende lo que le pasa al país y alguien que solo lo puede imaginar.

Georgieva marca la diferencia entre alguien que entiende lo que le pasa al país y alguien que solo lo puede imaginar

—¿Y cuál es la visión del board en general y de los miembros del G7 en particular sobre el país?

—Es casi lo mismo que se percibe desde afuera. Hay bastante comprensión de Alemania e Italia sobre todo, además de Francia. Y Estados Unidos, que también quiere ver qué pasa.

—¿Por qué hubo un rechazo tan grande de los inversores institucionales al primer canje?

—Por varias razones, de fondo y de procedimiento. El límite del 8 de mayo dejaba margen para una postergación. Los acreedores lo tomaron como la campana del primer tiempo y no de todo el partido. Queda tiempo. Siempre quedó claro, pero ahora más que nunca, que deben presentar propuestas para discutir. Y hay varios actores privados que no están razonando en bloque.

¿Eso no dificulta un acuerdo porque no se lograrían las mayorías?

No hay que alcanzar las mayorías. Si no se consiguen los umbrales, se puede hacer un canje y seguir adelante. Puede haber una cantidad de holdouts que pueden esperar o ir a un juicio en el futuro.

—¿Y esa futura oferta tendrá mayor aceptación?

—Creo que sí. Vamos a una situación de mayor cantidad de voluntades.

Sergio Chodos formó parte del equipo que renegoció la deuda en 2005, liderado por el ministro de Economia Roberto Lavagna junto al secretario de finanzas Guillermo Nielsen,

—Usted formó parte del equipo que negoció la deuda también en 2005 ¿Qué diferencias y similitudes le encuentra a este proceso?

—Tiene muchas diferencias y una similitud. El elemento que lo asemeja es que ahora tampoco hay problemas de liquidez transitoria; esta no es una operación de administración de pasivos. La diferencia es que, a diferencia de lo que se hizo en 2001, ahora la Argentina está haciendo todo lo que puede para evitar el default y quienes deciden serán los bonistas. En 2001 no fue así. La Argentina desde diciembre del 2019 pagó todos los intereses, organizó las charlas con los acreedores, regularizó la curva de la deuda en pesos, se acercó al FMI, hubo misiones del staff y terminamos con una oferta para ver si podíamos evitar un default, contra la Argentina que colapsó en diciembre del 2001 y declaró un default.

La Argentina está haciendo todo lo que puede para evitar el default y quienes deciden serán los bonistas

La segunda diferencia es que, si llegara a haber un período sin pagos, sería corto. Lo tercero es que aquella discusión del pasado se concentró en la quita por la carga de la deuda sobre el PBI. Y la quita es un factor más objetivo. En este caso no hay quita y la reestructuración se hace sobre los servicios, lo que hace más difícil la discusión. Se discute cuánto vale la propuesta. Es más subjetivo. Y, la ultima diferencia, es que el valor de la deuda en el mercado es de unos 30 centavos y los bonistas quieren bastante más, unos 50. Pero si no la toman, esos bonos pasarían a valer 20. En 2005, aunque decían que la oferta era inviable, el valor de la oferta y el del mercado estaban alineados. Otro aspecto distinto es que en aquel momento estabas saliendo del FMI y acá estás entrando, con todo que ello implica. Es un dato: ahora vas a ir a un programa nuevo, antes te estabas yendo.

—¿Cómo influye la prescindencia del FMI en la renegociación con los bonistas?

-Es una decisión estructural. Pero la nota técnica de la deuda es la base para obtener financiamiento. Si la deuda no es sustentable no te van a dar la plata. No se puede tirar mucho de la cuerda.

—Muchos inversores y economistas objetaron esta nota técnica y recordaron que, seis meses antes, el staff del FMI había dicho lo contrario, que la deuda sí era sustentable.

Lo que estaba al revés era el anterior informe, no éste. En 2019 los funcionarios argentinos decían que podían lograr el apoyo del FMI por contar con el apoyo de Estados Unidos. La sustentabilidad depende si hay acceso o no al financiamiento.

Néstor Kirchner mantuvo una buena relación con George W Bush que fue clave para renegociar con el FMI

-En 2003 Néstor Kirchner también buscó apoyo para negociar ante el FMI con George W Bush. Y el ministro Roberto Lavagna le pidió a un grupo de notables que lo respaldara.

Si, pero una cosa es pedir un gesto y la otra es involucrarse en renegociar la deuda.

—¿Habrá acuerdo con los bonistas?

En algún momento ocurrirá.

—¿Prevé muchas batallas en el campo judicial, como ocurrió luego de los canjes anteriores?

Reclamos habrá. Lo que no veo es que se prohíban pagos. De hecho, hay que recordar que el juez Griesa durante 10 años no activó ninguna sentencia desde el default. No se si será igual, habrá que ver. Además, antes había holdouts agresivos. Dudo que los fondos de inversión actuales se puedan convertir en buitres. No creo que haya remedios nucleares en un contexto con muchos países en default.

-Pero estos fondos pueden vender sus bonos a los buitres

-Sí, pero ese sería un largo camino a recorrer.

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