El derrumbe de las ventas es una constante en la gran mayoría de los sectores de la economía argentina como consecuencia del aislamiento social, preventivo y obligatorio que decretó el Gobierno y que en principio tendrá como mínimo tendrá 40 días de vigencia desde que comenzó el 20 de marzo. En ese contexto, el sector de la madera y el mueble aseguró que el 58% de las empresas registró una caída de más del 70% en sus ventas.
Según un relevamiento realizado por la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (Faima), la situación de crisis se agrava ya que el “60% aún no pudo acceder a la línea de crédito al 24%, y el 57% tuvo cheques rechazados en abril”.
“La lentitud de los bancos en otorgar los préstamos, determinó que las empresas se descapitalizaran para enfrentar los compromisos. Ahora la mayoría de las pymes no podrán recurrir nuevamente a fondos propios, lo cual en los próximos meses presentarán una alta fragilidad financiera”, sostuvo Faima en el informe.
Otro de los temas preocupantes, es que el 72% de las empresas de 1 a 19 empleados cree que no podrá abonar los sueldos de abril o pagará como máximo el 50%.
Frente a este panorama el secretario general de Faima, Román Queiroz, destacó: “Probablemente estemos atravesando el peor momento de la industria de la madera y mueble de los últimos 50 años”.
Ahora la mayoría de las pymes no podrán recurrir nuevamente a fondos propios, lo cual en los próximos meses presentarán una alta fragilidad financiera.
El trabajo, que abarcó a alrededor de 330 empresas de todo el país, en su mayoría pymes, refleja la situación "crítica" que atraviesa el sector por la falta de acceso al crédito, los cheques rechazados, la descapitalización y la posibilidad de que no puedan abonar los sueldos de este mes de abril.
El titular de Faima, Pedro Reyna, dijo a Infobae que se está dando un ciclo en el que las empresas pueden comprar madera y fabricar un mueble pero no lo puede entregar. “Ni a un mayorista ni a una constructora que terminó un edificio y debe instalar los muebles de cocina”, detalló.
En ese sentido, sostuvo que “habría que orientar la decisiones del Gobierno para que el sector, que no movilizan multitudes, pueda trabajar con un debido protocolo sanitario”.
Reyna consideró que una posibilidad es que se den turnos para poder hacer entregas y citar a los clientes para ver los muebles en determinados horarios.
Con respecto al pago de salarios, el dirigente destacó que la mayor parte de las empresas no puede pagar la totalidad de los salarios de abril. “Ya se hizo frente a marzo, pero en abril no hay caja para hacerlo y el crédito del sector financiero no lo tenemos. Se está hablando con el sindicato para respetar el salario del que está trabajando y en el caso de los suspendidos hay que hacer una quita”, señaló.
Asimismo, agregó que el sector no quiere perder empleados porque se trata de personal calificado difícil de sustituir. “Si se te va un carpintero o un lustrador no lo recuperas. Cuesta tiempo enseñar y preparar al personal”, señaló.
“Estamos pidiendo cosas razonables. Queremos preservar la salud y la vida de las empresas porque las pymes no tienen espalda. Una empresa que cierra no abre más”, concluyó.
Miembros de la Comisión Directiva de la Cámara de Empresarios Madereros (CEMA) dieron cuenta de la difícil situación económica que atraviesa el sector y afirmaron a Infobae que “los empresarios no tienen el dinero y no pueden pagar salarios sin facturación”.
“Cada día que pasa de indefiniciones en el terreno económico nos acercamos más a la imposibilidad de continuar. Alguno tendrá espalda, el resto quedaremos en el camino. Desearíamos que la rapidez y energía con la que actuaron en el campo de lo sanitario se hubiera aplicado al campo económico”, aseguraron.
En ese sentido, afirmaron que desde CEMA presentron al Gobierno de la Ciudad, junto a la Federación de Comercio e Industria (FECOBA), un protocolo de funcionamiento seguro para los locales de venta de muebles y artículos de decoración. Sin embargo, remarcaron que el sector considera que más allá de estas medidas, “el año está perdido”.
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