Los principales fondos de inversión de Wall Street, incluyendo a BlackRock, el jugador más relevante en la negociación con la Argentina, le habrían enviado ya su propuesta al Gobierno, luego de que el presidente Alberto Fernández le pidiera a los bonistas que dieran a conocer su postura para llegar a un acuerdo.
Según pudo saber Infobae, “los fondos ya enviaron una contrapropuesta al Gobierno”, tal como le reclamaron Fernández y el ministro de Economía, Martín Guzmán, luego del masivo rechazo a la primera oferta que hizo la Argentina.
Ayer, el Presidente dijo en diálogo con Oscar González Oro en Radio Rivadavia que “mientras no haya contraoferta, no va a haber modificación de nuestra propuesta” y aseguró que la decisión de su gobierno es lograr “un acuerdo lógico” para la economía argentina. También insistió en que la propuesta no significa una pérdida para los bonistas sino simplemente “que ganen un poco menos”. A lo que agregó que podrán estar tranquilos “porque vamos a poder cumplirla”.
En tanto, los fondos de inversión, según la versión de hoy, “ven al Gobierno con más interés por acordar” que antes del viernes, cuando lanzó una propuesta unilateral que consiguió una adhesión menor al 20 por ciento.
En este sentido, señalaron que “más allá de las declaraciones y artículos rimbombantes como los de Stiglitz", quien dijo que la culpa de un default será de los bonistas y las consecuencias que van más allá de la Argentina, "ven al Gobierno muy necesitado del acuerdo, incluyendo a Cristina Kirchner, que apoya totalmente a Guzmán”.
Al respecto, BlackRock sabe que Alberto y Cristina le dieron a Guzmán la expresa orden de arreglar con los fondos, pero existen dudas por el escaso tiempo que queda hasta el 22, por la magnitud del replanteo que tendría que hacer el Gobierno con su propuesta para lograr altos niveles de aceptación y cómo encajaría en el relato oficial.
En este sentido, “si bien los dichos de Cristina a Guzmán van en el sentido de arreglar sí o sí, algo que es un factor clave a considerar, tampoco se debe descartar que la negociación se extienda por todo lo anterior a después del 22 de mayo y que, mientras tanto, el Gobierno pague los 500 millones de dólares que vencen ese día”.
De hecho, tanto la Nación como la provincia de Buenos Aires (hasta abril, en el primer caso; y el pago no realizado esta semana para la jurisdicción de Axel Kicillof) vienen pagado a los bonistas con papeles bajo ley extranjera. En el caso de la Nación, son unos 4.000 millones de dólares desde que asumió el Gobierno el 10 de diciembre pasado.
Cabe recordar que, días antes del cierre del primer canje, el Ministerio de Economía filtró una oferta preliminar y reservada que BlackRock le formuló a principios de abril y que el Gobierno consideró que no se ajustaba a sus parámetros de sustentabilidad de la deuda.
Por otro lado, se habría trabado un pedido, nunca oficializado, al Fondo Monetario Internacional (FMI) para un paquete de emergencia de 5000 millones dólares a la Argentina. Cabe recordar que el organismo que conduce Kristalina Georgieva aprobó ayer un crédito de emergencia a Chile por 23.500 millones de dólares.
En este sentido, buena parte de los grandes fondos considera que lo lógico hubiera sido que el Gobierno acordase un programa con el FMI y luego negociara con los fondos privados, pero al parecer creen que la vicepresidenta no quiso que se buscara ese camino. Ayer, Georgieva elogió nuevamente al Gobierno, dijo que el Fondo está dispuesto a ayudarlo y que hay que alcanzar un acuerdo que respete la sustentabilidad de la deuda pero que, a la vez, logre una amplia aceptación entre los acreedores privados.
Luego de este capítulo con los bonistas, el Gobierno debe reprogramar su deuda de USD 44 mil millones con el Fondo, que vence hasta 2023 y que pretende postergar al menos 3 años más.
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