Se juntaron en una jornada muy especial: el Día del Trabajador. Y en un lugar que ambos conocen bien: el quinto piso del Palacio de Hacienda.
Se trata del ministro de Economía, Martín Guzmán, y su predecesor, Hernán Lacunza, quienes conversaron sobre la situación de la macroeconomía y la renegociación de la deuda.
Fuentes consultadas por Infobae indicaron que ambos economistas mantienen una muy buena relación personal y de respeto profesional, pese a sus discrepancias.
En este sentido, Guzmán lo invitó a Lacunza, último ministro de Economía del gobierno de Mauricio Macri, a debatir en su doble rol de ex ministro y de referente económico de la oposición, ya que asesora a los gobernadores de Juntos por el Cambio, además de haber regresado a su rol de consultor privado.
Lacunza se trasladó aquel feriado desde su casa en la zona de Tigre hasta su antiguo despacho en Plaza de Mayo.
Parte de esta conversación fue clave para entender la adhesión de los gobernadores de la oposición a los lineamientos de la renegociación de la deuda. En el texto, los mandatarios provinciales destacaron la necesidad de “hacer el mayor esfuerzo posible y dar todo el apoyo para que Argentina pueda redefinir sus compromisos de forma sostenible de modo de poder cumplir con sus obligaciones y evitar la cesación de pagos o default”.
“En un contexto mundial adverso y de alta incertidumbre por el impacto del COVID-19, la República Argentina procura ante la comunidad internacional un plan de pagos sustentable y creíble, hecho con seriedad, en base a la capacidad de pagos del país, tanto en el corto como en el mediano y largo plazo, desterrando cualquier tipo de especulaciones”, agregaron.
Justamente, el ministro le había contado a Lacunza que contaba con el apoyo del Fondo Monetario Internacional y del G20 y que el Tesoro de Estados Unidos no estaba jugando en contra de la estrategia de la deuda. Como en público, le explicó cuál era el fundamento de sustentabilidad que anima la oferta y que no convence a buena parte del mercado.
De todos modos, Guzmán le expresó que tiene espíritu de seguir negociando y recibiendo propuestas formales de otros fondos, tras rechazar la de BlackRock por considerar que no aliviaba el panorama de vencimientos del país.
Lacunza lo escuchó y motorizó el apoyo al texto mencionado, pero no ha dejado de señalar los riesgos que genera el plan económico.
Días antes del encuentro sostuvo que “si el Producto va a caer 10 puntos, no va a haber política pública que atienda todos los efectos colaterales. Debemos tener en cuenta que parte del problema no es el virus o la crisis internacional, es nuestra capacidad como Estado de dar respuesta. Esto pasa porque somos chicos. La respuesta es insuficiente y bastante primitiva en su alcance”.
“Ahora hay que evitar el mal mayor: el default, el corralito y una inflación descontrolada”, subrayó el economista, en medio de las tensiones por la suba del dólar a raíz del aumento de la emisión y la incertidumbre por la deuda.
Guzmán y Lacunza quedaron en contacto después de ese día y el ex ministro le prometió ser un interlocutor ante otros referentes políticos.
Contactos con Lavagna:
Pero Guzmán también se contactó en varias oportunidades con otro ex ministro de Economía, que forma parte de la coalición oficialista: Roberto Lavagna. Se vieron en dos oportunidades, la última en las últimas semanas, y mantuvieron varias conversaciones telefónicas.
Lavagna le relató los pormenores y sinsabores de la negociación que llevó adelante en 2005 para salir del default, que consiguió una adhesión del 76%, muy por debajo de otras desarrolladas en aquel momento, con una quita de capital cercana al 55%. La propuesta actual tiene una quita de capital mucho menor (5,5%), pero un fuerte recorte en los intereses (del 62%) en promedio.
El ex ministro ha logrado que varios de los referentes ingresen al Gobierno, como su hijo Marco al Indec y Zenón Biagosch al BCRA, entre otros.
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