El Índice Compuesto de Actividad Económica (ICAE) de marzo de 2020 mostró la profundización de la recesión iniciada en noviembre de 2017, acrece 28 meses de duración y una caída de la economía, en términos del Producto Bruto Interno (PBI) del 8,6%, a una tasa promedio anualizada del 6%. Todavía muy lejos de la extensión de 47 meses del ciclo contractivo observado entre el segundo semestre de 1998 y primero de 2002 que acusó un retroceso de 20,4%, pero es del doble del promedio histórico en el pasado medio siglo.
Pero por efecto de la Covid-19 se agudizó en abril, donde algunas actividades, como en la industria automotriz, se paralizaron al extremo de no sacar un sólo auto de los trenes de montaje, estimaron los economistas Juan Mario Jorrat y Pablo Agustín Pero, del Centro de Investigaciones del Ciclo Económico y Crecimiento (Cincec) y de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), tras actualizar los valores del ICAE.
Para determinar el costo del Aislamiento Social Preventivo Obligatorio (ASPO) los economistas tomaron como punto de partida un nivel de PBI para 2019 de USD 430.000 millones, y dado que la cuarentena comenzó en el último tercio de marzo, mes en que la actividad se contrajo 1,5%, un 0,6% se explica por el efecto de la pandemia, unos USD 2.400 millones.
Mientras que para estimar la caída registrada en abril los economistas de la UNT asumieron: “La constancia del efecto recesión puro y que los 30 días la baja fue proporcional a los 12 días de cuarentena de marzo, otros USD 6.000 millones”, totaliza en ese período unos USD 8.400 millones.
Y destacan: “Si a la cuarentena se le agrega la caída propia de la economía argentina, se conjetura para abril 2020 una caída en el indicador de actividad del 2,3 por ciento”.
Características del Índice Compuesto de Actividad Económica
El ICAE brinda mensual y prontamente información de buena calidad para medir la actividad económica agregada, y permite tener una idea razonable de la evolución de la coyuntura en el corto mediano y largo plazo.
En su evolución, a lo largo del tiempo, el indicador de actividad presenta períodos de crecimiento (expansiones), alcanzando un valor máximo en meses determinados, esas fechas se denominan picos y se muestran en la parte superior de la gráfica del índice. Asimismo, el ICAE muestra etapas en que su valor disminuye (recesiones), hasta alcanzar una magnitud mínima; esas fechas se llaman valles y se presentan debajo del gráfico del índice.
Ambas fechas, picos y valles, se designan usualmente puntos de giro de la economía y señalan el mes en que se inician las sucesivas recesiones y las expansiones siguientes. Esta sucesión de fases recurrentes, pero variables en su duración y amplitud, se denomina ciclo económico. Cada fase, recesión o expansión, tiene sus propias características diferenciales del resto de su clase.
Los picos y valles se designan usualmente puntos de giro de la economía y señalan el mes en que se inician las sucesivas recesiones y las expansiones siguientes
En el caso de marzo, sostiene el estudio,“se nota que los diez indicadores coincidentes base registran contracciones en sus magnitudes. Además, se los puede ordenar según la relevancia del golpe de la recesión, en base a las variaciones mensuales de cada uno de ellos”.
Se observa que 4 de los 10 índices registran caídas en marzo de 2020 menores, en valor absoluto, que el promedio del ICAE: EMAE, PBI, puestos de trabajo del sector privado, y masa salarial. La industria presenta una baja levemente superior al promedio. Y 5 series sufrieron las peores contracciones: ventas, recaudación nacional total, construcción, importaciones de bienes; y la peor: patentamientos de automotores nuevos.
Las 5 series que sufrieron las peores contracciones fueron: ventas, recaudación nacional total, construcción, importaciones de bienes; y la peor: patentamientos de automotores nuevos
Mientras que también Jorrat y Pero lograron determinar el impacto total de la recesión, a través del análisis de los ciclos económicos, respecto del punto máximo anterior: “De las 10 series coincidentes, el empleo privado registrado es el menos afectado, 5,0%; luego siguen el PBI 8,2% y el EMAE 9,4%, porque sus contenidos de servicios que responden al crecimiento vegetativo de la población los hacen menos sensibles."
Por el contrario, fueron muy afectados el ingreso real de los trabajadores del sector privado registrado (20,9%), la producción industrial (21,4%) y la recaudación nacional total (21,6%).
Pero sin duda, el mayor impacto negativo de la pandemia se observó en la construcción 33,3%; las ventas totales 37,4%; las importaciones de bienes 55,9%; y la venta de automotores nuevos 72,8 por ciento.
Y los números para abril y mayo no lucen mayores, porque la flexibilización del ASPO comenzó por el comercio, pero las familias en general enfrentan un severo deterioro en la capacidad de compra de sus ingresos. Y, para peor, muchos están dominados por la incertidumbre sobre su actividad laboral, en particular los que se dedican a la construcción y sectores mano de obra intensiva, como es el caso de la mayor parte de las pyme.
De ahí que los informes del Indec sobre utilización de la capacidad instalada en la industria dan cuenta de los registros más bajos de la serie histórica, postergando al segundo lugar a los mínimos anotados en la crisis de 2002 cuando un gobierno de emergencia dispuso el default de la deuda pública, una brutal devaluación y la pesificación asimétrica de depósitos y préstamos en dólares.
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