El aislamiento social golpeó muy fuerte a la industria en marzo y lo hará más aún en abril

En el primer caso la cuarentena rigió en los últimos 10 días, pero para el siguiente se extendió para todo el período, con muy pocas actividades decretadas esenciales

La extensión de la cuarentena agravó la baja actividad que arrastraba el conjunto de las manufacturas industriales

En marzo, el aislamiento social obligatorio comenzó a mostrar su impacto sobre la industria. En abril, la producción industrial mostrará el efecto pleno de la cuarentena dado el freno de plantas, la aplicación de guardias mínimas y la reducción de la actividad a la producción de bienes e insumos esenciales. La perspectiva es de una contracción industrial interanual de dos dígitos en el segundo trimestre, mientras continúa siendo incierto el tiempo y la forma que tomará la recuperación.

De acuerdo a información preliminar, el IPI de FIEL mostró en marzo un retroceso interanual de 6,4%. En el mes, se observaron caídas interanuales muy marcadas en la producción de minerales no metálicos, la siderurgia y la producción automotriz, aunque otras actividades como la producción de alimentos mostraron un mejor desempeño relativo. La producción industrial del primer trimestre acumuló un retroceso de 0,5% en la comparación con el mismo periodo del año anterior.

Se observaron caídas interanuales muy marcadas en la producción de minerales no metálicos, la siderurgia y la producción automotriz, aunque otras actividades como la producción de alimentos mostraron un mejor desempeño

Y en abril el impacto entre sectores será diverso, con un mayor deterioro en la producción de durables y bienes de capital. Un potencial default de deuda, de materializarse, empujará a un esfuerzo superlativo del sector privado para volver a encender los motores de la actividad. La perspectiva actual es de una profunda caída de la producción fabril en abril, y una contracción interanual de dos dígitos en el segundo trimestre que podría moderarse ligeramente en el tercero.

Entre los sectores de actividad, la producción de alimentos y bebidas volvió a mostrar en marzo un buen registro de actividad. En el mes, la lechería y las faenas de vacunos y aves continuaron creciendo. En el caso de la faena vacuna, la disputa entre frigoríficos y curtiembres por el retiro de cueros del mismo modo que el cierre voluntario de plantas, no afectó la actividad productiva.

La producción de alimentos y bebidas volvió a mostrar en marzo un buen registro de actividad (NA)

Por último merece mencionarse que se han comenzado a observar indicios de recuperación de la demanda china de carne, aunque los mercados europeos continúan con complicaciones. No debe perderse de vista que la cosecha gruesa entra en su etapa final, con la campaña de girasol finalizada.

Un potencial default de deuda, de materializarse, empujará a un esfuerzo superlativo del sector privado para volver a encender los motores de la actividad

Por su parte, el sector de procesamiento de petróleo mostró en el primer trimestre una mejora interanual por encima del promedio de la industria, pero hacia el segundo se espera una mayor contracción, producto de la prolongación del aislamiento obligatorio selectivo. La actividad del segmento upstream empezó a mostrar una parálisis.

El desplome del precio internacional del petróleo, frena cualquier expectativa de recuperación en el corto plazo de las inversiones en la formación de Vaca Muerta.

Fuente: FIEL

La producción siderúrgica mostró en marzo una marcada caída tanto en la elaboración de productos primarios como de elaborados. Hacia abril se registran caídas en despachos al mercado local del orden del 70% a 80% respecto de marzo previo a la cuarentena, con un panorama general de los segmentos consumidores que resulta inédito.

El sector de minerales no metálicos registró en marzo la mayor caída interanual entre los bloques de actividad que releva el IPI de FIEL. Al interior del bloque, el retroceso en la producción de insumos para la construcción no ha sido uniforme. Por caso, la caída de los despachos de cemento alcanzó en marzo a 46,4% interanual, lo que resulta la mayor contracción computada por el índice de producción industrial de FIEL.

La producción siderúrgica mostró en marzo una marcada caída tanto en la elaboración de productos primarios como de elaborados (Shutterstock)

La producción automotriz mostró en marzo una disminución de 34,5% en términos interanuales. Las perspectivas para abril son de freno de la actividad, que también arrastra al sector autopartista. En el sector de la metalmecánica, también se vieron afectadas la producción de maquinaria agrícola a partir del cierre de fábricas y concesionarias, a lo que se sumó al freno de la producción línea blanca.

En términos desestacionalizados, el IPI de marzo mostró un retroceso de 0,9% respecto al mes anterior, encadenando tres meses consecutivos de retroceso y marcando una profundización del sendero recesivo. De este modo, la presente fase se prolonga por los últimos 27 meses acelerando el ritmo de disminución.

El IPI de marzo mostró un retroceso de 0,9% respecto al mes anterior, encadenando tres meses consecutivos de caída y marcando una profundización del sendero recesivo

En síntesis, la actividad industrial en marzo mostró un fuerte deterioro. La caída de la producción alcanzará dos dígitos en el segundo trimestre. Resulta incierto establecer los tiempos para el inicio y la forma que tendrá la recuperación, aunque resulta más claro que un default de deuda requerirá de un mayor esfuerzo por parte del sector privado para ordenar dicha recuperación.

La actual fase industrial recesiva se encaminó hacia un sendero de mayor profundización.

El autor es Economista de FIEL. Esta nota es un anticipo de la publicación Indicadores de Coyuntura de de mayo que elabora la Fundación FIEL

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