El “vademecum” impositivo argentino sumó dos nuevos impuestos: entre nacionales, provinciales y municipales; ahora son 165, dos más que los 163 que había registrado el año pasado el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf).
El centro de estudios, que encabeza el economista Nadin Argañaraz, relevó por segunda vez la maraña de la que se sirven los tres niveles del Estado argentino para asfixiar a los contribuyentes.
La lista de 165 tributos surge de sumar 41 impuestos nacionales, 39 provinciales y 85 municipales, disfrazados de diversos tipos de impuestos, “tasas”, “contribuciones” y “derechos” de dudosa contraprestación.
Desde el primer relevamiento, la más importante modificación fue la creación del “Impuesto PAIS” (patriótico acronismo de “Para una Argentina Inclusiva y Solidaria”), el 30% que le cobra el Estado nacional a cualquier ciudadano que quiera acceder al dólar o cualquier otra moneda extranjera, sea para ahorrar, consumir o invertir.
A nivel provincial la lista mermó en dos tributos. Córdoba derogó dos “Fondos” (el del “Financiamiento del Sistema Educativo”, Fofise, y el de “Financiamiento de Obras de Infraestuctura”, FFOI), Salta eliminó el de las “Cooperadoras Asistenciales”, que se aplicaba sobre la nómina salarial, y San Juan hizo lo mismo con la “Contribución de los servicios prestados en el Matadero Municipal”, que sin embargo siguen cobrando algunas localidades, por lo que sigue poblando el frondoso vademécum.
A nivel municipal, La Plata creó una nueva “Tasa por Seguridad Vial y Señalética” en tanto Castelli y Puerto Madryn crearon dos “tributos extraordinarios” Covid-19.
Pese a la abundancia de tributos, muy pocos explican el grueso de la recaudación. Según el informe, el IVA, los Aportes a la Seguridad Social, las Contribuciones a la Seguridad Social, el impuesto a las Ganancias de personas humanas, a las Ganancias de sociedades y el impuesto provincial a los Ingresos Brutos explican el 70% de la recaudación tributaria consolidada de Argentina. Y si a esos 6 tributos se le agregan los Derechos de Exportación, los de Importación, el Impuesto al Cheque, el impuesto sobre los Combustibles y la Tasa de Seguridad e Higiene Municipal (el tributo preferido de los intendentes), se llega que 11 tributos explican el 90% de la recaudación de los 3 niveles de gobierno. Los 154 restantes explican el 10% del total, a un promedio de 0,064% de aporte cada uno.
De los 11 tributos que explican el 90% de la recaudación total, 9 son nacionales. A través de un intrincado esquema de coparticipación y leyes y acuerdos modificatorios de la misma, su producido se distribuye entre la Nación (el Tesoro y la Anses) las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Las provincias, mediante sus propios laberintos, distribuyen a sus Municipios y Comunas los fondos que les ingresan por coparticipación nacional y los impuestos provinciales, básicamente, Ingresos Brutos, el segundo impuesto que más recauda del país.
El Iaraf precisa que los $90 (del total de 100) que recaudan los 11 principales tributos se distribuyen automáticamente del siguiente modo: $ 24 para el Tesoro Nacional, $ 27 para la Anses, $ 31 para el conjunto de las provincias y la Capital Federal y $8 para los Municipios.
La Ciudad Autónoma de Buenos Aires tiene más tributos que las provincias, por ser un distrito “provincial” y “municipal” a la vez. Todas las provincias coinciden en el cobro del impuesto a los Ingresos Brutos (IIBB), de Sellos y diferentes tasas sobre Servicios Administrativos, judiciales y otras específicas. Por caso, el “pago de derechos de inscripción en el Registro de Marcas y Señales.
Cada provincia (sin incluir en este cálculo a CABA) cobra 8 tributos en promedio, la provincia que más tributos cobran son San Juan, Tierra del Fuego y Tucumán (10 cada una) y la que menos Chubut (5)
El estudio analiza luego los tributos vigentes en las 23 capitales de provincia, que cobran por si mismas poco más de la mitad de los diferentes tributos existentes,
Hay allí una gran variedad de situaciones, dependiendo de la creatividad de intendentes y ediles, al punto que 80% de los tributos municipales es cobrado por 10 municipios o menos y 50% de los tributos es cobrado solamente por un municipio. Sólo 4 de los tributos relevados son comunes a todos los municipios; se trata de la “Tasa de Servicios Generales” (conocida como tasa inmobiliaria o a la propiedad), la de “Inspección, Seguridad e Higiene” (la que más incide sobre la actividad industrial, comercial y de servicios), el “Derecho de Registro al Conductor” y el “Derecho a Cementerio”.
Otras tasas de cobro generalizado son la de “Ocupación y Uso del Espacio Público” y la de “Habilitación de Comercio e Industria”, en tanto se presentan como “Derechos” los de “Oficina” y “De Publicidad y Propaganda”, los de “Espectáculos Públicos” y los “De Construcción”. Amén de una panoplia de tasas por servicios varios, servicios especiales de limpieza e higiene, instalación de antenas y permisos de juegos de azar, que cobran la mitad de las jurisdicciones.
En promedio, cada municipio cobra 20 “Tasas”, “Derechos” o “Contribuciones” sobre los más variados hechos imponibles. El municipio que más tributos cobra es San Salvador de Jujuy (26), y el que menos San Fernando del Valle de Catamarca, “apenas” 16.
En la parte final del estudio, el Iaraf hace una “propuesta de simplificación tributaria”, a partir de la constatación ya comentada de que 11 de 165 tributos recaudan el 90% de los recursos totales.
Sin analizar el mérito de los tributos más rendidores –dice- “resulta evidente que la reducción en la cantidad de instrumentos sería posible con un costo relativamente bajo en términos de recaudación, sobre todo en comparación con el beneficio en términos de eficiencia, simplificación para el contribuyente y reducción en las posibilidades de corrupción y captura de rentas a las que dan lugar habitualmente los tributos demasiado específicos”.
Una primera fase de simplificación, prosigue, avanzaría sobre los tributos provinciales y municipales, mediante la eliminación de aquéllos que sin contribuir mucho al financiamiento de cada distrito generan distorsiones y costos de transacción. Esa primera “limpieza”, precisa, permitiría eliminar 95 tributos, dejando el total agregado en “nada más” que 70.
La propuesta implica la eliminación de tributos específicos que hoy aplican cinco jurisdicciones. De hecho, del total a eliminar, 90% son cobrados por una única jurisdicción. Un segundo paso sería excluir los tributos que cobran “menos de 10 jurisdicciones”. Este primer paso hacia la simplicidad, resume el Iaraf, hace visible la gran cantidad de tributos específicos que complejizan la estructura tributaria nacional e introducen distorsiones, costos administrativos y transaccionales sin generar un aporte significativo en la recaudación.
“Para las provincias, significaría una reducción del 80% del total de instrumentos actualmente existentes, mientras que para municipios habría 70% tributos menos, en ambos casos aportantes de niveles muy bajos de ingresos”. En suma, dejar atrás una etapa de mucho ruido (para los contribuyentes) y pocas nueces (para los recaudadores). Pero suficiente para complicarle la vida a todos.
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