Los indicadores de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires registran una fuerte alza este martes, con impulso de un mayor apetito al riesgo global, aunque prevalecía la cautela por parte de los inversores respecto de las negociaciones de reestructuración de deuda soberana que tramita el Gobierno.
Las acciones mundiales tocaban máximos de casi seis semanas, dados los planes de aliviar el aislamiento por la pandemia de coronavirus en algunas de las mayores economías.
Después de la destacada recuperación de los precios de bonos soberanos el lunes, los ADR de bancos argentinos que se negocian en las bolsas de Nueva York saltan un 15% en promedio en dólares, con alza destacada para Grupo Galicia, con 17 por ciento.
El ADR de YPF trepaba 16,4%, a pesar de una nueva caída de 5% en la cotización del petróleo, debajo de los 13 dólares en los EEUU.
El índice S&P Merval de la Bolsa de Buenos Aires crecía un 9,2%, a 32.756 unidades, liderado por la tendencia positiva de acciones del segmento financiero.
El referencial líder, que subió un 2,5% en la sesión previa, acumula una mejora en pesos cercana al 32% en lo que va de abril, frente a un derrumbe del 30% anotado en marzo pasado.
“Por más que resulte engañosa ante la disparada del dólar por sobre los $100, la señal que debemos captar es otra, que la Bolsa en pesos está inquieta y quiere subir como sea, cosa que pronto se va a reflejar en dólares que todavía sigue aplastada al piso, pero que de ninguna manera está vencida”, confió Jorge Fedio, analista técnico de Clave Bursátil.
Las cotizaciones de los bonos soberanos en dólares cedían en promedio un 0,5% en el exterior, tras la importante alza de 4% el lunes, producto “de un renovado optimismo después del rumor acerca que se conocería una nueva propuesta en relación a la reestructuración de deuda”, definieron desde Research for Traders.
El riesgo país medido por JP Morgan, se mantenía para la Argentina por encima de los muy elevados 4.000 puntos básicos. Esto sucede en un contexto en el que el Gobierno negocia un canje de deuda con acreedores internacionales, después de presentada la oferta.
“La atención estará centrada en la contraoferta que harían principales grupos de bonistas, aunque el Gobierno deberá evaluar la misma para ver si mejora su propuesta. Mientras tanto los tiempos se acortan, ya que la fecha límite es el 8 de mayo próximo, más allá que podría extenderse o no”, agregaron desde Research for Traders.
En una evaluación de la propuesta oficial, los analistas de Balanz Capital indicaron que “pareciera que el Gobierno finalmente dejó la puerta abierta a la posibilidad de un acuerdo parcial, incluso si la mayoría requerida por las Cláusulas de Acción Colectiva no fuera alcanzada, lo cual no significa que tomará este camino, pero puede influir en la decisión de los acreedores”.
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