Los bonos soberanos en dólares profundizaron las pérdidas este miércoles, movimiento que acentuó el ascenso del riesgo país en unos 200 puntos básicos, otra vez por encima de las 3.800 unidades.
Con una caída del 3% en promedio para las emisiones en dólares, y del 4% para aquellos títulos públicos con ley de Nueva York, queda prácticamente perdida la recuperación de precios exhibida por la deuda soberana el viernes, día en el que el Gobierno presentó su oferta de reestructuración, que continuó el lunes.
Los acreedores continúan analizando la “letra chica” del prospecto, pero la expectativa inicial, centrada en una mejora de la propuesta oficial, se convirtió rápido en escepticismo luego de que el ministro de Economía, Martín Guzmán, asegurara que “están pidiendo algo que es insostenible” y que la deuda argentina "ya está en una situación de virtual default”, por cuanto no se pagó este miércoles el vencimiento de intereses de tres series de bonos por 503 millones de dólares.
Los fondos pasaron de analizar una dura contraoferta a un virtual default argentino
“Lógicamente esta respuesta negativa en paridades y precios es consecuencia de las palabras de Guzman, que manifestó que esta iba a ser la única oferta para los acreedores, incluido el no pago de los intereses por tres años”, señaló Diego Martínez Burzaco, jefe de Estrategia de MB Inversiones. “Ahora entran en vigencia los 30 días de gracia, período tras el que, si no hay un acercamiento de las posturas, va a haber un default con altos costos para la economía en términos de financiamiento y actividad. Cuesta pensar que no va a haber una mejora en la oferta. No puede saberse si hay una negociación por detrás de lo que toma estado público”.
Martínez Burzaco comentó a Infobae que “es importante advertir el achicamiento del spread, que tiene que ver con la equidad del tratamiento de la oferta para bonos con ley argentina y extranjera. Haciendo los números, un Discount en dólares por debajo del valor presente no tenía nada que ver con esta realidad”.
Las cotizaciones de los bonos en dólares con legislación argentina habían sido las más castigadas después de que la administración de Alberto Fernández anunció la postergación hasta 2021 del pago de estos títulos, mientras que las valuaciones de los bonos con legislación extranjera se habían sostenido mejor, habida cuenta del firme rally vendedor en los mercados internacionales por la crisis del coronavirus.
Por eso, las paridades, por debajo del 30% para las emisiones con ley doméstica y por encima del 30% para las cubiertas por ley de Nueva York, tiende ahora a emparejarse ante la previsión de un tratamiento igualitario para todas las especies.
Matías Roig, director de Portfolio Personal Inversiones, comentó que “hoy es muy difícil hacer una recomendación porque vamos a ver si hay un acuerdo o no. Si se logra un acuerdo, veremos valores superiores a los que hay hoy en el mercado. Pero si no se llega a un arreglo, Argentina entrara en un default y no sabemos por cuánto tiempo, con lo cual los precios podrían llegar a ser bastante más bajos que los actuales”.
El economista Gustavo Ber observó que en la jornada “los activos domésticos exhiben un comportamiento mixto, ya que los ADR se acoplan selectivamente al rebote externo, mientras que los bonos siguen envueltos en preocupaciones sobre la reestructuración, ante la decisión de no abonar las rentas por USD 500 millones de los Globales, lo cual activará el período de gracia hasta el 22 de mayo”, fecha límite del default.
“Ocurre que el limitado plazo para la aceptación, definido inicialmente para el 8 de mayo, así como otras cláusulas, entre ellas canje parcial y RUFO, reflejarían que las autoridades estarían decididas a avanzar con la reestructuración aún cuando no se alcancen las exigentes Cláusulas de Acción Colectiva. Todo ello podría inclinar la propuesta hacia una estrategia de ‘tómalo o déjalo’, que otorga así poco espacio para negociar mejoras en el valor presente neto”, refirió Ber.
Limitaciones para volver a crecer
Martínez Burzaco explicó que “el consenso, al menos para lo que respecta al escenario financiero, es que la dificultad de un default no pasa tanto por la imposibilidad de financiamiento para el sector público, que hace tiempo no tiene acceso al mercado de capitales, si no el privado, que es el que puede tomar crédito e impulsar la producción para reactivar la economía. Con un mercado internacional cerrado va a ser muy difícil volver a crecer, en un contexto de mucha escasez de dólares, que termina generando una retroalimentación negativa para la actividad”.
“Además, hay empresas privadas con obligaciones en el exterior, que se verían perjudicadas para refinanciar deudas si se declara un default. Primero en la reestructuración siempre va la Nación con la oferta y después los subsoberanos, como vemos con Buenos Aires y Córdoba, y en el último escalón van a venir las empresas”, acotó el experto de MB Inversiones.
Seguí leyendo: