Suecia y el coronavirus: cuál es la estrategia a la que se refirió Alberto Fernández y cómo afectó a la economía

Es probable que la estrategia sueca de mantener la economía lo más “normal” posible, haya sido también una consecuencia de la política sanitaria de conseguir la inmunidad de grupo. ¿Cuál será el costo?

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Suecos disfrutando de un día
Suecos disfrutando de un día primaveral en el Parque Ralambshov, en Estocolmo, a comienzos de mayo

Desde Gotemburgo, Suecia. La excepción sueca en la lucha contra el coronavirus, intentar sostener la economía sin confinamiento obligatorio, ha tenido una buena noticia, al lograr disminuir el índice de contagio a menos de uno desde el 21 de abril pasado, según informó el epidemiólogo a cargo de la Agencia de Salud Pública, Anders Tegnell.

Con esta proporción, que es la que deben buscar los gobiernos para frenar la expansión del COVID-19, según explicó la canciller alemana Angela Merkel, se abre una esperanza a que la pandemia sea controlada, ya que cada afectado contagia a menos de una persona en promedio en este país del norte de Europa.

La novedad ha permeado hasta en la cautelosa Agencia de Salud Pública, que se animó a pronosticar que, en las próximas semanas, Estocolmo podría contar con inmunidad de grupo, aunque en modo alguno implica que la situación se haya relajado, puesto que está bajo análisis la recomendación del uso de barbijos hasta ahora casi inexistentes en las calles.

Sin embargo, este logro de la sociedad sueca ha tenido dos notorios sinsabores, la mayor proporción de muertos son ancianos y el deterioro de su economía. Ya sea por el retraimiento del consumo interno y principalmente, por la dificultad de acceso a los mercados internacionales, dado que las exportaciones representan el 30% del Producto Bruto Interno (PBI).

Anders Tegnell esta a cargo
Anders Tegnell esta a cargo de la Agencia de Salud Pública de Suecia

Así, debido que la mayoría de los países que comercian con Suecia han bajado o entornado la persiana de sus economías, la balanza comercial ha sido afectada, al igual que la oferta de algunos productos de primera necesidad que por semanas han escaseado como el alcohol, el papel higiénico y diversos alimentos, aunque lejos de un desabastecimiento con respecto a la comida.

El impacto también se siente en la fuerza laboral de la hasta ahora locomotora de Escandinavia, que ha dejado sin trabajo a más de 300 mil personas al unísono. Las suspensiones de las operaciones de Volvo en Suecia y en los Estados Unidos fueron un hecho que causó preocupación en la habitual parca opinión pública sueca.

Debido que la mayoría de los países que comercian con Suecia han bajado o entornado la persiana de sus economías, la balanza comercial ha sido afectada

De acuerdo con informes del Riskbank, el Banco Central con sede en Estocolmo, se pronostican dos posibles alternativas para la economía de este país, ambas negativas, con resultados que se diferencian de acuerdo con la duración de la pandemia.

En el escenario menos malo, que de confirmarse el incipiente control del COVID 19 sería el más probable, el PIB 2020 se proyecta con una contracción del -6,9%, mientras que para 2021 se estima un rebote de crecimiento de 4,6%.

Por otra parte, la proyección más pesimista de la autoridad monetaria para el PBI refleja una caída del -9,7% para 2020 y una recuperación del 1,7 para el año próximo. Cifras de retracción, también compartida por el Ministerio de Finanzas local.

Nadie es una isla

Bajo una lupa positiva, el relativo éxito sueco en materia de salud, y psicológico-social, de mantener una sociedad casi en la normalidad, (solo las universidades y secundarios han cerrado), se eclipsa en materia económica, cuando se compara a Suecia con sus vecinos europeos que se vieron obligados a aplicar aislamientos severos y que sufrirán caídas proporcionales similares o menores al país de Alfred Nobel.

El PIB 2020 se proyecta con una contracción del -6,9%, mientras que para 2021 se estima un rebote de crecimiento de 4,6 por ciento

Según proyecciones de las primeras semanas de abril del FMI para este año el PBI de Francia caería el -7,2% , de España,-8%; del Reino Unido, -7%; de Alemania,-6,5%, al igual que los cercanos Finlandia, (-6%) y Dinamarca, (-6,5%).

En este contexto un interrogante parece tener respuesta, a pesar de la negativa del epidemiólogo Tegnell: es probable que la estrategia sueca de mantener la economía lo más “normal” posible, haya sido también una consecuencia de la política sanitaria de conseguir la inmunidad de grupo que fracasó en el Reino Unido y que estaría dando resultado en Suecia, a un costo que, por ahora, sólo la historia podrá dar un veredicto objetivo.

El autor es ex vocero de la Cancillería argentina

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