¿Qué mercados emergentes están en mayor peligro financiero? pregunta la influyente revista The Economist en su flamante edición online. Y en un ranking de 66 países ubica a la Argentina como el décimo de mayor riesgo, sólo superado en nivel de riesgo por Venezuela (al fondo de la tabla), Líbano (que ya entró en default por el no pago de un Eurobono), Bahrein, Angola, Sierra Leona, Túnez, Mongolia y Omán.
Inmediatamente después del “riesgo argentino” aparecen Jamaica, El Salvador, Ecuador, Ucrania y Gabón.
De los paises sudamericanos, además de Perú, que aparece en el cuarto lugar del ranking de mercados seguros, los países considerados de menor riesgo son Paraguay y Bolivia, que aventajan por varios cuerpos al lote siguiente, integrado por México, Colombia, Brasil, Chile y, un poco más atrás, Uruguay.
La publicación británica no asigna números; se maneja con colores, desde una paleta de azules y rojos, que va de un celeste claro para los mercados emergentes más seguros (Botswana, Taiwán, Corea del Sur, Perú y Rusia) a un rojo intenso para los más riesgosos.
Cuatro variables
Además, considera cuatro variables: deuda pública total, deuda en moneda extranjera (ambas en relación a lo que estima será el PBI 2020), el costo de financiamiento y la cobertura de reservas. Curiosamente, para el caso argentino, el nivel de deuda pública total (en pesos y en dólares) le alarma más que la deuda en moneda extranjera, y la señal negativa que más destaca es el costo financiero, esto es, el llamado riesgo-país.
El artículo precisa que los 66 mercados listados deben en conjunto 17 billones (millones de millones) de dólares, que la mitad de ellos ya fueron evaluados a la baja en lo que va del año por parte de la calificadora de riesgo Fitch, incluida la Argentina, de la que además destaca que incumplió un primer término de pago de USD 500 millones y que “si no logra persuadir a los acreedores de canjear sus bonos por otros menos generosos, el 22 de mayo entrará en el noveno default de su historia”.
El artículo también puntualiza el caso de Ecuador, que pospuso por cuatro meses un vencimiento de USD 800 millones, y el Líbano, que en marzo defolteó un eurobono por USD 1.200 millones, y Venezuela, que “debe barriles de cash y petróleo" a sus acreedores, banqueros y benefactores geopolíticos, como China y Rusia”. A ese grupo, dice, pronto podría agregarse Zambia.
Efecto coronavirus
Con la pandemia de coronavirus en pleno proceso de destrucción, la pregunta en los círculos económicos y financieros es quién será el próximo, dice The Economist, y precisa que más de 100 países ya pidieron ayuda al FMI, que aprobó 40 créditos de rápido desembolso para “desastres naturales”.
Cuando el virus impactó en los mercados financieros, explica el artículo, una crisis en los mercados emergentes se volvió de inmediato una posibilidad cierta. Desde enero, esos mercados sufrieron el retiro de USD 100.000 millones, el triple de lo que perdieron en un lapso de tiempo similar en la crisis de 2008.
La Reserva Federal concedió canjes de moneda a 14 bancos centrales (incluidos Brasil, México y Corea del Sur) para disminuir la escasez de dólares y las fugas, lo que en las últimas semanas achicó el pánico y obturó la salida de fondos, por lo cual –dice la revista británica- es momento para empezar a discriminar entre países.
De ahí su ranking de fortalezas (o debilidades) en el que países como Rusia, Perú y Filipinas parecen “relativamente robustos” en tanto 30 aparecen “in distress” (traducible como “bajo presión” o “angustiados”), grupo en el que, en el tercio más riesgoso, está la Argentina.
Según la revista, la pandemia afecta a las economías emergentes de tres modos: confina a sus poblaciones, hace caer sus exportaciones y ahuyenta la inversión extranjera. “Incluso si desaparece en la segunda mitad del año, señala, el PBI de los países emergentes, en paridad de poder adquisitivo, será 6,6% menor a lo que el FMI predecía hace apenas 6 meses.
La pandemia afecta a las economías emergentes de tres modos; confina sus poblaciones, hace caer sus exportaciones y ahuyenta la inversión exranjera
El daño a las exportaciones será agudo, al punto que los países petroleros tendrán un déficit externo de 3% del PBI, después de haber gozado de 5,6% de superávit en 2019. Esas brechas no serán fáciles de cubrir, debido a la fuga de capitales y al aumento de los costos crediticios.
Para capear la situación las economías emergentes necesitan al menos USD 2,5 billones de dólares, dice The Economist que calculó el FMI. Esto es, dos veces y media la capacidad de crédito total del propio Fondo.
Para achicar la cuenta, una primera medida es que dejen de pagar cuentas en divisas, proceso que se inició con el perdón del G-20 a 77 países pobres, en tanto el G-7 también pidió a los acreedores privados que concedan diferimientos, propuesta que –dice The Economist- fue recogida por 70 acreedores que, sin embargo, notaron la “complejidad” de la cuestión y las “limitaciones” para responder positivamente.
El artículo aconseja aprovechar la “relativa calma” de las últimas jornadas para diferenciar problemas. Algunos países, dice, tienen déficits fiscales o externos importantes, otros, demasiada deuda. En algunos casos el eslabón más débil es el gobierno, en otros, el sector privado. Y en algunos pesa más la deuda doméstica mientras en otros la externa o en moneda extranjera.
De ahí el ranking y sus cuatro variables, incluidos el costo del crédito, medido por el riesgo-país y el riesgo de impago externo, que surge de sumar al déficit externo los vencimientos en moneda extranjera del año y comparar esa cifra con las reservas internacionales.
Emergentes diferentes
Países como Corea del Sur y Taiwán, dice The Economista, están “sobrecalificados” para ser considerados emergentes y algo similar sucede con economías grandes como China y Rusia. De hecho, la mayoría de las 39 economías peor rankeadas son pequeñas, al punto que explican sólo el 11% del PBI conjunto de las 66 del listado.
Otras diferencias son que algunos países (como Angola, Bahrein e Irak) tienen deudas que superan el 100% del PBI, pero en la mayoría de las 30 coleros la deuda es inferior al 60% del PBI. En tanto, 16 países (entre ellos, por cierto, la Argentina) tienen niveles de riesgo-país por arriba del 10% (mil puntos básicos) mientras que en otros 20 el riesgo-país es inferior a los 400 puntos.
En 2020, los 66 países del listado deben cubrir 4 billones (millones de millones) de dólares servicios de deuda y déficit en cuenta corriente, incluyendo 1,1 billones corresponden a China y tienen 8 biillones de reservas internacionales (de las que 3 billones son de China). La mitad del listado tiene suficiente para cubrir todos los compromisos, mientras que a 27 de los últimos 30 del listado (incluida la Argentina) le estarían faltando unos USD 500.000 millones. El de peor situación es Turquía, que gastó sus reservas para sostener su moneda, la lira turca.
Cálculos de ese tipo, reconoce The Economist, no tienen en cuenta el riesgo de fuga de capitales de los propios ciudadanos de un país. A su vez, asumen que los países no atraerán inversión extranjera, algo que tal vez sea demasiado pesimista. De hecho, precisa el artículo, 11 economías emergentes colocaron USD 44.000 millones en bonos y hasta Panamá, hiperendeudado y corto de reservas, emitió bonos a un costo inferior a los 400 puntos básicos.
Seguí leyendo: