El mundo se sorprendió ayer por el valor que mostró el petróleo en los Estados Unidos. Más específicamente, con que los futuros del WTI fueron negativos, es decir, el vendedor debía pagarle al comprador para que se lleve los barriles.
Mientras las pantallas informaban la caída del precio internacional, los consumidores locales que tantas veces escucharon que los combustibles se tienen que ajustar al alza porque había aumentado el precio del barril, ahora miran como el valor del litro de nafta sigue estancado. Y eso que desde hace un mes un producto que muy pocos consumen.
Una de las primeras respuestas al por qué no bajan los combustibles es que lo que cayó fuerte fue el valor del WTI y el que se toma como referencia en la Argentina es el petróleo Brent que, aunque ayer bajó, se mantiene en el rango de los USD 22 a USD 25 el barril.
“Más allá de la caída de ayer, creemos que el impacto a la baja no va a ser inmediato en el precio del surtidor en la Argentina. Hay una negociación pendiente entre las petroleras y el Gobierno por un precio de barril criollo que será clave para la ecuación del negocio petrolero en el país", dijo Vicente Impieri, presidente de la Federación de Empresarios de Combustibles de la República Argentina (Fecra).
La discusión a la que hace referencia Impieri es la que establecería un valor para la producción local de USD 45 por barril, unos veinte dólares arriba de lo que cotiza el Brent en los mercados internacionales. “Un barril a USD 45 cuando hoy cotiza alrededor de USD 26 serían inviable. El contexto inflacionario y la carga impositiva del litro de nafta no permite una baja inmediata del precio local de los combustibles en línea con los que pasa con el barril internacional”, agregó el empresario.
En esta última parte está el meollo de la discusión. “La carga impositiva significa el 48% del valor del litro de la nafta, hay que ver qué pasa con el precio sostén, un invento para que no se fundan las provincias petroleras”, explicó el dueño de una estación de servicio que prefirió el anonimato.
La pregunta entonces sería sí, con el valor internacional a USD 25 dólares y un barril local a USD 45, el resultado sería que en vez de bajar el valor de la nafta termine incrementándose. La respuesta a ese interrogante está en la propia propuesta de las provincias productoras cuando negociaron el precio sostén: ese valor ya está implícito en el valor de la nafta así que no debería subir y mucho menos bajar.
El último aumento del combustible fue en diciembre pasado (hubo uno más en marzo pero fue traslado de impuestos). En ese momento el valor del barril de petróleo del Brent cotizaba a 62 dólares y, aunque la diferencia hoy es de una caída de casi cuarenta dólares y la cuarentena hizo caer el consumo en un 80%, el precio del litro que se paga en los surtidores se mantuvo sin modificación alguna.
Entre los grandes consumidores empiezan a aparecer las quejas respecto de la poca elasticidad a la baja que muestra el precio del combustible. Ayer, mientras los valores globales mostraban fuertes caídas, la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Carga (Fadeeac) emitió un comunicado en donde señala que “no existen motivos para que los precios no bajen” y que sería “vital para contener una economía local en crisis”.
Para la entidad el precio del gasoil se encuentra “30% mas caro de lo que debería” y plantea que es “necesario rediscutir y recrear una mejora sustancial del esquema de precios del combustible surgido a partir de octubre de 2017”.
“Desde la irrupción y diseminación del Covid-19 el petróleo cayó de un promedio de USD 60 por barril que cotizó durante el 2019 y principios de 2020 hasta menos de USD 25 (variedad del Brent) y este lunes alcanzó su valor más bajo de los últimos 20 años. En la mayoría de los países frente a este escenario los precios del combustible bajan, pero en Argentina siguen subiendo”, afirmó Martín Borea Antelo, secretario general de Fadeeac.
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