El ex titular del Banco Central, Federico Sturzenegger, se refirió a la propuesta de reestructuración de deuda argentina del Gobierno, sostuvo que el análisis debe enfocarse “en la letra chica de los bonos” y aseguró que “hay cláusulas que van a hacer difícil evitar el default”.
“¿Será posible evitar el default? Ahora que la oferta está lanzada lo que importa en un mercado tan profesionalizado como éste es la letra chica de los bonos. Mi impresión es que hay cláusulas que van a hacer difícil evitar el default”, escribió en la red social Twitter el ex funcionario del gobierno de Mauricio Macri.
En ese sentido, Sturzenegger afirmó que Argentina tiene antecedentes de elegir “el camino del default ignorando los detalles técnicos”. Aseveró que el caso más famoso cabe a los bonos FRAN de 1998 con el que se emitieron USD 300 millones pero ciertas cláusulas lo convirtieron después del default en una deuda de USD 6000 millones, lo que lo convirtió en “una catástrofe”.
Para el ex titular del BCRA, Argentina corre actualmente el riesgo de repetir la historia con el bono Centenario (AC17). En esa línea, sostuvo que “los bonos (el Centenario entre ellos) tienen una cláusula que dice que si hay default los acreedores pueden reclamar judicialmente ipso facto el capital y los intereses que se le deben a la fecha”.
Ahora que la oferta está lanzada lo que importa en un mercado tan profesionalizado como éste es la letra chica de los bonos. Mi impresión es que hay cláusulas que van a hacer difícil evitar el default
Asimismo, afirmó que el bono Centenario tiene una cláusula inusual en deuda soberana (make whole clause) que obliga al gobierno argentino a pagar el principal y todos los intereses (hasta 2117) si en algún momento quisiera rescatarlo.
En ese orden, Sturzenegger cuestionó si dicha situación tiene algo que ver con una reestructuración y aseguró que sí. “El fallo Cash vs Wilmington, de 2016, se refiere a una empresa con bonos con ´Make Whole Clause´ que entró en default. El juez consideró eso una decisión voluntaria del emisor y entendió que se gatillaban las obligaciones”, detalló.
El ex titular del Central consideró que si se aplicara la misma lógica al bono Centenario implicaría transformar un pago de USD 2.000 millones en uno de USD 14.000, “comiéndose casi un tercio de los ahorros que pretende (Martín) Guzmán”.
Según el economista, “si ese fuera el pago posible en un fallo judicial será difícil lograr un acuerdo voluntario en este título”.
“Los precios de mercado no reflejan esta visión, ni se sabe siquiera si el fallo Cash versus Wilmington aplica (yo creo q no debería). Pero hay que estar preparado. Sino, en vez de demostrarle al mundo como se hace una reestructuración daremos un nuevo ejemplo de cómo no debe hacerse”, concluyó.
Tras su explicación, el ex titular del Banco Central durante el gobierno de Cambiemos recibió, siempre a través de Twitter, una dura réplica por parte de Santiago Bausili, ex secretario de Finanzas durante la misma administración.
“Una pena que alimentes confusión con un tema que no la tiene. Como te expliqué, es una cláusula estándar, a favor del país, que le da la opción de rescatar los títulos si quisiera. No genera derechos para los bonistas y menos un múltiplo en el potencial reclamo como se insinúa”, fue la respuesta de Bausili al hilo de mensajes de Sturzenegger.
Cabe recordar que la propuesta de reestructuración de deuda argentina del Gobierno, que implica una fuerte quita de 62% en intereses, un 5% promedio de quita de capital y tres años de gracia, cosechó apoyos de economistas y expertos en el ámbito nacional e internacional.
En tanto, el Ministerio de Economía inició este lunes la ronda de contactos tendientes a acercar posiciones con los bonistas y poder cerrar el mejor canje posible el 8 de mayo.
La propuesta de canje alcanza a 21 series de bonos, emitidos bajo legislación de New York y del Reino Unido, y denominados en dólares, euros y francos suizos, que totalizan US$ 65.620 millones. La misma incluye el canje de los bonos elegibles por diez nuevos bonos (cinco denominados en dólares y cinco en euros), amortizables en cuotas anuales, con vencimiento en 2030, 2036, 2039, 2043, y 2047.
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