El canje de la deuda que cierra esta semana lograría una aceptación del 20 al 30 por ciento de los bonistas, muy lejos de las mayorías que se necesitan para que el Gobierno evite un nuevo default, según banqueros, ex negociadores y analistas.
A cinco días del final del plazo que se fijó el Ministerio de Economía para sellar el canje de la deuda, no se encuentran voces que anticipen un resultado exitoso. Más aun, algunos creen que ni siquiera se llegaría al 20 por ciento de “techo”.
Por lo tanto, algunos creen que la oferta se extenderá, al menos, hasta el plazo del 22 de mayo, cuando el Gobierno debe hacer frente al pago de tres bonos si no quiere caer en una cesación de pagos.
En principio, en las próximas horas los tres comités de acreedores que se formaron en Nueva York harán sentir nuevamente su vos para manifestar su rechazo a la oferta. A la vez, luego de una conversación entre ellos, bajaron sus pretensiones y aceptarían una propuesta que se ubique en torno de los 55 dólares.
Consultados por Infobae, los expertos creen que, si no hay un viraje de último, la aceptación sería muy baja, en un contexto en el que las partes técnicamente no están muy lejos entre sí.
El ejecutivo de un fondo de inversión indicó desde Nueva York que “los únicos que van a ganar mucho dinero si se mantiene la intransigencia son los abogados” y advirtió que “si el país se queda con un porcentaje de holdouts superior al 60 o 70 por ciento, va a ser muy duro que pueda conseguir financiamiento de cualquier tipo, o inclusive una renegociación del Fondo Monetario Internacional”. Para este inversor, “el FMI ya se dio cuenta que el canje no va a ser exitoso y no puede apoyarlo”, luego de las palabras amistosas de su directora gerente, Kristalina Georgieva.
En tanto, el ejecutivo de un banco internacional dijo que el porcentaje será muy bajo. “Participarán pocos, los inversores institucionales locales”, afirmó.
“Resulta increíble que el Gobierno vaya al default por un porcentaje de deuda del 27 por ciento del total de lo que debe el país y en un contexto en el que los inversores, de arranque, aceptan una quita del 50 por ciento”, indicó.
“¿Veinte por ciento?. No, mucho más bajo”, indicó, más pesimista, una fuente de otro banco internacional.
Un trader sostuvo desde Manhattan que “los grandes fondos no entran y los minoristas aceptarán y no invertirán más en la Argentina. De hecho, hay clientes de los grandes fondos que quieren que pongan en los estatutos que no pueden comprar bonos argentinos en el futuro”.
Cuatro ex negociadores repitieron un porcentaje similar, cercano al 20 por ciento.
“Si pasara el 20 por ciento sería un muy buen resultado para el Gobierno. Pero la sensación es que esta situación va a directo a un choque contra la pared”, advirtió uno de ellos.
Sobre la participación de los minoristas, que podrían estar tentados a participar para no quedarse sin los mejores bonos del canje, sostuvo que “cada vez es menor la cantidad de inversores minoristas que quieren participar”.
“El enojo con con Guzmán es tremendo. No quieren hablar más con él, quieren negociar con un nuevo ministro”, aclaró otro.
Para este ex funcionario, el único incentivo que colocó el Gobierno “es el miedo y no una oferta de valor, ya que no si no participan el Gobierno va al default y, además, utilizará la participación de los otros para colocarte un bono al 2047 que no tiene la cláusula que permite una oferta mejor, la Rufo”.
“Ojalá arreglen porque la situación se va a poner más fea”, advirtió.
Uno de sus colegas consideró que la aceptación “no superará el 15 por ciento, que serían minoristas, sin contar tenencias públicas que pueden tener bonos cortos”.
“Me preocupa cómo el ministro aplica la teoría en ciertos temas sin ninguna experiencia. Insiste en fortalecer el mercado de pesos cuando lo manipulan todo el tiempo”, expresó.
Además, consideró que “el FMI le dio margen para negociar una propuesta; no dice la verdad cuando afirma que no tiene margen para cambiarla”.
El ex secretario de Finanzas, Miguel Kiguel dijo que es difícil anticipar un número, pero anticipó que la aceptación será muy baja, “especialmente de los inversores institucionales en el exterior”.
“Puede haber algo de banca privada y algunas empresas argentinas, pero será menor al 30 por ciento”, afirmó.
“La oferta es muy mala y se espera que el Gobierno la mejore”, aclaró.
En tanto, Guillermo Mondino, director y socio fundador del fondo de inversión Mogador Capital, dijo desde Nueva York que “tal como está hoy, el canje tendrá una bajísima aceptación del mundo de los inversores institucionales”.
“Quizás los inversores minoristas tengan menos opciones y se sientan menos capacitados para esperar una resolución alternativa o, incluso, litigar como quizás hagan los institucionales”, admitió.
Por lo tanto, la clave es saber cuánto tienen los inversores minoristas, pero, según Mondino, “cuesta imaginar que en el agregado se pueda llegar a una alta participación”.
“Es triste esto porque si ese fuera el resultado, el recorte implícito en la deuda le caerá sobre los hombros de los argentinos que son inversores minoristas, no en los grandes fondos. La épica de transferir el costo del ajuste afuera no tiene fundamento cuando mirás la participación bajo esa óptica”, expresó.
Acerca del porcentaje, estimó que “habrá una participación del 30 al 40 por ciento, pero veo muy difícil que nos acerquemos al 50 por ciento con estos términos”.
“Hay que ver cómo juegan las cláusulas de acción colectiva, ya que podría ocurrir que haya algún bono individual que logre una participación un poco más alta como para que gatille la CAC”, aclaró.
Sobre los escenarios que se abren, Mondino explicó que “si la opción es default, el horizonte es menos auspicioso. Pero si la participación es muy baja, podrían perfectamente leer otro mensaje y optar por pagar este cupón y comprar algo más de tiempo”.
También “podrían no pagar el cupón, pero enviar un mensaje claro de que comienza otra etapa, de más negociación, para tratar de desincentivar los juicios y la reacción típicamente negativa asociada a un default en términos de confrontación”.
La otra opción es “pedir un acuerdo de extensión de plazos, un standstill, con una oferta temporaria sensata, tal vez pagando a cuenta una tasa de interés equivalente a la de un título del Tesoro”. Mientas tanto, se utilizará “el tiempo del standstill para poder evaluar cómo evoluciona la epidemia y la macroeconomía, presentar un programa económico razonable y una oferta de reestructuración consensuada”.
Federico Furiase de Eco Go sostuvo que “hay riesgo de bloqueo en los bonos del canje; el Gobierno probablemente estire la negociación una semana más y después otra semana más hasta el 22 de mayo, cuando expira el periodo de gracia de los globales”.
“La propuesta tal cómo está se queda corta en valor presente neto, dado que vale en torno a 34 dólares frente a un target de 45 para los acreedores, asumiendo una exit yield de 12 por ciento”, explicó.
Además, aclaró, “hay un problema de liquidez, dado que los fondos de real money no ven nada de cash en tres años y no se les capitaliza el cupón durante el periodo de gracia”.
“El Gobierno tiene margen para acercar las puntas con los acreedores pagando el cupón corrido y capitalizando los intereses durante el periodo de gracia y hasta mejorando en el margen el cupón de partida sin comprometer la sostenibilidad de la deuda”, opinó.
Furiase consideró que algún cambio de último momento puede haber en la oferta, “pero no en la magnitud de lo que esperan los acreedores”.
“Mejora en los cupones lo veo difícil; cupón corrido y capitalización de los intereses a una tasa baja durante el periodo de gracia puede estar. También puede incluir un vehículo financiero que mejore la oferta si la economía mejora siempre y cuando el mercado le dé un valor, no como paso con el cupón ligado al PBI del 2005”, detalló.
En cualquier caso, indicó que la aceptación “representará un número que esté muy por debajo del umbral de las CAC, sobre todo para los bonos del canje 2005 y 2010”.
Al respecto, un abogado experto en cuestiones de deuda opinó que “la aceptacion hasta el 8 va a ser baja porque todos descuentan que alguna mejora va a haber”.
“Sin modificar en forma sustancial la oferta, pueden reconocer intereses corridos y pagarlos con una Letra a un año. Me parece que, con una mejora, lo pueden cerrar: los inversores tienen que saber que es posible que el peronismo se quede bastante tiempo en el poder y que no cobren sentencias favorables por más tiempo que en el default anterior”, afirmó.
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