Luego del pedido del ministro de Economía, los acreedores tienen prácticamente lista la “contrapropuesta” para avanzar con el canje de deuda, luego del bajísimo nivel de aceptación de la oferta original realizada por Martín Guzmán. Aunque el contenido de la propuesta de los bonistas se mantiene en un total hermetismo, se buscan dos objetivos simultáneos: respetar la “sostenibilidad” que debe tener el futuro horizonte de la deuda argentina, pero al mismo tiempo reducir la quita de la propuesta que finalizó el 8 de mayo.
Mientras se espera que de manera inminente los acreedores hagan el próximo movimiento, los títulos argentinos tuvieron un impactante rebote en la jornada de ayer. Hubo subas de entre 5% y 7%, tanto para las series más cortas como las largas. El riesgo país quedó muy cerca de perforar los 3.000 puntos, reflejando la expectativa de que continúen las negociaciones y se pueda llegar a un acuerdo que evite el default total.
Los mercados ya venían optimistas por la decisión del Gobierno de extender la fecha del cierre del canje, que pasó del 8 al 22 de mayo. Fue interpretado como una vocación por llegar a un entendimiento. Pero el mayor escollo sigue siendo que la distancia entre las exigencias de algunos grupos de acreedores y lo que está dispuesto a pagar Guzmán continúa siendo muy grande. Ahora restan 10 días para llegar a un entendimiento que permita que la Argentina evite la cesación de pagos.
Los bonistas aspiran a respetar la “sostenibilidad” que debe tener el futuro horizonte de la deuda argentina, pero al mismo tiempo reducir la quita de la propuesta que finalizó el 8 de mayo
El Presidente Alberto Fernández envió varios mensajes en los últimos días aseguran que no es la intención del Gobierno entrar en default. Pero al mismo tiempo se apura en aclarar que no se llegará a un acuerdo que “comprometa el futuro de los argentinos”.
Los interlocutores de los grandes grupos de bonistas aseguran que no tienen interés en litigar y que en realidad buscan un acuerdo que sea bueno tanto para ellos como para el país. Sin embargo, reconocen que siguen recibiendo señales “mixtas” de parte de la Casa Rosada. Por momentos parece que hay ánimo de acercar posiciones y en otros momentos las distancias parecen irreconciliables. Pero es probable que así continúe hasta casi el último minuto antes del último plazo disponible para negociar.
Ayer un grupo de economistas (Daniel Marx, Marcos Buscaglia y Marina Dal Poggetto) presentaron con apoyo de un grupo de empresarios cuatro alternativas diferentes para mejorar la oferta presentada por la Argentina, según informó Infobae. En todos los casos aseguran que no vulnera la “sostenibilidad” de la deuda.
Los interlocutores de los grandes grupos de bonistas aseguran que no tienen interés en litigar y que en realidad buscan un acuerdo que sea bueno tanto para ellos como para el país. Sin embargo, reconocen que siguen recibiendo señales “mixtas” de parte de la Casa Rosada.
Las opciones mantienen la quita de capital del 5,4%, aunque en algunas variantes la elevan al 10%. La diferencia es que desaparecen los “años de gracia” para volver a pagar y aumentan los cupones de intereses, que en la oferta de Guzmán arrancan en 0,5% anual. Con estas variantes, el “valor presente” de la oferta, calculando un rendimiento de 10% anual en dólares, pasaría de USD 38 a más de USD 51 y en los ejercicios más agresivos supera los USD 58.
Aunque toda la transacción presenta su complejidad, sería más difícil el acuerdo con los tenedores de Par y Discount, es decir los bonos del canje de 2005. Como el Gobierno precisa mayorías superiores al 85% para meter a todos los acreedores en el canje (contra 66% de los “bonos Macri”), se estima que podrían tener mayores pretensiones para llegar a un acuerdo. De hecho negocian por vías separadas con Guzmán respecto al resto de los bonistas.
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