Durante esta semana se agravó la situación en los puertos del Gran Rosario por la altura del Río Paraná que descendió hasta 0,40 metros de profundidad, un nivel que no se registraba desde hace casi 50 años. Este nivel resulta, además, muy inferior al mínimo de 2,47 metros que tiene que tener el río a la altura de Rosario para que Hidrovía tenga la obligación de garantizar los 34 pies de calado.
Hay que recordar que dicha bajante se generó por el déficit de lluvias hacia el norte de Argentina y en Brasil. Los especialistas en clima aseguran que “se espera que la situación empeore en el corto plazo”.
Toda esta situación derivó en numerosos problemas logísticos, de transporte y de industrialización. Según una proyección realizada por el equipo económico de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), esta problemática, que resiente la navegación y carga máxima de los buques y barcazas en las terminales portuarias, provocaría una pérdida de 244 millones de dólares en el primer cuatrimestre de este año al complejo exportador agroindustrial, y por ende va a repercutir en la economía nacional.
El sector agroindustrial instalado en la zona del Gran Rosario, concentra el 80% de la capacidad teórica diaria de procesamiento de soja y girasol que tiene Argentina. Además, desde estas terminales portuarias se despacharon el año pasado el 67% de los granos, el 96% de las harinas y el 93% de los aceites vegetales que exportó el país en el período.
Según los especialistas de la Bolsa de Rosario, entre las principales problemáticas que esta situación trae aparejada en relación a la logística de exportación, industrialización, operatividad y los costos asociados que reportan las mismas empresas del sector, surgen los costos relacionados a la necesidad de ajustar el volumen de carga en el Gran Rosario y completar la carga en otros puertos de la zona y costos de buques de menor porte que incurren en un falso flete al no poder completar su capacidad máxima de carga.
El informe de la BCR, sostiene que las pérdidas estimadas por falso flete y mayores costos de transporte/logísticos por completar la carga en otros puertos para los 510 buques que operarán en el Gran Rosario entre marzo y mayo del 2020 ascienden a 91,2 millones de dólares, sin perjuicio de incrementarse con otras erogaciones adicionales.
A todo esto, se suman los menores precios de exportación para el aceite de soja argentino, ya que existe un castigo en el precio que se traduce en una presión a la baja de las primas FOB argentina en relación a otros orígenes, como el brasilero. A la fecha, este diferencial en perjuicio del aceite de origen argentino ronda los 60 dólares, según operadores internacionales.
Con una proyección del Departamento de Información y Estudios Económicos de la BCR, de exportaciones de aceite de soja para el período marzo-mayo que alcanzarían las 1,44 millones de toneladas, “el castigo que hoy hace el mercado sobre el aceite de soja argentino asciende a 86,4 millones de dólares”, comentaron los especialistas.
Otras problemáticas
Otro de los problemas que provoca la bajante del Paraná, son los mayores costos de transporte y logísticos en la mercadería que baja desde países limítrofes a los puertos del Gran Rosario, ya sea como importación temporaria para su posterior procesamiento y exportación, o para trasbordo en los puertos del Gran Rosario. Para este año se proyecta un flujo de 4 millones de toneladas.
Para la BCR, si la recepción de la mercadería no se hace tiempo, genera retrasos en la industrialización del poroto en el Gran Rosario e incumplimientos en el programa de embarques y contratos de compra con el exterior. Por el otro lado, hay dificultades para el ingreso de barcazas al puerto de Barranqueras para traer mercadería de origen argentino.
Pero lo más importante es que se necesitan mayores trenes de barcazas para bajar la misma mercadería al Gran Rosario ante la bajante del Río. Esto genera un importante aumento en los costos de transporte que deben afrontar las empresas del sector.
“Para transportar 4,2 millones de toneladas de granos y subproductos en barcazas hacia el Gran Rosario en el período enero-mayo 2020 se necesitarán –en promedio– el doble de trenes de barcazas que lo utilizado en condiciones normales del río (a 10 pies de profundidad). De acuerdo a fuentes consultadas, esto incrementaría un 30% los costos de transporte de esta mercadería. Implica una pérdida de cerca de 25,2 millones de dólares en estos tres meses”.
Otros problemas de la bajante
- Demoras en el proceso de exportación. La bajante obliga a mayor prudencia de los pilotos y prácticos en las maniobras con los buques, en particular en los canales de acceso y pasos críticos ya que existe una posibilidad creciente que se registren varaduras en el río, lo cual puede afectar la óptima navegación en el sistema. Para los economistas de la Bolsa de Rosario, "este costo no debe menospreciarse, ya que por cada día de demora de un buque para cargar y despachar al exterior el costo adicional asciende a 45.000 dólares. Para no duplicar los cálculos, omitiremos el cálculo para los aceites. Si suponemos un promedio de 3 días de demora y el 20% de los buques ingresan a cargar harina de soja al Gran Rosario (marzo-abril-mayo) las pérdidas ascenderían a 13,7 millones de dólares.
- Demoras en la industrialización del complejo oleaginoso del Gran Rosario y posible ralentización del programa de embarques de maíz en abril y mayo. Eso podría generar problemas de saturación en la capacidad de almacenaje del grano dentro de los puertos. Por esta situación, se proyecta en 3 dólares por tonelada procesada, y el sobre costo estimado en la industrialización alcanza los 27,5 millones de dólares.
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