El ministro de Economía, Martín Guzmán, empezó este martes con los contactos virtuales con fondos tenedores de bonos argentinos, el roadshow con el que trata de convencer a los bonistas de aceptar la oferta de reestructuración de deuda “agresiva” que ya fue rechazada por los tres principales grupos de bonistas organizados. Las presentaciones, según fuentes allegadas a los acreedores, consistieron en una exposición de los detalles de la propuesta y su “sustentabilidad”. Nada de lo que buscaban los inversores, concentrados en intentar obtener una mejora de la propuesta.
“El Gobierno está teniendo conversaciones con algunos fondos a pedido de los fondos, pero no está habiendo progresos. Está explicando el por qué de su punto de vista pero no está haciendo nuevas propuestas ni modificando sus puntos de vista. Tampoco los fondos que participaron modificaron su mirada, siguen rechazando la propuesta”, dijo una fuente allegada a uno de los grupos de bonistas.
Voceros de Economía confirmaron el inicio de los contactos con acreedores, tal como estaban pactados, pero se negaron a dar detalles respecto a qué firmas participaron en los contactos de hoy o respecto al contenido de las charlas.
En declaraciones a la TV Pública, Guzmán anticipó que en los contactos virtuales con bonistas iban a estar “presentando la propuesta y discutiendo ciertos detalles y la razonabilidad de la propuesta”.
“Esta propuesta es de buena fe en el sentido de que refleja lo que Argentina puede pagar y lo que le conviene a todas las partes es que la Argentina tenga las condiciones de recuperarse”, dijo el ministro.
El Gobierno está teniendo conversaciones con algunos fondos a pedido de los fondos, pero no está habiendo progresos
En la lista de fondos que esperaban para participar del roadshow se cuentan BlackRock, Ashmore y Fintech, entre otros, aunque trascendió que serían una veintena los que participarán a lo largo de la semana.
Según pudo saber Infobae, hoy algunos de los fondos del grupo ad hoc de bonistas que están representados por el estudio White & Case participaron de las charlas. Ese grupo incluye, entre otros, a firmas como AllianceBernstein, Amundi Asset Management, Ashmore Investment Management Limited y Ashmore Investment Advisors, BlackRock Financial Management, Inc. y sus afiliados, BlueBay Asset Management LLP, Fidelity Management & Research Co., T. Rowe Price Associates, Western Asset Management Company LLC y Wellington Management Company LL.
Los participantes coincidieron en señalar que no hubo progresos, ya que las partes no se movieron de sus posiciones iniciales.
“Los acreedores demandan una mejora en las condiciones de los bonos como plazos más cortos, mejores cupones, menores quitas, y reconocimiento de intereses adeudados para tomar la oferta. La alternativa: litigar en tribunales neoyorquinos y europeos”, resumió Criteria en un informe para sus clientes, una cartera que incluye a algunos de los fondos de inversión involucrados en las negociaciones.
La propuesta argentina tiene vigencia hasta el 8 de mayo próximo, según fijó el propio Gobierno en su presentación a la Securities Exchange Comission (SEC), el regulador del mercado de los Estados Unidos.
Sin embargo, dado que el país está atrasado en el pago de un vencimiento de intereses de tres bonos por USD 503 millones que debería haberse concretado el 22 de abril pasado, está en marcha un período de gracia contemplado en el prospecto de emisión de esos papeles que da tiempo hasta el 22 de mayo para que la Argentina opte entre pagar sobre la hora, consiga un acuerdo con sus acreedores o caiga en default.
Según distintos cálculos del mercado, con tres años de gracia y fuerte quita de intereses del 62%, el valor presente neto de la oferta -esto es, el valor actual del flujo de fondos futuro de los nuevos bonos que se ofrecen para canjear- está entre los 31 centavos por dólar y los 36 centavos por dólar, según el título del que se trate. Esto compara con bonos a canjear que hoy tienen precios de mercado que van de poco menos de 26 centavos por dólar a 38 centavos por dólar.
Se trata de una propuesta que carga una “porción desproporcionada de los esfuerzos de Argentina de ajuste para el largo plazo sobre los hombros de los bonistas”, según el comunicado que distribuyó el grupo de bonistas ad hoc la semana pasada.
Durante los últimos días, mientras tanto, continuaban los contactos entre los tres grandes grupos de bonistas. Además del grupo ad hoc existe otro de Grupo de Titulares de Bonos del Canje, del que participan Monarch, HBK Capital Management, Cyrus Capital Partners LP y VR Capital Group Ltd. Y un tercero autodenominado Comité de Acreedores de la Argentina (ACC por sus siglas en inglés).
El objetivo de esas charlas entre acreedores es buscar una posible posición común o, incluso, analizar la posibilidad de elaborar una contrapropuesta de reestructuración de la deuda.
El Gobierno está explicando el por qué de su punto de vista pero no está haciendo nuevas propuestas ni modificando sus puntos de vista. Tampoco los fondos que participaron modificaron su mirada, siguen rechazando la propuesta
La quita no es suficiente
La posición de Guzmán respecto a que la propuesta presentada a los bonistas es lo que la Argentina puede pagar y, por lo tanto, no puede ser mejorada recibió un contradictorio apoyo esta semana. Carmen Reinhart, ex FMI y economista de la Universidad de Harvard, dijo que tal como estaba diseñada “no es lo suficientemente grande en términos de recortes”.
La economista que se destacó por alertar respecto a las crisis de Venezuela y Turquía, a diferencia de los bonistas, no sólo no piensa que la quita es excesiva sino que además sostiene que se queda corta: en unos años, requerirá de una nueva reestructuración.
“A menos que la Argentina logre crecer espectacularmente, lo que raya en lo milagroso dada la situación mundial actual, el paquete de deuda que crearon no será lo suficientemente grande en términos de recortes”, dijo Reinhart en una nota a la agencia Bloomberg. “Con toda probabilidad, tendrá que ser revisado, y habrá una ronda más de esfuerzos para reestructurar”, agregó.
“Me resulta difícil argumentar de manera convincente que un punto muerto, incluso extendido a un año, cubriría el tipo de alivio de la deuda que Argentina está buscando”, dijo Reinhart. “En todo caso, la grave situación entre los mercados emergentes con la COVID-19 significa que el recorte tiene que ser más grande. Esto realmente ha borrado la posibilidad de recuperación, al menos en el horizonte a corto plazo”, concluyó.
Seguí leyendo: