El dólar en el mercado paralelo llegó hoy a ofrecerse a $133 por unidad, lo que lleva a la disparada que protagonizó desde el inicio de la cuarentena obligatoria a una suba del 54%. Un avance que hubiera sido difícil de predecir con exactitud aún por el más pesimista de los analistas. Pero aunque entre operadores y economistas no hay consenso respecto de cuál sería un precio lógico, sí están de acuerdo respecto a que esa cotización y otras versiones libres de adquirir la divisa, como el contado con liquidación y el dólar Bolsa, tienen varios elementos que las impulsan.
Incertidumbre por la deuda y la pandemia, tasas de interés por el piso que financian a quienes apuestan por la divisa, emisión monetaria relacionada con esto último, la devaluación del real brasileño y, por último, la propia retroalimentación que genera el crecimiento de la brecha cambiaria son elementos clave para entender por qué se disparó el blue.
Incertidumbre
La caída de la actividad económica por la pandemia de coronavirus COVID-19 y la renegociación de la deuda son hoy los dos principales factores de incertidumbre alrededor de los que ahorristas, empresas y operadores toman sus decisiones en el frenético mercado actual. La imposibilidad de proyectar cuál será la marcha de los negocios en los próximos meses y, quizás, años, fuerza conductas defensivas que tienen al dólar como principal destino.
“Todavía no hay demasiadas novedades sobre la deuda, sobre el shock del COVID o cuál van a ser las políticas económica y monetaria luego del shock. El dólar en la Argentina suele ser el mecanismo de resguardo ante contextos de incertidumbre, con lo cual la presión que estamos viendo sobre la brecha cambiaria en el muy corto plazo tiene que ver con la incertidumbre alrededor de la deuda", dijo Martín Vauthier de EcoGo.
Emisión monetaria
Un análisis de Consultatio Asset Management encontró una correlación, que no es causalidad pero no deja de ser sugerente, entre el crecimiento de la cantidad de pesos que circulan en la economía en contexto de controles de cambio y la diferencia entre el dólar oficial y el paralelo. Ya sea por la vía de expectativas o por la llegada de esos pesos a los distintos mercados cambiarios, es un factor que nadie deja de lado.
“La dinámica monetaria también es una señal de alarma porque (...) su correlación con la brecha cambiaria es notable. En un contexto de déficit fiscal creciente, mercados externos cerrados y gran cantidad de vencimientos en pesos, el panorama monetario no parecería mejorar lo necesario como para quitarle presión a la brecha. En abril, el BCRA incluso contrajo base monetaria por poco más de $ 400.000 millones, pero lo hizo a costas de incrementar pasivos remunerados (pases pasivos, específicamente) en $ 800.000 millones ya que la asistencia al Tesoro fue de $ 270.000 millones. Claramente, la esterilización de las transferencias al Tesoro con pasivos con vencimiento a un día tiene sus límites”, señaló el informe de Consultatio.
Tasas reales negativas
Es prácticamente el mismo punto que el anterior, aunque visto desde otro ángulo. La expansión monetaria que tuvo como destino financiar el déficit fiscal pero también liberar pesos del sector financiero para que las empresas y particulares puedan acceder a financiamiento blando con el que transitar la cuarentena sin una ruptura en la cadena de pagos derrumbó las tasas del mercado. Esto se vio en las tasas de plazos fijos, que llegaron a perforar el 20% antes de que el Banco Central les pusiera un piso por la vía regulatoria, pero también en otras tasas más calientes que sirven como ejemplo de la forma en que la suba de los dólares paralelos está en buena medida financiada por la propia política oficial.
Una disyuntiva difícil para el Banco Central, porque sin las líneas de financiamiento la tasa de mortalidad de empresas podría dispararse, pero con ellas poco le queda más que mirar como parte de esos pesos van en dirección al dólar a pesar de normas que impiden operar en el mercado de cambio oficial, contado con liquidación o dólar Bolsa a quienes toman este financiamiento.
Pero otras alternativas más directas surgieron para que quienes tienen apetito y capacidad de comprar dólares puedan ir por ellos que sirven como ejemplo para graficr el traslado. Por ejemplo, las cauciones bursátiles que los operadores utilizan para invertir con dinero prestado llegaron a tocar tasas irrisorias que mucho tuvieron que ver con el avance del dólar Bolsa. También el derrumbe en el costo de descontar cheques permitió a muchas empresas que no estaban a punto de asfixiarse dolarizar toda su caja al tiempo que se financia a tasas de apenas el 14%.
La devaluación del real
En un esquema de controles de cambio y con el dólar oficial como principal ancla anti inflacionaria el Banco Central no ha podido dejar que el peso acompañara las devaluaciones de socios comerciales, por ejemplo el real brasileño. Muchas monedas de la región reaccionaron rápido al “coronacrash” global con devaluaciones que tienden a morigerar el efecto de la crisis en la actividad económica dentro del país. El dólar en el mercado oficial avanza, a un ritmo que de sostenerse estable durante un año completo llegaría a una tasa de devaluación del peso del orden del 50%, pero no alcanza a sus pares. Los tipos de cambio paralelos, sin intervención oficial, sienten todo ese proceso sin trabas.
“La depreciación de las monedas de los socios comerciales de la región también deja ver las debilidades de la política cambiaria de la cuarentena, que consiste en un tipo de cambio fijo que ajusta gradualmente, pero que no es para nada flexible. Las noticias del real brasileño depreciándose por encima de los R$ 5,80 (...) son el mejor ejemplo de ello”, señaló Consultatio Asset Management.
Trabas cambiarias
Entre los análisis de economistas y operadores, las propias trabas cambiarias aparecen coomo una mención también lógica. De hecho, la brecha cambiaria no existiría si no hubiera un tipo de cambio oficial de acceso restringido y mercados paralelos de acceso libre. Pero si desde septiembre pasado que existen controles de cambio, las medidas que se tomaron durante la cuarentena para dificultar el acceso a mercados alternativos legales como el contado con liquidación y el dólar Bolsa puede haber sumado, más que restado, para que el dólar informal se dispare.
“Los controles tampoco ayudan, este intento de segmentar el mercado oficial del contado con liquidación restringiendo las operaciones con especies en dólares creo que no ayudan a bajar el precio, por el contrario cuando más escaso se percibe un bien que ya era escaso más caro va a ser acceder a él”, dijo Vauthier.
La brecha se retroalimenta
El propio crecimiento de la brecha cambiaria termina incentivando una mayor dolarización. Eso se ve, por ejemplo, en las dificultades que tiene el Banco Central para sumar dólares en el mercado cambiario en época de salida de la cosecha o en que, más aún, ha tenido que vender para conducir la suba del dólar mayorista(desde el inicio de la cuarentena la entidad conducida por Miguel Pesce lleva vendidos USD 244 millones en términos netos). En general, una brecha cambiaria que antes del golpe de la pandemia estaba en el 30% y ahora en el 80% modifica todas las conductas.
“Desde mayor demanda por bienes y servicios importados o exportables, cuyo precio fijado al dólar oficial se percibe como subsidiado (cuanto mayor la brecha, mayor el subsidio), hasta sobre o subfacturación en operaciones de comercio exterior y mayores coeficientes de retención para los productores de transables (por ejemplo, granos). Hay de todo. Y cuanto mayor la brecha entre el tipo de cambio oficial y los alternativos, mayor el premio. Sea este subsidio o rendimiento”, resumió e Consultora Ledesma.
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