El riesgo país volvió a superar los 3.800 puntos, mientras la Argentina define si vuelve a caer en default

El indicador de JP Morgan trepó más de 400 puntos en dos ruedas, mientras se complica la negociación con los acreedores de deuda en moneda extranjera

Se acercan semanas decisivas para la deuda pública de Argentina. (Reuters)

El riesgo país de Argentina, medido por el banco JP Morgan, operó este miércoles por encima de los 3.800 puntos básicos, mientras que los bonos soberanos mantuvieron la tónica bajista en las cotizaciones, a pesar de la mejora del 2% para los índices de Wall Street.

El Gobierno necesita acordar una salida a su crisis de deuda para recuperar la senda de crecimiento económico, tras dos años de recesión y una vertiginosa inflación que llevó a un aumento en los niveles de pobreza.

El indicador de JP Morgan acumuló para la Argentina un incremento de más de 400 unidades en dos ruedas, para alcanzar los 3.846 puntos básicos a las 17, hora de finalización de los negocios bursátiles en Buenos Aires y Nueva York.

Los bonos de referencia en dólares promediaron caídas del orden del 3% en esta rueda, con un rango de paridades del 23 al 37 por ciento. No obstante, para los títulos soberanos en dólares con ley de Nueva York la baja promedió el 4%, con paridades entre 30 y 56 por ciento.

La pandemia del coronavirus agravó aún más la crisis económica y social del país y llevó al Gobierno a incrementar a $850.000 millones (unos USD 12.900 millones o 3% del PBI) el auxilio económico para socorrer a la población y las empresas golpeadas por el aislamiento social, obligatorio desde el 20 de marzo.

Argentina podría disparar el miércoles una cuenta regresiva hacia una nueva cesación de pagos si no cancela USD 500 millones en intereses de bonos de una deuda que ingresó en proceso de reestructuración.

De no pagar el vencimiento sobre los intereses de tres bonos, se abre un período de 30 días en los que Argentina –que ya vivió dos defaults en este siglo– tiene tiempo para resolver el pago, lo que asoma difícil en medio de la crisis económica que arrastra hace dos años y de la pandemia de coronavirus.

Si antes del coronavirus Argentina no podía pagar, con el coronavirus, menos aún (Martín Guzmán)

“Cumplido el plazo de 30 días, el acreedor puede pedir la aceleración de la deuda, que es declarar vencidos no solo el pago de los intereses sino de todo el capital”, explicó a Reuters José Echagüe, jefe de estrategia de Consultatio en Buenos Aires.

El Gobierno ofreció a los acreedores de deuda bajo legislación extranjera, que totaliza cerca de USD 70.000 millones, una quita de intereses del 62%, un período de gracia de tres años y una quita de capital del 5,4% sobre su deuda, oferta que fue rechazada por dos importantes grupos de inversores.

De acuerdo con un documento publicado el viernes, Argentina daría a los acreedores un total de 10 bonos denominados la mitad en dólares y la otra mitad en euros, con vencimientos en 2030, 2036, 2039, 2043 y 2047 y tasas de interés crecientes de entre 0,5% y 4,875%, según el instrumento.

La mejora en la propuesta oficial podría generarse a partir de pagos de intereses para los primeros años (Javier Alvaredo)

Echagüe explicó que en las relaciones de canje de los nuevos instrumentos, el Gobierno no hizo referencia al reconocimiento de los intereses de los bonos a reestructurar ni de cómo se incluirán los intereses que vencerán el miércoles.

“El Gobierno se reserva eso como herramienta de negociación; si los paga en efectivo, por ejemplo, podría mejorar la oferta”, señaló. “La oferta tal como está la veo muy difícil para que camine (avance)”, agregó.

Los bonos argentinos reaccionaron con alzas el viernes y el lunes por la esperanza de que la oferta pueda ser mejorada, pese al rechazo que generó en los dos grupos de acreedores, que consideraron que lo ofrecido estaba por debajo de sus expectativas y que no hubo suficiente negociación hasta el momento.

La consultora ACM en Buenos Aires también considera que el pago de los intereses de los bonos podría servir como herramienta para negociar una mejora de la oferta actual.

La oferta vence el 7 de mayo: hay tiempo para elaborar una propuesta más tentadora (Ecolatina)

“Si bien a la luz de los parámetros presentados se percibe que la oferta carece de un atractivo sólido, la distancia respecto de lo que a priori resulta como aceptable no es tan lejana”, escribió Javier Alvaredo, de la consultora ACM en Buenos Aires en un reporte.

“Dicha mejora podría generarse a partir de pagos de intereses para los primeros años, que no generarían una presión muy fuerte sobre las cuentas públicas (0,5% del PBI)”, agregó.

El ministro de Economía, Martín Guzmán, declaró este martes que no lo sorprendió el rechazo de los acreedores a la oferta realizada y negó que el país vaya a mejorarla.

“La oferta es la que es, es una oferta que ya está en la Comisión Nacional de Valores de los Estados Unidos”, dijo Guzmán en una entrevista con radio El Destape. “La oferta es producto de lo que se conversó y se negoció antes; ahora es la hora de los acreedores para definir”.

“Si antes del coronavirus estimábamos que Argentina no podía pagar nada en los próximos años (...), con el coronavirus, menos aún”, señaló Guzmán.

Cumplido el plazo de 30 días, el acreedor puede pedir la aceleración de la deuda (José Echagüe)

La consultora Ecolatina sostiene, sin embargo, que hay margen para acordar con los acreedores.

“Que la oferta venza a los 20 días de presentada –es decir, el 7 de mayo, cuando todavía restarían dos semanas para que nuestro país pudiera entrar en default si no se pagan los próximos vencimientos– le da al Palacio de Hacienda tiempo para elaborar una propuesta más tentadora que la actual”, sostuvo Ecolatina.

Al término del proceso de aceptación de la oferta, el Gobierno podría optar por pagar los USD 500 millones con reservas del Banco Central, como lo hizo hasta el momento, o caer en default, agregó la consultora en un informe.

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