El S&P Merval encara su tercer año consecutivo de caída, acumulando en este 2020 una pérdida del orden del 46% en dólares; y luego de haber perdido 50% en 2018 y 32% en 2019, con bajas mayores en los casos particulares. En esa línea, los principales ADR acumulan bajas de hasta 60 por ciento
De hecho, un análisis de los indicadores técnicos refleja que los papeles argentinos operan con un fuerte descuento con respecto a la región en general, que permite además leer que el “castigo” en las cotizaciones se explica más allá de la coyuntura de riesgo internacional actual relacionada a la Covid-19.
El índice, actualmente en la zona de 300 puntos en dólares, se mueve dentro de un rango de 250/350 que no se rompe prácticamente desde el impacto de la crisis de la Covid-19 y el comienzo de las negociaciones de la deuda. La volatilidad se mantiene, con lógica, alta; y los negocios promedio siguen descendiendo a niveles promedio de entre 5 a 15 millones de dólares diarios. Mientras que por capitalización bursátil ocupa el sexto lugar dentro de la región, ubicándose debajo de los mercados accionarios de Brasil (30 veces más grande que la nuestra), México, Chile, Colombia y Perú.
Un análisis de los indicadores técnicos refleja que los papeles argentinos operan con un fuerte descuento con respecto a la región en general, que permite además leer que el “castigo” en las cotizaciones se explica más allá de la coyuntura de riesgo internacional actual relacionada a la Covid-19
Ahora si lo que se busca es alguna referencia histórica para el índice líder del mercado, se puede mencionar los USD 302 ajustados a hoy del 2008; los USD 107 del 2001-2002, o los niveles promedio del 2012, en 390-400 puntos, aproximadamente.
Mientras que, en cuanto a relaciones, hay muchas que se pueden encontrar entre la evolución de las acciones y diferentes variables macro como el tipo de cambio, la inflación, etc. Pero dentro de la coyuntura actual, una importante que se destaca es la correlación entre el S&P, el Merval y el riesgo país, es desde 2011 negativa y alta -del orden del 89%-, fenómeno que indica que ante una suba fuerte del riesgo país habrá una caída importante del S&P Merval, por lo tanto el resultado de las negociaciones sobre la reestructuración de la deuda pública- y la confirmación o no de un default - tendrá un lógico impacto sobre la valuación de las acciones, que escapa a la situación microeconómica de cada sector y papel.
Probabilidades y niveles objetivo
Escenario optimista (o más favorable) se apunta a lograr un acuerdo entre el Gobierno y los acreedores que eviten un hard default en las próximas semanas, y una nueva batalla judicial de años en la Corte americana. Las expectativas del mercado, descontada en gran parte ya en los precios, de lograr una aceptación importante (al menos, en esta primer etapa que cerró) son bajas. En consecuencia, una sorpresa positiva en este sentido, podrá llevar a una recuperación importante del índice –producto de que se descartaría una aceleración del deterioro económico e institucional del Gobierno-. La probabilidad igual de este escenario es la más baja, y se proyecta en el orden 20%. El precio objetivo para el índice en este escenario podríamos ubicarlo en la zona de 500.
Escenario moderado en que se podría considerar un “standstill” entre Argentina y los acreedores, que le permitiría al país ganar tiempo e ir trabajando en los próximos meses en un mejor entendimiento (durante este plazo el Gobierno podría coordinar pagar parcialmente intereses). Si bien no permitiría eliminar el tema de la agenda, y mantendría bajo presión a las principales variables financieras, daría aire al Gobierno para enfocarse en la recuperación de la actividad tras la cuarentena. La probabilidad de un escenario de este tipo se estima en 50%, pudiendo implicar que el S&P Merval pueda “subirse” mejor a una posible recuperación regional. Hay que recordar que aún con los problemas propios y la crisis internacional, desde los mínimos de 2020, los mercados de Brasil, Chile, Colombia y Perú recuperaron entre 36% y 13% en dólares (aún con el peso de las devaluaciones de su moneda).
Escenario pesimista, se relaciona directamente con un nuevo default del país, entrando en una trama judicial complicada, que sólo aceleraría el deterioro ya observado en la coyuntura económica. La probabilidad se ubica en un 30%, y en este caso la zona de piso para el índice se estima en niveles de 150 puntos.
Un ejercicio que en su conclusión lleva a que si bien lejos se está de poder descartar que la alta volatilidad desaparezca, existe cierta posibilidad de estar cerca de un piso para el índice. Claramente de darse el escenario más favorable, las acciones serán el mejor activo en donde estar posicionados, con una reacción esperada rápida e importante (y mucho más fuerte que la de la renta fija dada su naturaleza).
Claramente de darse el escenario más favorable, las acciones serán el mejor activo en donde estar posicionados, con una reacción esperada rápida e importante
No obstante, en el escenario negativo la posibilidad de un nuevo piso, ante una corrección más profunda, se mantiene abierta; y en el caso intermedio, el de mayor probabilidad para nosotros dadas las noticias actuales, podría existir una recuperación desde el nivel actual aunque controlada.
De hecho, la variación ponderada de los tres escenarios es positiva, pero limitada. Esto no evita igual tener en cuenta que la selectividad por sector será relevante a medida que puedan existir definiciones económicas que involucren puntualmente a cada uno (bancario, eléctrico, petrolero…)….
Por ahora se sugiere cautela con la compra de posiciones agresivas en renta variable, pero no es descartable ir tomando algunas posiciones puntuales y selectivas con una visión de mediano a largo plazo en inversores que igualmente no sean adversos a la volatilidad y al riesgo, que seguro se mantendrá.
El autor es Analista de PPI (Portfolio Personal Inversiones)
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