La suba del dólar libre a $133, después de haber tocado $135, es un cartel luminoso que oculta que el alza se produjo con escasas operaciones por lo complicado que es adquirir. De todas maneras, no deja de ser una preocupación por el efecto psicológico que tiene sobre los ahorristas.
Son demasiados los pasos que hay que dar para hacerse de estos dólares que nadie quiere vender porque saben que tienen un futuro de subas. El primer obstáculo de este mercado, es la falta de pesos en efectivo para comprar dólares. Todo hay que hacerlo por transferencia bancaria y eso es dejar pistas de que se está operando en negro. Entonces el primer paso, es buscar una cuenta amiga del vendedor para que le transfieran los dólares desde otra cuenta bancaria. El tema es que no deben quedar rastros que unan a quien vende con quien compra. Por eso pocas manos se atreven a eso, salvo en “el chiquitaje”, como se llama en la jerga al mercado que atienden los “arbolitos”, pagando mucho menos que lo que indica el mercado. Cometen abusos, como el de pagar menos por dólares de la serie emitida en 1990.
Si el dólar libre no sube más se debe pura y exclusivamente a que los bancos no liberan operaciones y mantienen ese disimulado corralito que impide retirar libremente el dinero de los plazos fijos. Moverse en un banco es imposible. Es una odisea que comienza con conseguir un numero por Internet para ser atendido. Y quien crea que el Gobierno va a levantar pronto esas limitaciones, está equivocado porque ese es el seguro que tiene, hasta que se termine de negociar la deuda, para evitar que el dólar libre se dispare a cifras indeseadas.
Los dólares alternativos también tuvieron alzas porque fue un día de respiros y de tomas de ganancias en bonos y la Bolsa, que fue afectada porque Morgan Stanley Capital Internacional (MCSI) borró de su índice de acciones emergentes a los bancos Macro y Galicia. En noviembre pasado había hecho lo mismo con Transportadora Gas del Sur, BBVA y Pampa Energía. Salir de este índice no implica solo quedar afuera de la mira de los principales fondos de inversión del mundo, sino que los obliga a los fondos a vender los papeles de estas empresas que están en su cartera. Este fue el golpe inesperado para la Bolsa que venía acumulando alzas con excelente volumen de negocios.
Los bonos bajaron porque hubo toma de ganancias después de las fuertes subas de la última semana. Además, el clima que llegó de los Estados Unidos no fue el mejor con Wall Street en baja y un presidente de la Reserva Federal dando los peores pronósticos y negándose al pedido de Donald Trump de poner en negativo a las tasas de interés. Lo que sucede es que falta poco para que venza el plazo de negociación y los nervios se agigantan y no fueron pocos los que decidieron que lo que llevaban ganado con los bonos argentinos en el último tiempo era suficiente y era mejor hacerse de las ganancias ahora.
De esta manera, los bonos largos bajo legislación extranjera que son los de más ponderación en la medición del riesgo país y los decisivos en la negociación de la deuda, tuvieron una leve suba de 0,14% en el caso del Discount y de 3,42% cuando se trató del Par. Los bonos cortos con legislación local que fueron defaulteados hace un mes, perdieron 3,27% cuando se trató del Bonar 2020. El Bonar 2024 bajó 1,02%. Por eso el riesgo país tuvo una leve suba de 44 puntos a 3.051 puntos básicos.
La Bolsa, estuvo todo el día en baja arrastrada por el mal humor de Wall Street. El S&P Merval perdió 3,30% con negocios por $ 1.495 millones (40% menos que el día anterior). La intervención de MSCI en el retiro de acciones de su índice fue clave. Pero los papeles que más bajaron fueron Cresud (-7,25%) que venía con fuertes subas que lo hicieron subir 24% en el mes. Por eso fue el primer candidato para tomar ganancias. Lo mismo sucedió con YPF (-6,37%) ya que al petróleo lo espera un futuro de bajas. Los papeles que bajó MSCI tuvieron la misma suerte. Banco Macro cedió 5,75%, mientras Grupo Galicia, perdió 5,81%.
Los ADR’s argentinos -certificados de tenencia de acciones que cotizan en Wall Street- tuvieron una rueda negativa con apenas dos alzas, la de Central Puerto (+1,85%) y la de MercadoLibre (+0,85%). Los papeles más afectados fueron Corporación América (- 12,61%), Transportadora Gas del Sur (-10,54%), Loma Negra (-10,49%), Galicia (-9,16%) y Macro (-8,83%).
Los dólares alternativos tuvieron alzas de $3,46 en el caso del dólar Bolsa que cerró a $122,77, mientras el contado con liquidación creció $ 3,80 a 125,76.
Los dólares oficiales siguieron su rumbo sin inmutarse por la brecha de 80% con los dólares alternativos. El dólar en bancos y casas de cambio subió 13 centavos a $ 69,83 y el mayorista que es el dólar que interesa para las empresas endeudadas en dólares y a los que operan en comercio exterior, siguió su ritmo diario de alzas de 0,10% y aumentó 9 centavos a $ 67,55. Este atraso cambiario transformo a abril y mayo, meses tradicionalmente superavitarios por el ingreso de dólares de la cosecha, en meses negativos donde disminuyeron las reservas porque se fueron más dólares de los que entraron. Las reservas bajaron 66 millones a USD 43.286 millones.
Para hoy se espera que los inversores aprovechen las oportunidades de la caída de las acciones, aunque no dejarán de apostar al dólar que cerró con tendencia compradora. Las bolsas de Wall Street, en el post cierre estaban prolongando su tendencia negativa del día con los futuros (overnight) en baja. De los bonos argentinos no se esperan grandes sorpresas porque los inversores del exterior ven un planeta desestabilizado y lo que menos desean es un default que aumente el pesimismo.
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