Los vacilantes precios de los títulos de la deuda argentina contrastan con la suba del dólar y de la Bolsa. Los bonos se han convertido en una apuesta y tienen precio de default. Si fuera una partida de póquer, se podría definirla como un juego al que se entra con pocas fichas. El riesgo es bajo comparado con la probable ganancia, si se llega a un acuerdo con los acreedores. Las paridades están entre 24 y 28%. Es un default no declarado oficialmente.
Es la zanahoria para jugarse con los bonos locales después de que el Gobierno le quitara cualquier atractivo a los fondos en dólares de los bancos. De esta manera, construyó un camino estrecho hacia los dólares alternativos y al marginal, que ya están cerca de los $ 120.
Si las partes acercaran sus posiciones, la ganancia en dólares sería superlativa. Y aquí sí que la Argentina depende de cómo le vaya al mundo porque, si cae más la renta de los bonos de Estados Unidos y Alemania, la propuesta local se verá más atractiva, aunque después de las últimas intervenciones del Gobierno en el mercado, la desconfianza aumenta.
El año pasado, prometer ganancias de alrededor del 3% anual era desechable. Hoy, en un mundo donde la renta se acerca a cero o directamente es negativa, suena a cifra respetable.
Por caso, el Bono del Tesoro de Estados Unidos a 10 años, a fines de 2018 rendía 3,20% y ahora, 0,61%. Es el refugio que eligieron los inversores en esta época de pandemia.
Por eso, es clave lo que la Reserva Federal puede anunciar hoy. No se puede esperar una baja de las tasas norteamericanas, porque ya están cercanas a cero, pero sí anuncios sobre cómo inyectará más dinero al mercado. Por lo pronto, el Banco Central norteamericano mantendrá su política de comprar bonos del Tesoro de Estados Unidos y títulos respaldados por hipotecas. Una manera de dotar de liquidez a los bancos y al Gobierno. Al Tesoro, a través de la compra de bonos le ha dado USD 1,4 billones. También se ha convertido en prestamista de empresas y particulares. El tema es ganar tiempo hasta que pase la tormenta y comience la recuperación de la economía.
Este lapso, es el que ofrece el mejor escenario para la deuda argentina porque el mundo no volverá a ver por largo tiempo tasas tan bajas como las actuales, ni países tan comprometidos financieramente. La Argentina era la oveja negra del rebaño. Ahora, las proyecciones indican que puede aumentar el número de ovejas negras y eso puede facilitar la actitud negociadora de ambas partes.
Por caso, Paraguay, que renovaba su deuda a 4% anual cuando las tasas eran más elevadas, ahora con tasas cerca de cero emitió bonos al 5% debido a que aumentó su riesgo país. Y su aumento no fue el más grande. Brasil, por ejemplo, se acerca a los 500 puntos. Esto quiere decir que refinanciarse le va a salir más caro que a Paraguay y su tasa podría rondar el 6%.
Las medidas que anunciará la FED hicieron que los futuros de Wall Street en la madrugada del miércoles operaran con alzas por encima del 1%. Las Bolsas de Europa también cotizaban en territorio positivo, porque esperan las medidas de estímulo del Banco Central Europeo.
El andar parece más firme, porque se está notando una baja de la curva de infectados en los países centrales. Ya no se ve a la pandemia como un mal eterno. Incluso el petróleo en esta madrugada subía en Estados Unidos de manera sorprendente. El WTI recuperaba casi 16% de su valor y el crudo operaba a USD 14,21 por barril. En Europa, donde el Brent fue menos afectado, se registraba una suba de 4%, a USD 24. La soja, en cambio, no traía buenas noticias para la Argentina porque subía 0,21%. A los actuales precios y con el notable atraso cambiario, no es negocio la exportación.
La Argentina puede tener un día positivo con un dólar que va a encaramarse más y con bonos de la deuda en dólares que tendrán compradores de ocasión.
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