Amén de los embates de más de 300 buques extranjeros que pescan habitualmente en la “milla 201” del Mar Argentino e incursionan a menudo en la “Zona Económica Exclusiva” para la pesca local, la industria pesquera argentina atraviesa una fuerte crisis, que empezó a profundizarse con la caída de los mercados externos, donde el impacto de la pandemia de coronavirus se sintió antes, y se acentuó aún más con las sucesivas cuarentenas dispuestas por el gobierno.
Si bien la actividad está entre las exceptuadas del “aislamiento social, preventivo y obligatorio” iniciado el 20 de marzo, “el ritmo de trabajo es muy lento y con gran incertidumbre respecto a la evolución de los mercados tanto nacional como internacional”, dice un informe de la Cámara de Frigoríficos Exportadores de la Pesca (Cafrexport), que precisa que “la actividad en términos generales sigue reducida en un 60% a 70%”.
“En este momento se está dando la pesca de calamar, eso hace que mejore un poco el panorama, porque la merluza no se está vendiendo. Es un trabajo distinto, pero ayuda, igual que el langostino”, dijo a Infobae el presidente de Cafrexport, Fernando Mellino, dueño de “27 de Noviembre”, una de las 20 empresas de mediano porte que integra la Cámara, cuyos asociados tienen unos 3.000 empleados directos.
Para los pequeños frigoríficos pesqueros, un golpe adicional fue que a partir de marzo se cerró el mercado brasileño. “En estas semanas la demanda de ese mercado es nula”, dice el informe que ve “con alta preocupación las decisiones tomadas por el gobierno argentino respecto al Mercosur”. Para el sector, dice, “representaría un problema adicional perder la fuerza de un bloque regional y que estas decisiones perjudiquen la apertura comercial”. Brasil, precisa Mellino, representa 80% de las exportaciones de filet de merluza procesado en las plantas marplatenses.
Para los frigoríficos pesqueros un golpe adicional fue el cierre del mercado brasileño. Por eso el sector ve con preocupación las decisiones del gobierno respecto del Mercosur. Brasil absorbe 80% de las exportaciones de filet de merluza procesada en Mar del Plata
Las pocas exportaciones que pudieron concretarse en el primer trimestre fueron a mercados del este europeo, “pero de productos específicos, a precios muy bajos y con plazos de pagos desfasados”. Otro factor que hizo caer la demanda externa fue el desplome del petróleo, por el impacto en algunos países africanos (como Nigeria y Angola) que suelen canjear petróleo por pescado (especialmente, corvina) con traders que compran en la Argentina.
El mercado interno, en tanto, sigue deprimido por los problemas de logística y transporte y el cierre de restaurantes y hoteles, que canalizan entre 25 y 30% de la demanda interna y bastante más en productos como las rabas y tubos de calamar.
Además, en semana santa, período clave para el sector, se dio que algunas provincias demoraban o directamente impedían el paso de camiones, lo que hizo que muchas empresas optaran por vender producto congelado en vez de fresco, lo que achicó las ventas y aumentó los costos, sobre todo de transporte.
Exportaciones, precios y cantidades
Otro informe, de “Intercámaras de la Industria Pesquera Argentina”, suerte de Mesa de Enlace que reúne a los subgrupos de la pesca local, denuncia el colapso del mercado exportador, que se verificó ya en el primer bimestre del año y se acentuó en marzo.
En langostino (el principal producto de exportación pesquera argentina) las ventas a China cayeron 38 %, a España 28% y a Tailandia 24%, en tanto las de calamar cayeron 42% a China, 8 % a España y 41% a Japón. El precio de la merluza negra (un producto top) cayó 20% en EEUU y las ventas de la merluza hubbsi al mismo destino cayeron 19%.
El informe abunda en datos de volumen y precio, que resume en datos contundentes sobre la dinámica de la crisis: durante marzo y la primera mitad de abril el volumen (toneladas) de ventas al mercado interno cayó 52% y 43% al exterior.
Durante marzo y la primera mitad de abril el volumen de ventas al mercado interno cayó 52% y al exterior 43%
En un supuesto optimista, en el que las ventas externas cayeran sólo 30% en el año, el sector, que en 2018 había llegado a exportar USD 2.150 millones, las exportaciones 2020 serían de 1.300 millones, el mismo nivel que habían alcanzado en 2010. La pandemia consumaría así una suerte de “década perdida” de las exportaciones pesqueras argentinas.
El informe de Intercámaras (que el domingo pasado envió una nota al presidente Alberto Fernández a raíz de la masiva incursión de pesqueros chinos, en particular chinos, en el Mar Argentino) concluye pidiendo, entre otras cosas, rapidez en la implementación del “programa de emergencia” oficial, que el Estado ayude a lograr una “negociación equitativa” y “acorde con la situación actual” con los gremios pesqueros, la suspensión temporal del impuesto al cheque, postergar por tres meses el pago de derechos de exportación y que Nación y Provincias ayuden a disminuir los costos de operación portuarios y a implementar las medidas sanitarias adicionales derivadas de la pandemia.
En tanto, las pymes procesadoras marplatenses, ven bien las medidas de ayuda anunciadas por el gobierno, y además de rapidez, piden flexibilidad. “A las empresas ya calificadas los bancos le dan, pero si ya tenés crédito tomado o nómina salarial en otro banco”, no te dan, piden demasiados datos, los créditos no funcionan”, dice Mellino, el presidente de Cafrexport.
Otro pedido, bien puntual, es que el gobierno aclare el punto 8 del DNU 297 (el que inició la cuarentena), sobre cómo calcular el pago a personal con licencia sanitaria en una actividad que paga por productividad. “Tengo 35% del personal en su casa, mi nivel de producción, las exportaciones y el mercado interno están en baja y la cadena de cheques del sector gastronómico está quebrada; pedimos ayuda para pagarle a esa gente”, concluye Mellino.
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