Se iniciaron las obras de construcción de propiedades en las 9 provincias que habilitó el Gobierno Nacional, que abarca desde las pequeñas mejoras en viviendas hasta los desarrollos inmobiliarios. Una labor que emplea a más de 200.000 trabajadores. Pertenecen a una parte del segmento que retomó las acciones en Neuquén, Salta, San Juan, Santa Cruz, Mendoza, Misiones, Entre Ríos, La Pampa y Jujuy. La labor empezó en las edificaciones menores, en las cuales trabajan entre 4 y 15 operarios.
Ricardo Griot, secretario y presidente de la Comisión de Desarrolladores de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC), dijo a Infobae: “se trata de un arranque paulatino, con muchos protocolos estrictos por cumplir frente a la amenaza de pandemia de la COVID-19, en sintonía con la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (Uocra), pero debemos ser sinceros, hay que abrir opciones para todo tipo de proyectos, porque con pocos trabajadores es inviable llevar adelante un inmueble de gran dimensión”.
Tanto desde la CAC, como desde la Asociación de Empresarios de la Vivienda (AEV) y la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU), coinciden, en que las obras privadas agrupan entre 75% y 85% del total de la fuerza laboral del segmento.
Se trata de un arranque paulatino, con muchos protocolos estrictos por cumplir frente a la amenaza de pandemia de la COVID-19 (Ricardo Griot, secretario y presidente de la Comisión de Desarrolladores de la Cámara Argentina de la Construcción)
“Seguimos haciendo gestiones para que se permita trabajar en algunos puntos urbanos como las ciudades de Córdoba, Rosario, Santa Fe y Corrientes. La vuelta es necesaria, no sólo por lo económico, sino también porque estamos en condiciones de controlar y auditar, para que todo se lleve adelante correctamente con las condiciones de bioseguridad. Una opción que analizamos y podemos proponer, es que la gente concurra en sus medios propios de movilidad, como bicicletas o motos, que en el interior son muy utilizadas, para no congestionar los servicios públicos. Como también, que las empresas constructoras, puedan hacerse cargo del traslado de su personal”, amplió Griot.
Los empresarios del rubro manifiestan preocupación por la extensión de la cuarentena, por los costos muy negativos. “Esperemos que se esté contemplando poner en marcha mayor flexibilidad porque en contrario el sector necesitará más ayuda del Estado”, dijo Gustavo Llambías, vicepresidente de la AEV.
En principio, están muy avanzados los protocolos de trabajo entre las empresas constructoras y los desarrolladores. Además de lo acordado entre la CAC, con la UOCRA, se avanza en un convenio por parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, para que se pueda levantaer la cuarentena en los municipios y se agilice el reinicio de las obras. “Los desarrolladores deberemos cumplirlos. No creo que sea un problema técnico, generará algo de sobrecosto, pero es el precio que habría que pagar para trabajar, y sin dudas será un valor más bajo que mantenerlas frenadas”, comentó Llambías.
Propuestas y reinicio de trabajos
Los especialistas precisaron que el segmento venía con varios inconvenientes, y obras de viviendas públicas detenidas. En un escenario que era recesivo, la pandemia agravó las condiciones. “Hay miles de puestos laborales en juego y los empresarios no pueden seguir pagando sueldos y gastos, si no generan ingresos, porque un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) se los ordena. Muchos trabajadores no quieren trabajar por miedo al contagio, especialmente en obras ubicadas en espacios cerrados o áreas urbanas. Hay jurisdicciones que, contrario a los que determina el DNU del Ejecutivo Nacional, no habilitaron la actividad. Hay municipios que no permiten la libre circulación. Existe falta de insumos porque las actividades relacionadas con la construcción no han sido categorizadas como esenciales (cemento, hierro, corralones, entre otras)”, dijo Iván Kerr, ex Secretario de Vivienda de la Nación entre 2015 y 2019.
Existe falta de insumos porque las actividades relacionadas con la construcción no han sido categorizadas como esenciales (cemento, hierro, corralones, entre otras (Iván Kerr, ex Secretario de Vivienda de la Nación)
Ante este cuadro, Kerr dijo a Infobae: “creo que la sustentabilidad pasa a ser un eje central en el futuro de la construcción de viviendas. En estos días, en donde la sociedad de consumo vive su peor crisis y todos nos preguntamos si está bien lo que consumimos, vimos que producto de ello los animales salen de su aislamiento y el aire está menos contaminado; tenemos la obligación de mitigar el cambio climático y elevar los estándares constructivos hacia una mayor aislación térmica que cumpla con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que la Argentina ha suscripto, y, podamos llegar a emisión cero”.
Por su lado, en Uruguay, las obras se reanudaron a pleno desde el lunes 20 de abril, con el regreso de más de 100.000 obreros de la construcción cumpliendo un reglamento estricto para cuidar a la gente.
Federico Gagliardo, presidente de la desarrolladora Vitrium Capital, comentó: “si en Uruguay comenzaron con las obras, hay que hacerlo en la Argentina, con medidas de bioseguridad. Estamos desarrollando Pueblo Caamaño, un proyecto en 4 etapas, de 65.000 m2, de los cuales tenemos terminados 37.000, y en este momento las obras están detenidas”.
Fuentes del sector, dijeron, que no sólo es vital que se retome la actividad privada, también la obra pública. Por ejemplo, aconsejan que se reanuden trabajos viales, donde se puede mantener el aislamiento y con un número de operarios controlables.
Ezequiel Acuña, gerente de construcción de GNV Group, dijo: “en general y dependiendo de la escala, para levantar un edificio se requiere bastante personal. Según el inmueble, pueden agruparse en un mismo predio hasta 17 rubros. Desde ahora, será vital, establecer protocolos claros para el manejo de los operarios y sus interacciones dentro y fuera de la obra. Se requerirá más espacio en obradores, vestuarios, comedor, y, ganará un rol preponderante el personal de seguridad e higiene, con tareas de control de los reglamentos adicionales a los ya existentes”.
Desde ahora, será vital, establecer protocolos claros para el manejo de los operarios y sus interacciones dentro y fuera de la obra. Se requerirá más espacio en obradores, vestuarios, comedor, y, ganará un rol preponderante el personal de seguridad e higiene (Ezequiel Acuña, gerente de construcción de GNV Group)
Flavio Galli, CEO del Grupo Tueroc, expresó: “adherimos a evitar despidos porque en nuestra industria resulta muy difícil formar equipos y capacitarlos, entonces necesitamos con urgencia un paquete laboral flexible para poder asegurar los puestos de trabajo. Asegurar la liquidez y el capital operativo, es clave, para poder cumplir con el pago a los trabajadores y proveedores”.
“Si se impulsaran los incentivos tributarios o la desgravación de actividades, ayudaría a una rápida reactivación. Valoramos el esfuerzo que está haciendo el Estado, pero no debe desplazar la urgente tarea de lanzar medidas, que además nos beneficiarán para la transición posterior a la COVID-19”, amplió Galli.
Perspectivas de costos de un metro cuadrado
Según los entrevistados por Infobae no es fácil determinar con precisión el valor del metro cuadrado para construir en el nuevo escenario. “Un edificio de vivienda media y estándar, tiene un costo de construcción de no menos de $90.000 por m2 (más impuestos), incluyendo mano de obra, materiales y gastos generales. Pero no incluye los honorarios de los profesionales, como arquitectos, ingenieros, asesores de instalaciones, ni el valor de los trámites, derechos de construcción, entre otros. Tampoco contiene el valor de la tierra que puede ir de USD 500 a USD 1.500 por m2, según la ubicación. Los impuestos representan el 45% del costo total”, detalló Gagliardo.
Ezequiel Acuña agregó, “después de la pandemia seguramente habrá renegociaciones de los contratos y reajustes. Para tener una idea general de precios tendríamos que pensar, para la obra premium, un costo directo antes de impuestos de alrededor de $90.000 a $100.000 por m2; y para la estándar alrededor de $60.000 por metro cuadrado”.
“El desarrollo inmobiliario tiene mucho para aportar y habrá oportunidades para los inversores. Creemos que el negocio seguirá siendo una alternativa de colocación de excedente de pesos para construir propiedades que el mercado valora en dólares. Es esperable la reducción en el costo de construcción y probablemente surja alguna oferta de tierras para nuevos proyectos”, dijo Gustavo Llambías.
Seguí leyendo: