Finalmente, cerró lo que parece ser el primer tramo del canje de deuda que podría evitar que la Argentina caiga nuevamente en default. O no. La decisión ya fue tomada en diferentes reuniones en la Quinta de Olivos entre el presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía, Martín Guzmán: si no se alcanzaba un ingreso considerable de bonistas al canje, la fecha del cierre será el próximo 22 de mayo. Y en el medio arranca una nueva negociación.
Fuentes oficiales confiaron a Infobae que más allá del cierre formal, “no se cierra la negociación en sí con los bonistas” y que “el Gobierno continúa abierto al diálogo, en la medida en que los interlocutores compartan los preceptos de sostenibilidad expuestos en la propuesta argentina. No hay intención de cortar las comunicaciones con los acreedores, por lo que hay disposición a evaluar contraofertas”.
La continuidad encierra algo bueno y algo malo a la vez. Lo malo es lo obvio, que es que la Argentina no alcanzaría un porcentaje muy alto de adhesión a la medida. Lo bueno es que corren nuevos plazos para los cruces de nuevas ofertas.
“Hoy no cierra nada. La fecha es el 22. Hoy es un plazo intermedio que se autoimpuso el Gobierno. Pero no termina nada. Más bien abre el período de negociación de verdad” explicó un economista conocedor del estado de situación que prefirió el anonimato.
Para el especialista en macroeconomía y mercados financieros, Miguel Kiguel todo “dependerá de cómo cierre, Si no hay mucha aceptación lo va a tener que extender y esa extensión implica que deberá haber una nueva oferta". Para el economista el problema que se presenta son los plazos.
“Ahora vendrá un momento de contraofertas y el problema es que no podes ir el 21 con una nueva oferta para que te la tomen el 22. Están corriendo contra reloj y hay plazos legales que cumplir”, agregó el especialista.
En el mercado descartan que los tenedores locales entrarán al canje mientras que los externos, que son los que tienen la mayoría y son los que definen, lo rechazarán. Frente a esto, Kiguel entiende que el gobierno “debería decirlo a los locales, que ya los tiene adentro, que esperen la nueva oferta. Pero dependerá del porcentaje, si llegan al 60% de aceptación quedan muy cerca pero parece que estamos perdiendo 3 a 0 y quedan sólo 5 minutos".
Para el director ejecutivo de la consultora Seido, Matías Carugati, la extensión “es lógica teniendo en cuenta que no llegaron a un porcentaje de aceptación razonable y, por lo tanto, prefieren seguir negociando antes que dar de baja la oferta y eventualmente, caer en default. Creo que las negociaciones se van a ir desarrollando y vamos a tener definiciones mas hacia el filo del 22 de mayo", agregó.
Respecto a las posibilidades de que sea el Gobierno nacional o los bonistas quienes acerquen una nueva oferta, Carugati señala que es “irrelevante” en tanto las partes se pongan de acuerdo “después podrán contar o no de quién fue la idea”.
El ex secretario de Finanzas, Daniel Marx señaló que entendía que "la adhesión será muy baja cuando se computen las cifras y habrá que ver si la Argentina y los acreedores grandes buscan una salida que involucre después un acuerdo”. En declaraciones a radio AM1420 dijo que “el actual contexto internacional en el comercio hace que deudores y acreedores sientan que están en una situación extraordinariamente adversa, lo cual es un incentivo para tratar de buscar alguna regularización”.
Fuentes del mercado local estimaban que el porcentaje de aceptación no superaría el 20 por ciento, lo que dejaría a la administración en una situación de debilidad en la negociación frente a los grandes fondos de inversión.
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