Con los tres comités de acreedores habiendo ya rechazado la oferta argentina y el gobierno cerrando desesperado los canales de transmisión del peso al dólar y dándole con todo a la emisión monetaria, única canilla para financiar el creciente déficit fiscal, los economistas dudan de la consistencia del accionar del equipo económico.
Si bien la inflación está por ahora contenida por la violenta caída de la actividad económica, alertan sobre la brecha cambiaria y estiman que a lo sumo la economía puede tener un leve rebote en mayo, a medida que -como lo puso Ricardo Delgado, de Analytica- el gobierno levante algunas de las “llaves térmicas” que bajó durante la cuarentena. Pero en cualquier caso, el repunte estaría lejos del “fuerte incremento” que para este mes anticipó el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas.
“Si la cuarentena termina, algún rebote va a verse, pero no es crecimiento; el PBI ni siquiera alcanzaría los niveles de marzo, que fueron malísimos”, dijo Fausto Spotorno, del estudio OJF & Asociados.
“Hay fallas de coordinación muy grandes. Guzmán mira la deuda hacia afuera y Kulfas mira hacia adentro”, señaló Marina Dal Poggetto, de EcoGo. “Guzmán hace mucho énfasis en la sustentabilidad, pero hay que descomprimir el corto plazo. Entre abril, mayo y junio el BCRA va a emitir $300.000 millones por mes, media base monetaria. Nadie sabe qué va a pasar de acá a 7 años, pero cada día de cuarentena destruye un tercio del PBI (de esa jornada)”, alerta Dal Poggetto.
Según Delgado, la actual es “la caída del PBI más violenta de la historia argentina; en el segundo trimestre puede ser 15% respecto del primero”. Analytica aún mantiene su pronóstico de caída anual del 8% (inferior al colapso de 2002), pero todo depende de cómo se vayan levantando las “térmicas”, de que el gobierno al menos estabilice la brecha cambiaria, que ya es muy alta, y de que no entre en default.
El peor negocio
“El default es el peor negocio para la Argentina y para los acreedores; nos dejaría en el último lugar de la recuperación post-pandemia” dijo Delgado, que cree que con poco el gobierno puede encarrilar la cuestión. “Los acreedores son en su mayoría inversores institucionales que compraron a la par, no buitres con ánimo de litigar, pero no quieren asumir una pérdida tan significativa”, explicó el economista. Acotando el plazo de gracia y aumentando un poco el rendimiento de los cupones, el gobierno podría evitar un default duro. “Cuarentena larga y default sería una tormenta perfecta”, advirtió.
El default es el peor negocio para la Argentina y para los acreedores; nos dejaría en el último lugar de la recuperación post-pandemia (Ricardo Delgado)
Dal Poggetto cuestionó que el gobierno se puso al borde del default después de haber pagado USD 4.000 millones de vencimientos en dólares. “Guzmán plantea esto como si fuera una negociación avalada por el FMI” pero si se llega a un default sin mayoría, preguntó, ¿en qué medida puede después la Argentina refinanciar la deuda con el Fondo si tiene un déficit fiscal de 1% por mes monetizado con un tsunami de pesos que no se sabe por dónde se canalizarán?
Según Spotorno, las recientes medidas del BCRA (como restringir la compra de dólares y forzar a los Fondos de Inversión a tener al menos 75% de sus activos en pesos) “apuntan a contener el tipo de cambio a corto plazo, pero con alto costo a mediano y largo plazo. Porque cuánto menos convertible es la moneda local, más valor pierde. Establecer medidas de represión cambiaría sólo funciona un rato y aumenta la desconfianza en la moneda local”, señaló. Pero con tasas de interés reales negativas, el ahorro en pesos es una apuesta perdedora.
"Cualquier ministro de Economía quiere que la población ahorre en su moneda. Pero es difícil que en medio de caída tan violenta de actividad y con una inflación proyectada de 45/50%, puedas tener un mercado de pesos robusto”, dijo Delgado. Lo que necesita el gobierno es encontrar un mercado de deuda en pesos que compense parte de la emisión de Base.
“Por eso –señaló- en los últimos meses no castigaron el mercado de deuda en pesos. Cuando Guzmán dice que la inflación está en baja, está diciendo que el rendimiento real en pesos no es tan negativo. Pero la brecha cambiaria no puede escaparse del 60/70%, que ya es muy alta. Si se mantiene, algo de ahorro en pesos podés tener e impedir que se escapan el dólar y la inflación. Pero necesitás una tasa algo mejor”
Estabilizar la brecha es imprescindible para reactivar la construcción privada, el sector que cree con mejores posibilidades de -eventualmente- traccionar algo la economía, dijo Delgado. En cualquier caso, reconoció, las posibilidades de recuperación son escasas si la flexibilización se limita a unos pocos bolsones del interior, porque el grueso de la caída se da en aglomerados urbanos de intenso uso del transporte público (lo que más quiere limitar el gobierno, para contener el coronavirus) que explican el 70% del PBI.
Dal Poggetto admitió la posibilidad de “rebote”, por una mera cuestión técnica. “Un cine con la mitad de butacas es mejor que un cine cerrado”, ejemplificó. “La pregunta es si el rebote se sostiene en el tiempo, y eso dependerá de la demanda de pesos”. De los tres ejes que al principio pareció enarbolar el gobierno en materia económica (consistencia fiscal, contención de la puja distributiva y negociación de la deuda) el único que quedó en pie es el segundo. “Con esta dinámica prevemos una caída anual del PBI de 6 a 7%, pero todo depende de cuándo se normalice”, dijo Dal Poggetto. “Lo que se inició como un problema de oferta, ya es también de demanda. Y el gobierno aún no computó el costo del default ni cómo hará para estabilizar la demanda de pesos”.
Miguel Ponce, director del Centro de Estudios de Comercio Exterior Siglo XXI y titular de la Comisión de Economía de la UCR insistió en la necesidad de los “protocolos productivos verticales” y muy diferenciados para salir de la cuarentena generalizada y en “la defensa de la cadena agroalimentaria” para aprovechar oportunidades que emergerán en la economía mundial post-pandemia, luego de que en los últimos 3 meses la población mundial en situación de hambre aumentó en 130 millones de personas. Rusia, recordó, cerró su mercado de trigo, Vietnam cerró el mercado arrocero, casi una decena de frigoríficos cerraron en EEUU, todas situaciones que la Argentina –garantizando el mercado interno- puede aprovechar para expandir su presencia internacional.
Desde Industriales Pyme Argentinos (IPA), en tanto, su presidente, Daniel Rosato, estuvo de acuerdo con la decisión del gobierno de mantener el control de precios e hizo énfasis en el uso de protocolos de seguridad e higiene y el no uso del transporte público para empezar a recomponer el mercado, siempre que haya financiamiento, en especial para las pymes. Si no lo hay, concluyó, “vamos a tener muchísimos problemas”.
De hecho, en su último informe, este fin de semana, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) difundió un relevamiento entre 1.100 empresas: en abril, los 12 sectores relevados tuvieron caídas en el nivel de actividad (incluido Alimentos y Bebidas) y en 7 de los 12 las caídas superaron el 75%, comparados con abril de 2019, en que a su vez el nivel de actividad había caído 13,8% respecto de 2018.
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