La cuarentena volvió una gran cantidad de productos muy necesarios, pero a otros completamente prescindibles. Permanecer en los hogares con trabajo remoto y sólo salir para ir al supermercado provocó importantes cambios en el comportamiento del consumidor, que comenzó a gastar más en comida y en artículos de limpieza para protegerse del coronavirus, pero dejó de lado las compras impulsivas y de artículos que hoy, por no tener que salir, no necesita.
¿Cuántas mujeres siguen comprando maquillaje para quedarse adentro? ¿Cuántos hombres se afeitan al mismo ritmo que antes del aislamiento obligatorio? ¿Y los perfumes? ¿Los productos para limpiar los zapatos? ¿Las barras de cereal, que los consumidores eligen como colación para tener a mano cuando salen a trabajar? Todos estos artículos, y muchos otros más, como por ejemplo las golosinas, registraron una importante caída en sus ventas desde que el Gobierno dispuso la cuarentena, el 19 de marzo.
Según un estudio que la consultora Scentia preparó especialmente para algunos clientes, lideran la caída en ventas los caramelos, con 58% durante el período de cuarentena respecto de igual lapso del año pasado. Se trata de un producto típicamente impulsivo, que los consumidores compran cuando están en la calle y se tientan al pasar delante de un kiosco. Sucede lo mismo con las gomas de mascar y las pastillas, que cayeron 34% y 19%, respectivamente.
Los productos para limpiar el calzado tuvieron una baja del 43%, mientras que los aperitivos listos para beber, como pueden ser el Dr Lemon o el Pronto Shake, se vendieron durante la cuarentena un 41% menos. Los after shave, las barras de cereal, los budines, los chicles, los licores, los perfumes y el vodka completan la lista de los diez productos que más se resintieron producto de la pandemia.
Así como muchos artículos de consumo masivo pasaron a ser prescindibles para los consumidores en el actual contexto, otros tuvieron una disparada en sus ventas por considerarse precautorios e indispensables. Lidera el Top 30 el alcohol, con un aumento en su venta del 350% versus las mismas semanas analizadas de marzo y abril del 2019. Le siguen las toallitas desinfectantes, con un alza del 184%; los insecticidas (176%), las lavandinas (128%) y los jabones en pan (114 por ciento).
Pero también integran el grupo de los artículos necesarios las harinas, los polvos para preparar helado y planes, las pastas secas, los desodorantes de ambiente, el arroz, los productos enlatados y lácteos como dulce de leche, manteca y quesos semiduros y blancos.
Integran el grupo de los artículos necesarios las harinas, los polvos para preparar helado y planes, las pastas secas, los desodorantes de ambiente, el arroz, los productos enlatados y lácteos como dulce de leche, manteca y quesos semiduros y blancos
Según manifestó a Infobae el director de Scentia, Osvaldo del Río, el primer dato que hay que tener en cuenta para entender el comportamiento de los consumidores durante la pandemia es la caída de ingresos que tuvieron, en promedio, todas las personas que hasta antes de la pandemia contaban con un haber. En marzo, ese número por mes ascendía a $950.000 millones aproximadamente, que se repartía entre 27 millones de argentinos.
Tras el impacto del Covid-19, que hizo que muchos trabajadores vean reducidos sus ingresos por la cuarentena obligatoria, ese monto se redujo a $780.000 millones mensuales, a los que luego se le sumaron $78.000 millones más del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), que alcanzó a más de 8 millones de beneficiarios. Es decir que hoy hay disponible para gastar casi $ 100.000 millones menos por mes.
Sin embargo, “la gente destina su ingreso a las compras de lo básico porque no puede hacer otra cosa”, explicó Del Río. Hasta antes de la cuarentena, ya el consumo masivo más los productos frescos representaba el 32% del gasto de una familia por mes, por lo que se estima que ese porcentaje creció, aunque sobre un monto de ingresos menor.
La pregunta es qué pasará con el consumo masivo en los próximos meses. Los datos de marzo y abril (crecimiento interanual del 16,2% y del 4,1%, respectivamente) fueron muy positivos por este contexto, pero el interrogante pasa por lo que pueda ocurrir cuando la cuarentena comience a flexibilizarse cada vez más y los argentinos vuelvan a su vida normal.
“Ya llevamos cuatro meses y el acumulado da un alza de las ventas en supermercados y autoservicios de 4,3%. Si siguen dando el Ingreso Familiar de Emergencia puede ser que el consumo no caiga tanto, pero en algún momento esta tendencia se va a frenar porque los consumidores van a tener que hacerse cargo de otros gastos que hoy no están enfrentando”, consideró el analista. De todos modos, se animó a arriesgar que “deberían pasar cosas extremadamente negativas como para que el 2020 cierre en rojo, con el buen arranque que tuvo por la pandemia”.
Deberían pasar cosas extremadamente negativas como para que el 2020 cierre en rojo, con el buen arranque que tuvo por la pandemia (Osvaldo del Río)
¿Qué es lo que paga la gente?
Otro dato que refleja el estudio de Scentia es que casi el 80% de los productos que compran los consumidores cuestan menos de $ 100. En alimentos, los tres ítems más adquiridos son galletitas, leches fluídas y harinas; en bebidas, jugos en polvo y latas de cerveza; y en higiene y cosmética, jabones, papel higiénico y rollos de cocina.
Los datos de consumo de marzo y abril reflejaron que se desempeñaron mejor los autoservicios que las grandes cadenas, y mucho de eso tiene que ver con que se trata de comercios de cercanía y los consumidores prefieren eludir las aglomeraciones de gente para evitar posibles contagios.
Incluso, el mes pasado las grandes cadenas reflejaron una caída de las ventas en términos interanuales. De todas formas, los dos canales que más sufren la cuarentena son los almacenes y los kioscos, ya que venden muchos productos impulsivos.
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