Aunque el Centro de Industriales Aceiteros de la República Argentina (Ciara) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) informaron que en abril exportaron por USD 1.524 millones, un 43% más que en marzo, arrimando así un total de USD 5.018 millones en divisas en los primeros cuatro meses del año, el sector sojero atraviesa un momento de espera y no tan armónico.
Sucede que la baja del precio de exportación de la harina y el aceite de soja presionaron la capacidad de pago de la industria, favoreciendo así la exportación del poroto sin procesar. El volumen de soja en manos de exportadores e industriales es el más alto en los últimos 8 años, dice un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Desde principios de año, los precios favorecían el procesamiento (para producir harina o aceite, las dos principales formas de exportación) antes que la exportación del poroto, pero el margen se achicó mucho en abril y se volvió incluso negativo en la segunda mitad del mes, debido al ingreso de la nueva cosecha.
Así, en el último mes los precios de la harina para exportar cayeron 17%, hasta situarse por debajo del valor del poroto, que cayó 3,6%, mientras el precio del aceite caída 5,7%. Las bajas fueron aún más pronunciadas en el up-river (el área portuaria situada al norte de Rosario): 27% para el aceite y 10% para el poroto.
El informe de la Bolsa de Rosario se basa en datos del Ministerio de Agricultura, que informa semanalmente las compras de los sectores exportadores e industrial. Al 22 de abril, entre ambos llevan compradas más de 20 millones de toneladas de soja (el mayor volumen comprado en 8 años para esa fecha). El volumen se compra para procesarse y fabricar harina y aceite, o bien para exportar como grano y entre poroto y subproductos, Las Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE) precisan que sólo al mercado externo ya se vendieron más de 15,6 millones de toneladas (esto es, casi el 80% del total), sin contar las ventas al mercado interno, señalan desde la entidad rosarina, para explicar que no se trata de retención de mercadería, sino de la operatoria normal del mercado.
Río seco
Los embarques desde el Gran Rosario, principal boca de salida de la exportación argentina, se ven además complicados por la bajante del Rio Paraná, que atenta contra la competitividad de las exportaciones y encarece los costos de flete por la menor capacidad de carga de los buques. Se trata de la bajante más severa de los últimos 50 años y ya le rebanó USD 244 millones al complejo exportador, según calculó la bolsa rosarina.
La bajante del Paraná atenta contra la competitividad al encarecer los costos de flete, por la menor capacidad de carga de los buques y ya le rebanó USD 244 millones al complejo exportador
El producto más castigado fue la harina de soja, de la que en abril se embarcaron unas 2,2 millones de toneladas, 18 % menos que abril de 2019. Las exportaciones de poroto de soja también estuvieron algo por debajo del 2019, pero su retroceso fue menor, de 11%, y los de aceite se incrementaron 12%, aunque en todos los casos los volúmenes fueron inferiores a las exportaciones de igual período de 2018.
Abril es el mes de largada de la campaña comercial de soja, pero este año se inicia con industriales y exportadores que ya tienen en mano un volumen superior al que tuvieron, a la misma altura, en los últimos ocho años. Eso se debe a que esperan que los precios internacionales recuperen algo de lo que cedieron a raíz de la pandemia de coronavirus y su efecto depresivo sobre los commodities y la economía mundial
Los precios para embarque en mayo siguen registrando signo negativo, mientras productores y exportadores hacen sus cálculos de liquidez y compromisos para decidir qué volúmenes comercializan a la espera de que se dé vuelta la taba.
Seguí leyendo: