Los pequeños y medianos ahorristas y los inversores más grandes coincidieron que es hora de esperar el futuro con dólares en la mano. Aunque era una medida esperada que no se pagaran los intereses de los bonos Globales, tomaron conciencia que acumular bonos de la deuda en la cartera era un riesgo porque existe la posibilidad de que tarden años en ver un dólar proveniente de esas tenencias.
El Gobierno tomó nota del movimiento alcista y aceleró los tiempos para dar respuestas positivas al mercado. De hecho, ni siquiera el superávit comercial fue tomado como un avance, ya que no se debió al aumento de las exportaciones (cayeron 16%) sino a la caída de las importaciones (bajaron casi 20%), lo que reafirma la fuerte recesión. También se conoció que el índice de pobreza se proyecta a 45%, desde el 38% anterior.
En estas circunstancias, el Gobierno se dio por notificado de que el mercado alcanzó su nivel de tolerancia a la emisión de pesos. Es inútil insuflar una moneda que el público no desea y por eso la transforma en dólares inmediatamente.
No es extraño, entonces, que acudieran a medidas más ortodoxas. El Banco Central subió las tasas de pases cuatro puntos a 15% y colocó más Letras de Liquidez (Leliq). En otras palabras, absorbió parte de lo que emitió. En lo que va de abril quitó de la plaza $350 mil millones para atenuar el impacto de la emisión de casi $600 mil millones de marzo, según un informe de la Fundación Libertad y Progreso. Y esta parece ser la tendencia futura para contener al dólar, además de mantener a los bancos sin funcionar a pleno.
Las señales que obligaron a este cambio no fueron menores. Se derrumbaron los bonos cortos, medianos y largos en legislación local y extranjera. El Bonar 2020 perdió 5,81% y el Bonar 2024, 6,97%. Ambos bonos tienen ley argentina. Entre los títulos largos con ley extranjera, que son los de más ponderación del riesgo país, el Discount retrocedió 0,18% y el Par, 3,02%. Pero como bajó el Bono del Tesoro de los Estados Unidos a 10 años que ahora rinde 0,61%, el riesgo país aumentó 320 unidades (5,5%) a 4.056 puntos básicos.
El dólar libre tocó $120, cerró a $118 y superó ampliamente a los dólares alternativos ya que el dólar Bolsa o MEP aumentó 87 centavos a $ 110,05 y el dólar contado con liquidación, 46 centavos a $ 111,57. Cuando el dólar libre supera a todos los tipos de cambios, la economía se complica y se deja de tener fe en el peso. Toda la confianza que se había ganado al inicio de la negociación de la deuda, se perdió en una semana.
Pero no es solo la confianza de los inversores, sino la del público. Se han visto comercios que venden accesorios para celulares, artículos para el hogar, librerías, tímidamente abiertos. Las puertas estaban cerradas, pero había una persona adentro que atendía si alguien la llamaba y le vendían lo que pedía. “Estamos jugados -dijo un vendedor- y ya no nos importa si nos sancionan. No tenemos plata ni para pagar las multas”. Por supuesto, la pérdida de respeto a la cuarentena se repetía en el resto de la calle con una mayor cantidad de circulación de gente y vehículos.
En cuanto a los dólares oficiales, el atraso se intensifica. El dólar en bancos y casas de cambio aumentó un centavo a $68,44 y se bajó el ritmo de devaluación del dólar mayorista a 0,10%. Por eso, terminó el día con un leve aumento de ocho centavos a $66,32, mientras la soja sigue igualando el precio del trigo ya que cerró en Chicago a USD 308 por tonelada. Cuando se toma el costo neto de ambos productos -el trigo tiene 12% de retenciones y la soja, 33%- los valores quedan igualados.
Por supuesto, un dólar que mantiene una brecha de casi 70% da lugar a toda clase de rumores, como, por ejemplo, la pesificación de los dólares que van a los fondos de inversión de los bancos a hacer negocios en pesos. Una medida similar tomó Cristina Fernández de Kirchner en el pasado. Por eso el refugio preferido fue el dólar libre o el contado con liquidación.
La Bolsa, en tanto, tuvo un leve retroceso de 0,58% con escasos negocios por $538 millones. La suba más destacada fue la de Transportadora Gas del Sur (+5,38%). La contracara fue Telecom Argentina (-5,16%).
Los ADR’s argentinos -certificados de tenencia de acciones que cotizan en Wall Street- tuvieron una rueda mixta, pero con más negocios que la Bolsa de Buenos Aires. Los inversores prefieren lo que cotiza en dólares. Acá también lo mejor fue Transportadora Gas del Sur (5,50%), seguida por Tenaris (2,85%).
Las bajas se dieron en el sector financiero. Banco Galicia cedió 5,55% y BBVA, 5,48%. Pero la acción más afectada fue Telecom Argentina (-6,02%).
Para hoy se espera otra pulseada entre el Gobierno y los privados por el precio del dólar. Lo que se sabe es que la idea de emitir parece estar cerca del fin y los conflictos recién comienzan. El dólar solo refleja lo que siente el público y los inversores. Le va a resultar muy difícil al Gobierno controlar el valor de la divisa este viernes.
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